Aún no se ha puesto la primera piedra, pero la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento ya han colocado al macroproyecto Madrid Nuevo Norte -en el pasado Operación Chamartín- en la lista de los grandes logros del mandato. Las obras comenzarán a principios de 2021, según ha avanzado la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y durarán más de dos décadas. “Es el mejor ejemplo de actuación de la Comunidad de Madrid en toda la legislatura ”, ha afirmado en un acto multitudinario en la Real Casa de Correos al que ha acudido la plana mayor del Gobierno regional y municipal de PP y Ciudadanos. La operación ha estado bloqueada durante más de 25 años y el último proyecto urbanístico lo aprobó la corporación de Manuela Carmena.
Tanto Ayuso como el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, han presentado la operación como el ejemplo de las “políticas adecuadas y precisas para salir de la situación de la crisis económica” tras la pandemia. Las actuaciones empezarán por el cubrimiento de las actuales vías de la estación de Chamartín para crear un parque. La construcción de los edificios tendrá que esperar otros 10 años. Trascenderán este y varios mandatos. El proyecto afecta a una superficie de 2,3 millones de metros cuadrados, equivalente a la distancia que separa la Plaza de Neptuno de la Plaza de Castilla.
“Se trata de ofrecer toda la libertad posible a la iniciativa privada y aliviar la presión que afecta a la creatividad. Menos impuestos, menos burocracia para los que emprenden, vengan de donde vengan. Madrid es de todos. Más personas trabajando y menos impuestos”, ha reivindicado la presidenta regional. “Esto no es el modelo del ladrillo, sino de la sostenibilidad, de la atracción de la inversión, de la riqueza y del empleo”, ha añadido el regidor tras la proyección de un vídeo que mostraba la maqueta final del macroproyecto, modificado durante más de 25 años en los que se triplicó el terreno vendido y se cambiaron claúsulas clave, la mayoría en favor de BBVA y la constructora San José (agrupadas en Distrito Castellana Norte), como desveló elDiario.es.
“Hemos pisado el acelerador de la locomotora de España”, ha dicho Ayuso, que asegura que proyectos como este -con el rascacielos más alto de Europa (300 metros), 348 edificios de oficinas y 10.500 viviendas (el 20% de protección oficial)- hacen de Madrid una “región fiable”. “El mayor centro de negocios del sur de Europa”, decía la voz en off del vídeo proyectado en la Puerta del Sol. “El Gobierno está para acompañar, no imponer, y esta es el mejor ejemplo de esta manera de actuar. Es un proyecto colosal”, se ha felicitado Ayuso, cuyo Consejo de Gobierno aprobó en las semanas más duras de la epidemia el visto bueno definitivo a la operación. Estaba previsto antes de la COVID-19 y los planes no se movieron.
En la Puerta del Sol nadie se ha querido perder la foto con la maqueta. Había tantos cargos, entre políticos y empresarios -el presidente de Distrito Castellana Norte, uno de los protagonistas de la jornada- que el plano de los fotógrafos no les abarcaba. En los asientos había escasa representación de la oposición en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid: el portavoz adjunto de la Asamblea de Madrid, José Cepeda, y el exconcejal de Desarrollo Urbano, José Manuel Calvo (Más Madrid). El Pleno del Ayuntamiento aprobó la operación el pasado mes de mayo sin votos en contra. Solo la abstención del PSOE. El último proyecto lo desarrolló el Gobierno de Manuela Carmena, lo que generó una brecha entre sus concejales. Este martes, el vídeo promocional subrayaba que la operación había despertado el “máximo consenso político y social”. “Se aprobó por abrumadora mayoría”, ha recalcado Almeida, que ha vuelto a pedir al Ministerio de Transportes que el AVE llegue a Barajas.
25 años de modificaciones en los contratos
La operación ha dado muchas vueltas en 26 años de bloqueo. En este tiempo, la sociedad privada y Adif (propietaria de gran parte de los terrenos) han ido renovando el contrato por el que la empresa pública venderá los terrenos a una sociedad privada formada por BBVA y la constructora San José, unos documentos que publicó en exclusiva eldiario.es. La evolución de estos contratos supone una transformación completa del plan inicial, con condiciones muy distintas a las que, en su momento, consiguió el banco Argentaria –entonces público– cuando ganó el concurso convocado por Renfe para esta operación. Nunca se volvió a sacar a concurso.
El gigantesco solar que venderá Adif a Distrito Castellana Norte (DCN), formada por la constructora San José y BBVA, agrupa 1,27 millones de metros cuadrados, según el último contrato. La empresa pública tiene la propiedad de la mitad del terreno que se va a urbanizar, el resto se lo reparten con porcentajes mucho menores el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, Correos y el Ministerio de Fomento junto a otros propietarios privados. DCN pagará por ese suelo 984,2 millones de euros: lo que supone menos de 769,5 euros por metro cuadrado si se descuentan los intereses financieros del pago a 20 años.
“Ha sido un proceso complejo y tal vez demasiado largo que echa a andar cuando más útil puede ser”, ha defendido el presidente de Distrito Castellana Norte, Álvaro Aresti. Como representante de Adif, ante la ausencia de la presidenta por “motivos de agenda”, la directora de proyectos de la empresa pública, María Luisa Domínguez, ha hablado de un “largo sueño hecho realidad” y ha situado la estación de Chamartín como uno de los núcleos del megadesarrollo urbanístico para conectar el “norte y el sur”.
El proyecto finalmente se desarrollará a lo largo de 25 años –en el segundo semestre de 2021 empezará la urbanización y tendrá que pasar otra década para que se empiecen a construir los edificios–. Supondrá una inversión de 7.100 millones de euros y la creación de 200.000 empleos, directos e indirectos, asegura la Comunidad de Madrid.