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Ayuso reclama al Gobierno 1.000 millones para Metro y la atención a los refugiados mientras anuncia nuevas rebajas de impuestos

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, participa en un desayuno informativo de Europa Press.

Fátima Caballero

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Díaz Ayuso, ha cifrado este miércoles en 1.000 millones el importe de la factura de Metro de Madrid por la subida de la factura de la luz y la atención a los refugiados llegados de Ucrania, una cantidad que reclama al Gobierno de los fondos europeos. Una factura que, considera, debe asumir el Estado mientras anuncia nuevas rebajas impositivas después de la aprobada en diciembre en el tramo autonómico del IRPF. En esta ocasión, Ayuso ha anunciado que una nueva reforma para bonificar el impuesto de donaciones y sucesiones entre hermanos y sobrinos y tíos se aprobará en breve para que pase el trámite parlamentario este año y se aplique el próximo ejercicio, año electoral.

En un almuerzo informativo organizado por Europa Press con motivo del aniversario de las elecciones del 4M, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha defendido el recorte del 10% de los trenes en el Metro de Madrid. Según ha dicho, se ha tomado la medida para no tener que subir la tarifa del transporte suburbano que ha provocado la subida de la factura de la luz. “Si subiéramos el bono también seríamos criticados por la izquierda”, ha espetado.

“Hemos calculado que entre las subidas nuevas de tarifas y desplazados ucranianos, son más de mil millones de euros lo que le pedimos en conjunto con todo, pero no recibimos ninguna ayuda extraordinaria”, ha asegurado.

Según cifró el consejero de Transportes del Gobierno regional, David Pérez, el aumento de la factura de la luz ha provocado que se multiplique por cuatro la factura en febrero, al pasar de los 3,4 millones de 2021 a los 12,2 de 2022. Hasta llegar a los 1.000 millones que ahora reclama al Ejecutivo central, Ayuso incluye la atención a los refugiados que llegan de Ucrania a los que la Comunidad de Madrid les facilita el bono transporte gratuito y el acceso a la sanidad y la educación.

Mientras reclamaba esa cantidad, que ha dicho que no espera que llegue, la presidenta madrileña ha anunciado una nueva rebaja de impuestos, una promesa electoral que quiere que esté aprobada antes de los comicios de 2023: una deducción del impuesto de donaciones y sucesiones entre tíos y sobrinos y entre hermanos que llegaría los próximos meses al Parlamento regional.

Esta nueva rebaja impositiva supondrá que la Comunidad de Madrid deje de recaudar 30 millones de euros al año en el impuesto de donaciones y sucesiones, según cifró la presidenta regional durante la campaña electoral de hace un año. De la iniciativa, se beneficiarían 11.000 madrileños, lo que supone un 0,16% de la población, de las 6.779.888 personas censadas en la Comunidad de Madrid a 1 de enero en el Instituto Nacional de Estadística.

Según anunció durante la campaña, el objetivo es ampliar la bonificación del impuesto de donaciones y sucesiones entre hermanos, del actual 15% al 25%. También la bonificación entre tíos y sobrinos, del 10% al 20%.

Ayuso anuncia este impuesto después de aprobar hace apenas unos meses una rebaja de impuestos en el tramo autonómico del IRPF que merma la recaudación autonómica en más de 300 millones de euros. A esta rebaja de impuesto se suma la bonificación del impuesto de donaciones y sucesiones entre padres e hijos y cónyuges y la del patrimonio. Por la exención del impuesto de Patrimonio a las grandes fortunas, el Gobierno de la Comunidad de Madrid deja de recaudar alrededor de 1.000 millones de euros al año.

Un PP de Madrid “reducido”

La presidenta regional ha manifestado su intención de nombrar una estructura reducida para el PP de Madrid cuando lo presida a partir del 21 de mayo y ha asegurado que separará “completamente” las labores del partido y las de gobierno porque quiere que todo el mundo esté centrado en su responsabilidad.

La dirigente madrileña ha avanzado que no quiere que sus consejeros sean vicesecretarios porque no ve positivo “que se agrupe tanto el poder”. “Si estás como consejero esto te lleva tantísimo tiempo que no te debería quedar tiempo para nada”, ha apuntado. Una contradicción respecto a su propio nombramiento como presidenta y presidenta del partido.

En cuanto al papel que jugará el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en el partido, ha defendido que son “el mismo equipo” y se sentarán a ver cómo seguir “caminando juntos” y qué personas quieren los dos “para fortalecer la organización”.

Ayuso no descarta hacer cambios en “puestos intermedios” en su Gobierno de cara al último año de legislatura pero no planea cambiar a los consejeros. Preguntada por si no tendrá en cuenta la lealtad que dirigentes del PP madrileño tuvieron con el anterior presidente del partido, Pablo Casado, ha admitido que “casadistas” han sido “todos”. “Yo era la primera que estaba... ¡Solo faltaba! Era el presidente y había que estar con el presidente. Somos un partido además que siempre nos hemos cuidado y respetado entre nosotros y que hemos reconocido la labor del que se pone al frente”, ha dicho

Cosa distinta es, a su parecer, “quien haya puesto en tela de juicio la honorabilidad de su Gobierno y la gestión de la Comunidad de Madrid”, algo que sí va a tener en cuenta porque han trabajado “al céntimo de euro”, con “transparencia y honradez”.

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