Hay una cosa que Isabel Díaz Ayuso conoce bien: un ataque se responde con otro ataque. La presidenta de la Comunidad de Madrid se enfrentaba este jueves a las preguntas de la oposición por el contrato que su Gobierno adjudicó a la empresa de su amigo y por el que su hermano cobró una comisión de al menos 55.850 euros, más IVA. Y ante estas cuestiones de las que Ayuso ya tenía conocimiento, la dirigente regional ha contraatacado: “Les anuncio que el PP –de la Asamblea de Madrid– va a llevar a la Fiscalía al menos siete empresas relacionadas con el PSOE, el presidente del Gobierno, el señor Illa, la vicepresidenta del Gobierno. Contratos que superaron los 326 millones de euros”, respondía al portavoz socialista Juan Lobato.
“Ahora quisiera saber si lo que quieren es investigar corrupción o investigarme a mí, si quieren saber la verdad o intentar desgastarme a mí. Ahora lo que toca es saber si la señora Delgado lo que quiere es investigar a todos los familiares o solo a los míos”, ha asegurado Ayuso. Y ha añadido. “El Partido Popular va a hacer algo muy sencillo: utilizar los mismos argumentos que el PSOE utilizó ante la Fiscalía el 18 de febrero. Vamos a empezar a investigar todo lo que han hecho ustedes durante las compras de las mascarillas durante estos procedimientos”, ha añadido la presidenta regional.
La estrategia es clara: si la Fiscalía investiga el contrato del Gobierno de Ayuso, tendrá que investigar también los del Gobierno. Si no se hace, se desacreditará al Ministerio Público.
El tono bronco por esta cuestión ha sido una constante de la presidenta madrileña durante la sesión de control de este jueves. Ayuso iba a la defensiva y volvía a repetir lo que ha afirmado las últimas semanas desde que estallara el escándalo de la adjudicación indirecta a su hermano: que no tuvo nada que ver y que es todo legal. “Yo no he firmado nada. La clave es si ese contrato es legal o no, la clave es si ese material es de calidad o no y ahí no se va a demostrar ninguna ilegalidad y eso es lo que no va a pasar”, ha defendido.
Este jueves se cumple un año desde la convocatoria electoral que decidió Ayuso y el panorama político ha cambiado por completo en estos 365 días. Ciudadanos ya está fuera de la Asamblea de Madrid, pero los escándalos por la gestión del Gobierno regional durante la pandemia no han dejado de sucederse. Y las relaciones con la oposición han empeorado más si cabe.
“La única forma de que usted pague por lo hecho, es desalojarla en 2023, venir, abrir los cajones y ver todos sus chanchullos”, lanzaba a primera hora la diputada de Unidas Podemos, Carolina Alonso, con una mascarilla que simulaba los papeles de Bárcenas pero con las iniciales de Tomás Díaz Ayuso.
Ya en el turno del portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato, insistía con el tema: Tengo 10 preguntas para usted. Estamos aquí para exigirle la verdad. Dé la cara“. Lobato preguntaba lo que el Gobierno regional aún no ha respondido: quién decidió que se contrataba a Priviet Sportive, la empresa propiedad de un amigo de los Ayuso, por qué hay documentos sin códigos de autenticidad y firmadas a mano y por qué hay varias fechas de entrada de los pedidos.
También la portavoz de Más Madrid, Mónica García, pedía explicaciones: “¿Sabe cuánto son 283.000 euros? Casi tres años del sueldo de una presidenta, seis del sueldo de cualquier médico, diez años del sueldo medio de cualquier trabajador honrado y 20 años de alquiler en Madrid”, criticaba García.
Ayuso respondía como siempre: con chulería y ataques. Y en esta ocasión mezclaba el 8 de marzo con la adjudicación a su hermano. “Están realizando todo tipo de acusaciones y diciendo todo tipo de barbaridades. Puedo decir yo sí que soy una mujer libre ante ese 8M que me habla de mi hermano, de mi padre, de mi antigua pareja, de mi exmarido... ese 8M de palo de pija sin responsabilidad no me va a decir cómo tengo que hacer las cosas. Soy una mujer libre e independiente que no ha trabajado nunca para su familia, que no ha tenido nunca una relación económica con nadie de su familia y que, por cierto, nunca le ha ayudado absolutamente a nadie”, ha lanzado.