Ayuso en las Américas: cruzada contra el “indigenismo” y choque con el Papa

Fátima Caballero

29 de septiembre de 2021 22:17 h

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Nada más volver de su mes de vacaciones, Isabel Díaz Ayuso decidió abrir un nuevo frente político. La presidenta de la Comunidad de Madrid arrancaba el curso con el anuncio de que dará la batalla por liderar el partido en la región. Acostumbrada a fijar su propio calendario dio ese paso adelante sin pactarlo con el presidente de su partido, Pablo Casado, que tenía otros planes: celebrar una convención del PP aprovechando el viento de cola de las encuestas para relanzar el partido hacia el nuevo ciclo electoral que previsiblemente comenzará en Andalucía.

Sin presupuestos a la vista ni grandes proyectos que poner en marcha, Ayuso decidió explotar su perfil internacional. Acudió a Italia a recoger un premio de un think tank neoliberal que reconoció su gestión de la pandemia con el título de “la llama de la libertad”. Y acto seguido emprendió una gira por Estados Unidos -que la llevó a ausentarse del arranque de la convención PP- donde ha aprovechado para lanzar provocadores mensajes, incluida una cruzada contra el “indigenismo”, al que ha calificado ante los periodistas españoles que la acompañan durante el viaje, como “nuevo comunismo”. En esa nueva guerra cultural que promueve la presidenta madrileña ha intentado chocar incluso con el Papa Francisco, al que Ayuso aludió en unas polémicas declaraciones con la Casa Blanca de fondo este martes. 

“A mí me sorprende que un católico que habla español hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano”, dijo la presidenta madrileña en declaraciones a la prensa española desde Washington. Ayuso se refería a una misiva que el Papa ha enviado a México pidiendo disculpas en nombre del Vaticano por los “pecados” cometidos por la Iglesia Católica durante la colonización de América. Las de la dirigente conservadora no fueron unas palabras improvisadas, como casi nada de lo que hace, aunque a veces lo parezca. Su equipo de prensa se apresuró a enviar el mensaje casi de inmediato a todos los medios españoles que no la han acompañado en su gira americana.

Si el equipo de asesores pretendía una respuesta del Pontífice, de momento no lo han conseguido. Quienes sí han respondido han sido los obispos españoles, que han pedido a Ayuso que se lea la carta del Papa ante el Bicentenario de la independencia mexicana. El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha abundado en “la perplejidad” ante los comentarios que, desde la presidenta de Madrid y su equipo a la plana mayor de VOX, han surgido a cuenta de una supuesta (e inédita) petición de perdón del Papa por la conquista.

Los ataques contra Bergoglio ni siquiera son un invento del gabinete de la presidenta. Desde hace tiempo, el Papa Francisco se ha convertido en el blanco de todo tipo de embates por parte de la derecha más recalcitrante que arremete contra sus propuestas reformistas dentro de la Iglesia, por su formación jesuita y por sus críticas a los poderes políticos y económicos. 

Francisco no es el primer Papa que pide disculpas por el papel que tuvo la Iglesia en la colonización europea de América; antes lo hicieron también Benedicto XVI y Juan Pablo II. Pero la misiva enviada a México le ha servido a Ayuso para colocarlo en el centro de sus críticas y realzar uno de los objetivos de su viaje: su defensa de la Hispanidad y del legado español de hace cinco siglos, después de los movimientos revisionistas que están proliferando en toda América.

“El viaje tiene tres patas: una parte económica, una parte política y una parte cultural”, explicaba la propia Ayuso este lunes en una entrevista telefónica con esRadio desde Nueva York. La última, la cultural, la describía así: “Lo que queremos reivindicar es el legado español en América, sobre todo en el momento en el que hay una revisión de la historia, una revisión maniquea no solo por parte del nuevo comunismo que es el indigenismo que está por todo el continente, sino también por parte de algunas tendencias que están provocando que en el propio Estados Unidos se estén derribando estatuas o se esté cuestionando la fiesta del 12 de octubre”. 

La cruzada cultural contra el “indigenismo” que pretende liderar Ayuso no ha empezado con su gira por Estados Unidos. La puesta en marcha de la Oficina del Español, que ha dado otro sueldo público a Toni Cantó, es uno de los puntales de esa estrategia y también los últimos actos institucionales en los que la presidenta madrileña ha estado con la derecha latinoamericana de Chile, Ecuador o Venezuela. Hasta el polémico solar que el Ayuntamiento de Madrid ha cedido a Nacho Cano, amigo de la presidenta, guarda relación con esa nueva misión de Ayuso, puesto que el teatro que se levantará en la carpa representará un musical que rinde homenaje a conquistadores como Hernán Cortés.

Tampoco es un discurso inventado por Ayuso. Es el expresidente del Gobierno José María Aznar desde la fundación FAES quien lleva años detrás de ese guerra cultural contra los movimientos de izquierdas latinos. Por eso no es casualidad que haya sido precisamente FAES quien ha organizado gran parte de la agenda de la presidenta madrileña por EEUU, según admiten fuentes del PP a elDiario.es. 

En su entramado por la defensa de la “libertad” en Latinoamérica también juega un importante papel una red ultracapitalista conocida como ‘Atlas Network’. Se trata de una red de lobbies derechistas a nivel mundial que tiene entre sus objetivos promover políticas ultraliberales en países en vías de desarrollo, entre otras misiones, y reniegan de todo aquello que tenga que ver con el comunismo. Atlas Network mantiene importantes vínculos con la derecha española. Aznar, a través de FAES, es una de las figuras centrales de esta red, que en los últimos años se ha desplegado por América Latina, donde presiona para que el neoliberalismo recupere la hegemonía en el continente.

En ese triángulo entre FAES, Atlas y Ayuso se encuentra la explicación de la gira de la presidenta por Estados Unidos. Pero también su anterior premio italiano, unas semanas antes. El Instituto Bruno Leoni, el think tank neoliberal que le otorgó el premio por su gestión de la pandemia, también forma parte de Atlas Network. 

La “pata económica”

Todo ese entramado vinculado a la defensa de lo ultraliberal y el capitalismo “frente al comunismo” constituye otra de las “patas” del viaje de Ayuso a EEUU, según ella misma explicó en esRadio. Además de la agenda proHispanidad, que la presidenta madrileña terminará este jueves con una reunión con los congresistas miembros del Caucus Hispano en el Capitolio, la dirigente del PP defiende su viaje como un modo de atraer capital extranjero a Madrid. Para ello, ha realizado una serie de reuniones en las que defiende sus políticas de impuestos bajos frente al Gobierno de Pedro Sánchez, con encuentros con fondos de inversión, con directivos del Wall Street Jounal y con el fundador de la agencia de noticias económicas Bloomberg.

“Se sorprenden mucho cuando les contamos el modo de vida que nos hemos dado en Madrid de libertad y de impuestos bajos”, dijo el martes de su propia gestión la presidenta madrileña, que no dudó en contraponer sus políticas neoliberales a las del Gobierno central. “Les cuesta confiar en nosotros desde el punto de vista fiscal, porque perciben a España como un país muy rígido, que no confía en la empresa privada, sabiendo que nuestros vecinos portugueses tienen un régimen mucho más flexible y, por tanto, confiable”, añadió. Y a continuación instó al Gobierno a implantar su modelo de impuestos bajos en todo el país.

Su equipo aseguró, unos días antes de poner rumbo a las Américas, que Ayuso iba a mantener un perfil bajo en cuanto a sus ataques constantes a Sánchez: “Allí no está bien visto criticar al presidente, queda de antipatriota”, dijeron. Algunos interpretaron ese anuncio como una forma de marcar distancias con Casado, que ha llevado sus ataques al Gobierno a distintos foros de la UE.

Pero la presidenta no ha tardado mucho en volver a hacer la oposición de siempre al Gobierno español desde el otro lado del charco, al menos en todas sus entrevistas a medios españoles. Su viaje internacional terminará el sábado en Valencia en el día grande de la Convención del PP, que le ha reservado un papel residual. Está por ver hasta qué punto estará dispuesta a asumir ese rol de secundaria.