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Ayuso anuncia un nuevo hospital y los sanitarios denuncian que falta personal para cubrir turnos en los que ya hay

El hospital de campaña de Ifema –el “hospital milagro” para Isabel Díaz Ayuso–, se convirtió en el eje de una campaña de propaganda con la que la presidenta de la Comunidad de Madrid buscó tapar los agujeros negros de su gestión en el epicentro de la pandemia en España. Ahora, con los focos puestos en la calamitosa gestión de las residencias donde han muerto más de 6.000 ancianos y que han desencadenado una crisis sin precedentes en su Gobierno, Ayuso anuncia un nuevo hospital de emergencias con el que quiere replicar al levantado en la feria de Madrid durante las peores semanas de la crisis sanitaria.

La infraestructura, sin embargo, horroriza al personal médico que considera que las prioridades deben estar en reforzar una plantilla mermada durante años y en mantener (y en ocasiones abrir) infraestructuras ya existentes como un ala del hospital infanta Sofía que a día de hoy permanece cerrada.

Junto a la Ciudad de la Justicia, símbolo de la corrupción y el despilfarro del PP de Madrid, Ayuso ha anunciado que levantará una infraestructura para hacer frente a pandemias puntuales y en la que invertirá 50 millones de euros. “Madrid sigue trabajando con certidumbre y pasos hacia adelante pero tenemos que prevenirnos ante cualquier adversidad e imprevisto, bien por la COVID-19 o por otras epidemias para el futuro. Todas estas enfermedades serán tratadas en este centro de manera que el resto de hospitales puedan seguir trabajando con normalidad”, anunciaba la presidenta madrileña este lunes durante la presentación del nuevo centro que pretende albergar 1.000 camas. En toda la sanidad madrileña hay algo más de 13.000 y todas fueron requeridas durante el pico de la pandemia.

El nuevo hospital pretende ser “un centro de referencia en materia de enfermedades contagiosas”, que va a contar con tres pabellones de 7.400 metros cuadrados cada uno. Tendrá más de mil camas, 48 en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y un centro logístico de 7.900 metros cuadrados, junto con un memorial y un monumento a los profesionales sanitarios, que se preguntan con qué personal se atenderá a los posibles pacientes. “¿Se desmantelaría de nuevo la Atención Primaria para poner a funcionar esta nuevo centro?”, se indignan al recordar el atajo utilizado en Ifema. Los representantes de los trabajadores recuerdan que el nuevo hospital pretende ser un lugar que se utilice para momentos puntuales, algo que no consideran, “urgente ni necesario”.

La presentación del nuevo hospital por parte de la presidenta madrileña coincide con la huelga indefinida anunciada por los residentes (MIR) de los hospitales públicos madrileños convocada para el 13 de julio. Los residentes consideran que el “maltrato” de estos trabajadores antes de la COVID-19 se ha “acentuado” con la epidemia mientras han asumido, por el desborde de los hospitales, tareas que no les correspondían con una “alta presión física y psicológica”. Tras el fin del periodo formativo, la Comunidad de Madrid ha ofrecido a los MIR contratos “basura”, según los sindicatos y el propio Colegio de Médicos de Madrid, con duración hasta el 31 de diciembre y sin asignarles un centro de salud concreto.

Los residentes pararán si el Gobierno de la Comunidad de Madrid no da respuesta a una propuesta de convenio, realizada el pasado 22 de mayo, para “solucionar gran parte de los problemas del colectivo”, expresan en una nota de prensa, en la que denuncian que no ha habido respuesta de Sanidad al documento. El Comité de Huelga de Residentes da un plazo hasta el 2 de julio a la Consejería para iniciar una negociación. De lo contrario, el colectivo iniciará una huelga indefinida a partir del 13 de julio.

El momento es especialmente complicado porque la plantilla debe cubrir los huecos que se producen en verano con las vacaciones en una coyuntura de desescalada hospitalaria. Y con la posibilidad de rebrotes en el horizonte. Julian Ezquerra, coordinador de Amyts, añade otro factor: las listas de espera acentuadas por el parón de las especialidades durante la crisis sanitaria. A juicio del sindicato mayoritario de médicos, si desde la Comunidad de Madrid se pretende abordar esta cuestión, es necesario que además de los 10.000 sanitarios contratados durante la crisis y para los que Ayuso anunció la renovación, es necesaria la contratación de otros 10.000 facultativos que ayuden a revertir la larga lista de espera.

“Pedimos además que esas contrataciones se incorporen a la plantilla estructural, que no sean temporales. Es necesario recuperar al personal perdido durante los últimos años”, insiste Ezquerra.

La plantilla de sanitarios en la Comunidad de Madrid es menor que hace diez años pese al aumento poblacional que ha experimentado la región. Al arrancar 2019, había menos profesionales en los hospitales y otros centros que en 2010: 54.531 en lugar de los 55.433 de hace diez años, según las Memorias Oficiales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas).

Desde Comisiones Obreras consideran que la presentación del nuevo hospital es “una cortina de humo que viene a intentar tapar las vergüenzas de una Consejería de Sanidad total y absolutamente cuestionada desde el punto de vista sindical, del sector y desde la política como consecuencia de su ineficacia a la hora de proceder a las contrataciones y dotar a la atención primaria y a la salud pública de los recursos que necesita”, defiende Javier Cerdún, secretario general de CCOO. “Creemos que anuncios de este tipo no vienen a calmar ni a responder las necesidades actuales que tenemos”, insiste.

“Han intentado vender Ifema como el estandarte de la buena gestión frente al coronavirus pero lo que todavía no han entendido es que fueron los sanitarios los que, dejándose la piel y dando lo mejor de sí mismos, nos han sacado de esto, esa es la historia real”, sostiene Ezquerra. Si ahora se pretende construir un nuevo hospital, tendrá que ser pensando en la contratación de nuevo personal porque sin él “volverán a desmontar la atención primaria que ya de por sí está débil y que tiene que ser el termómetro para detectar los nuevos casos. Los sindicatos recuerdan que la atención primaria juega un papel esencial para los próximos meses en la contención de la epidemia.

Sin embargo, el secretario general de Amyts se muestra pesimista: “lo que vemos es que la Consejería carece de un plan estratégico para la sanidad madrileña que vea que se va a hacer los próximos años”. Como ejemplo, pone la falta previsión para la sustitución de miles de facultativos que se jubilan en los próximos años, en torno al 30% de la plantilla. “Esto requiere de un análisis de la plantilla que a día de hoy no existe”, asegura.

Como ya avisó la propia presidenta, “la sanidad madrileña se está reinventando para tener su propio escaparate”. Y es lo que consideran desde los sindicatos y el colegio profesional que quiere hacer ahora Ayuso con el nuevo hospital anunciado este lunes: seguir explotando una baza propagandística iniciada con Ifema, ahora impulsada a golpe de ladrillo que les recuerda a los años de las mayorías absolutas de Esperanza Aguirre.

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