La guerra entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno central por la fiscalidad ya es un hecho. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, comenzaba la mañana del miércoles advirtiendo: “Seré la peor pesadilla de los que quieren robar a los madrileños”. La reacción de Ayuso por la enmienda de ERC a los presupuestos generales del Estado para terminar con el “paraíso fiscal de Madrid” era contestada después por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha apelado a otras comunidades gobernadas por el PP para advertirle a la presidenta madrileña de que la armonización fiscal es un reclamo.
Pero ahí no quedaba la cosa. La dirigente del PP ha recogido el guante a última hora de la tarde en un acto que ha servido para cargar contra la nueva ley educativa, pero que se ha aprovechado también para responder al presidente. Al final de su intervención ha avisado: “Pretende equivocar a la opinión pública”. Y proseguía: “Lo que ha dicho esta tarde el presidente del Gobierno es simplemente falso, no se puede hacer de la mentira una forma de hacer política”.
“Ahora se ha decidido que la Comunidad de Madrid después de bajar 16 años impuestos de manera ininterrumpida se ha convertido en un paraíso fiscal simplemente porque así lo han decidido un puñado de votos a manos de los independentistas”, comenzaba la presidenta. Ayuso ha defendido que la Comunidad de Madrid “no es un paraíso fiscal” y “probablemente” sean otras autonomías “un infierno fiscal”. “Si quieren tener los mismos niveles de prosperidad y de empleo lo que tienen que hacer es probar ellos mismos a bajar impuestos”.
Pero lo que más ha molestado a Ayuso es la afirmación de Sánchez de que otros presidentes autonómicos del PP pudieran estar reclamando la armonización fiscal: “Es simplemente falso”, ha defendido. “Se escuda en los nacionalistas” que “no quieren lo mejor para Catalunya sino lo peor para Madrid”, ha continuado.
La presidenta ha asegurado que Sánchez no va a enfrentarla con el resto de autonomías del mismo signo político (PP) porque todas quieren rebajas fiscales y menos trabas burocráticas. “Es un camino que quieren emprender los socialistas: subirle los impuestos a todos los madrileños y cuando se dicen a todos, es a todos, a la persona que tiene un taller en Parla, una mercería en Somosierra o la que está intentando levantar un negocio en Chamberí”, ha incidido.
El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, anunció este martes el acuerdo con el Gobierno central para el apoyo a los presupuestos. El apoyo estaba condicionado a una serie de medidas entre las que se encuentra una moratoria en el pago de los autónomos a la Seguridad Social hasta marzo de 2021 y “acabar con el dumping fiscal de facto y el paraíso fiscal montado por la derecha en la Comunidad de Madrid”.
“Una tomadura de pelo”
Por la mañana, la presidenta madrileña había descargado en una entrevista en Antena 3. “Eso de que Madrid es un paraíso fiscal es una tomadura de pelo” y sobre todo “una falta de respeto a todos los trabajadores madrileños, a todas las personas que madrugan, que pagan impuestos, que son muchísimos en una región que se pelea, en la que se tiene mucha libertad y mucha oferta”, ha dicho la presidenta madrileña visiblemente enfadada.
La presidenta madrileña ha anunciado que viajará a Catalunya los próximos días para defender su postura: “No me pienso callar”, ha sostenido. Y ha añadido: seré la “peor pesadilla” de aquellos que quieren “robarle” a los madrileños. La dirigente del PP ha defendido que como ya hizo en los momentos “más duros de la pandemia”, por la libertad fiscal de Madrid así como por la libertad educativa hará “lo que haga falta, dónde haga falta”, y será “la peor pesadilla de quién sea” si empiezan a tocarle los bolsillos a los contribuyentes madrileños para “pagarle la fiesta, la corruptela al independentismo, que es corrupción”.
“Lo que hacen muchos catalanes, muchos andaluces o muchos extremeños cuando quieren ser libres y crear empresas es venirse a Madrid. En lugar de retenerlos en sus comunidades autónomas haciendo lo mismo, atacan a Madrid”, ha lanzado. En España, ha dicho Ayuso, hay dos tipos de persona “los que tiran del carro y los que viven de otros”.
Los impuestos en Madrid
Madrid es a día de hoy la región que tiene el tramo autonómico del IRPF más bajo de España (junto a Canarias que aplica la excepción insular, del 9%). La última rebaja fiscal se produjo en 2018, año preelectoral, cuando el Gobierno con Cristina Cifuentes al frente aprobó una reducción del 9,5% al 9% actual. El tramo para los más ricos de la Comunidad de Madrid es el más bajo con 5 puntos porcentuales de diferencia con respecto a otras comunidades autónomas como Cantabria, Rioja, Extremadura, Andalucía, Valencia, Asturias y Cataluña. La estimación es que se trata de una recaudación inferior en 860 millones si se compara con esas autonomías, según el informe el Colegio de Economistas de 2018.
Pero a la rebaja generalizada de tributos se suman otros beneficios fiscales que aplica Madrid a los impuestos cuya gestión cede el Estado a las comunidades autónomas. Esa transferencia nació como una forma de involucrar a las autonomías para que se hagan responsables de parte de sus ingresos ya que gestionan el grueso del gasto social (sanidad y educación, principalmente).
Son los impuestos de Sucesiones, Donaciones o del Patrimonio. La Comunidad de Madrid ha sido pionera a la hora de bonificar ese tipo de tributos: lo hace al 99% en el caso de Sucesiones y Donaciones entre padres e hijos y entre cónyuges. El impuesto sobre el patrimonio está anulado porque se bonifica al 100%: el Gobierno regional dejó de ingresar en el último año en los que hay registros (2017) 955 millones de euros. Cataluña, la segunda Comunidad más rica, sin embargo, recaudó ese año por ese mismo impuesto 498,5 millones.
En el caso del Impuesto de Sucesiones y Donaciones que se bonifica al 99%, en 2018, en Madrid se recaudaron apenas 411 millones de euros. Stop Impuesto de Sucesiones, una plataforma que lucha por la supresión de este tributo, ha elaborado el ejemplo de una persona de 30 años, soltera, que hereda de sus padres bienes por 800.000 euros, de los que 200.000 euros corresponden a su vivienda.