Ayuso trata de zanjar la crisis interna con Ciudadanos y recupera las banderas del PP en su primer Debate del Estado de la región

Fátima Caballero

14 de septiembre de 2020 22:16 h

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Isabel Díaz Ayuso llegaba este lunes a su primer Debate del Estado de la Región como presidenta de Madrid “con la convicción del deber cumplido”. La dirigente popular hacía esta afirmación en el marco de un discurso marcadamente triunfalista cuando la región vuelve a liderar las cifras de contagios por el virus en la segunda ola epidémica. Con esta “convicción” y cero autocrítica, las crisis sanitaria y económica provocadas por la pandemia no han cambiado la agenda de la jefa del Ejecutivo madrileño, que desempolvaba viejos anuncios con los que recupera las banderas de siempre del Partido Popular: la rebaja de impuestos, más blindaje de la educación concertada y la lucha contra la ocupación, entre otros. El discurso de Ayuso recordaba al de hace un año en el debate de investidura como si la región no estuviera sumida en una crisis sanitaria sin precedentes desde hace seis meses, que se ha cobrado ya la vida de más de nueve mil personas.

El objetivo este lunes era lanzar el mensaje de que la hoja de ruta del PP no ha cambiado. Pero también escenificar la unidad y zanjar la enésima crisis interna abierta esta semana con su socio de coalición, Ciudadanos. Ayuso hizo guiños a su vicepresidente, Ignacio Aguado, tras las especulaciones sobre una ruptura abrupta del Ejecutivo madrileño y le agradeció haberse mantenido “al margen del deshonor que pretende el PSOE”, en alusión a las declaraciones del secretario de los socialistas en Madrid y delegado del Gobierno, José Manuel Franco, que planteó hace una semana la opción de una moción de censura en la que la formación haría presidente a Aguado para desalojarla de la Puerta del Sol.

Si esas declaraciones de Franco llevaron a Ayuso a plantearse de nuevo un adelanto electoral –como había ocurrido en mayo en plena pandemia–, esa opción queda de nuevo, por el momento, en un cajón. Las encuestas sitúan al PP hoy como el partido más votado en Madrid, pero Ayuso estaría lejos de la mayoría absoluta y seguiría dependiendo de Ciudadanos y de Vox para gobernar. Así que zanjada la polémica y para escenificar la paz, la dirigente popular terminó su discurso con una palmada en la espalda de su vicepresidente y con un paseo final por la Asamblea de Madrid a la salida. Ayuso y Aguado caminaron a un ritmo lento mientras las cámaras captaban el momento.

También hubo mensajes para su otro socio de legislatura, Vox. Aunque esta vez no eran buenas noticias para la formación de extrema derecha que por el momento no podrá anotarse el tanto de haber conseguido reducir las consejerías. Ayuso negó este lunes que se estuviera planteando la reestructuración de gobierno que lleva pidiendo desde hace meses Vox a cambio de su apoyo a los presupuestos de 2021. Con un “no sobra nadie”, Ayuso zanjaba las exigencias de la formación de Rocío Monasterio, después de que ella misma lo plantease en junio.

“Valoro muy positivamente los resultados que presentamos hoy, los resultados de todos y cada uno de nuestros consejeros. Pero más aún lo estoy de su sacrificio, su compromiso y vocación por seguir siempre adelante”, insistía la presidenta autonómica sobre esta cuestión. Nada de autocrítica de su gestión en la primera ola de la pandemia ni tampoco en la segunda el día que sumaba este lunes casi 11.000 nuevos contagios en la región tras el fin de semana.

Rebaja de impuestos

Una de esas principales banderas es la de rebajar aún más los impuestos en la región que ya tiene hoy el tramo autonómico del IRPF más bajo de España. La presidenta madrileña rescataba este lunes su promesa electoral de bajar medio punto más todos los tramos del IRPF, una medida que ya anunció durante el debate de investidura de hace 13 meses y que aparcó en un cajón nada más llegar a la Puerta del Sol ante la incapacidad de su Gobierno para aprobar las cuentas de 2020, pero sobre todo por el estado financiero de la administración regional que se encontraba en números rojos.

Lejos de mejorar, la situación económica de la región es ahora mucho peor. El Gobierno regional estima una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 12,7% por la pandemia que la propia presidenta cuantificaba en 30.000 millones de euros. Ayuso también daba cifras del impacto de la epidemia en las cuentas de 2020: 3.444 millones de euros, de los cuales 2.389 millones de euros han sido un mayor gasto y 1.055 se han debido a menores ingresos –es decir, ha recaudado menos en impuestos–. Precisamente, esas cifras coinciden con el dinero que el Gobierno central dará a la Comunidad de Madrid –unos 3.400 millones– para hacer frente a la crisis económica y sanitaria, que el Ejecutivo de Ayuso no tendrá que devolver ni contará para su deuda.

Mientras, Ayuso se permite el lujo de anunciar rebajas de impuestos “en esta legislatura”, sin mayor concreción, pese a que Madrid, que ha sido durante 17 años el laboratorio de las políticas neoliberales del ala más dura del PP, ya tiene hoy el tramo autonómico del IRPF más bajo de España (junto a Canarias que aplica la excepción insular, del 9%). Las rebajas fiscales en la Comunidad de Madrid, especialmente a las grandes fortunas, comenzaron a implantarse con Esperanza Aguirre en 2002, continuaron con Ignacio González y se intensificaron con Cristina Cifuentes. La última se produjo en 2018, año preelectoral, cuando el Gobierno regional con Cifuentes al frente aprobó una reducción del 9,5% al 9% actual.

Impulso de la educación concertada

Otra de las banderas ideológicas de la presidenta regional y del Partido Popular es el impulso de la educación concertada frente a la pública. Entre los anuncios importantes de este lunes estaba el de llevar a la Asamblea de Madrid una ley para “blindar” la educación concertada en un momento en el que la enseñanza pública reclama más recursos para hacer frente a la pandemia. El anuncio se produce a días de la huelga convocada por el profesorado de la escuela pública por la falta de docentes y espacios para abordar la nueva situación impuesta por la COVID-19.

El objetivo ese “blindaje” de la concertada es “garantizar las plazas atendiendo a la demanda de las familias”, explicaba la propia Ayuso, mediante una normativa autonómica que no existe en ninguna otra comunidad y que en la práctica ya se lleva a cabo en la Comunidad de Madrid desde la época de Esperanza Aguirre. Todos los equipos de Gobierno del PP han alimentado la apertura de aulas y colegios con conciertos, cuyo presupuesto se ha mantenido en ascenso incluso en los peores años de la anterior crisis económica. Con esta ley, el Gobierno madrileño daría un paso más en la defensa cerrada de las escuela concertada.

Lucha contra la ocupación

Otro de los anuncios se centró en la lucha contra la ocupación. La presidenta regional al igual que hiciera el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, recuperaba este lunes una de las banderas de su campaña electoral, abandonada durante la epidemia, con el anuncio de un nuevo teléfono '112 Ocupación' y una oficina de asesoramiento a los ciudadanos gestionada por la Agencia de Seguridad y Emergencias de la región. “Informará sobre qué hacer y para que se traslade inmediatamente cada caso a la Fiscalía o a la Delegación del Gobierno”. Ayuso llegó a comparar estas medidas contra la ocupación con las de violencia machista avanzando que la Comunidad de Madrid se personará como acusación en estos procesos, “como hace en los de violencia de género”.

La presidenta madrileña hizo hincapié en su empeño en recortar las licencias para operar en la región. Hace unos meses anunciaba una reforma de la ley del suelo para acabar con las licencias urbanísticas y este lunes avanzaba en esa línea anunciando una nueva ley de “mercado abierto” para que “todo producto, empresa o autónomo establecido legalmente en España no necesite solicitar ningún permiso o licencia de actividad” para operar en Madrid. La regidora lo justificó asegurando que “la libertad económica” ha impulsado “muchos avances” en la región. “La Ley del Mercado Abierto potenciará aún más la llegada de inversiones y empresas mediante la eliminación de trabas y regulaciones innecesarias”. El objetivo: “La libre circulación de bienes y servicios mediante el reconocimiento automático de licencias”. “Bastará con que tengan todos los papeles en regla en sus respectivas autonomías de origen”.

Ayuso defendió la convicción de su Ejecutivo de “no incrementar el intervencionismo estatal innecesario”. “No hay que someter a los ciudadanos a una insoportable asfixia fiscal, ni esclavizar a generaciones futuras con una deuda insostenible”, defendió la presidenta madrileña.

El debate del Estado de la región se retomará este martes con la réplica de los grupos de la Cámara madrileña, pero la oposición ya hacía al final de la jornada de este lunes sus primeras valoraciones. Para el portavoz adjunto del PSOE en la Asamblea de Madrid, José Cepeda, las medidas propuestas por la presidenta están “alejadas” de la realidad y, en algunos casos, los anuncios son caducos. La portavoz de Unidas Podemos-IU en la Asamblea de Madrid, Isa Serra, aseguró haber vivido un “flashback” durante la intervención de la presidenta regional, con anuncios “vacíos” y algunos ya conocidos “hace un año” en el discurso de investidura mientras que el portavoz de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinyà lamentaba el triunfalismo de la presidenta autonómica de la región más golpeada por la pandemia en primavera que vuelve a estar a la cabeza de contagios.