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La campaña ensucia los homenajes a las víctimas del 11-M quince años después de los atentados

Madrid sufrió el más devastador atentado terrorista de la historia de España hace ahora quince años. Las bombas mataron a 192 personas, dejaron casi 1.800 heridos y abrieron una profunda herida donde ha cabido mucho más de lo deseable: teorías de la conspiración, asociaciones divididas y políticos que han utilizado políticamente la devastación. Tres lustros después de que estallaran las mochilas que cambiaron la historia de un país, la campaña electoral ha ensuciado de nuevo los homenajes a las víctimas.

La mañana de la efeméride empezó solemne y triste en un acto en la Puerta del Sol que reunió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el jefe del Ejecutivo de la Comunidad, Ángel Garrido. Ha sido el único de la jornada que ha congregado a todas las asociaciones y representantes políticos de todos los partidos. Allí nadie se salió un milímetro del guion del respeto: la mayoría condenó el acto terrorista e hizo un retrato de Madrid como una “ciudad solidaria” que se volcó con las víctimas.

Pero antes de mediodía la crispación ya había engullido los actos de conmemoración. Los globos blancos y las palabras de recuerdo se mezclaron con gestos pegajosos. El presidente de la asociación 11M, Eulogio Paz, pronunció un alegato de memoria también trufado de críticas al PP por la gestión de aquella crisis y los años posteriores. “Aznar nos llevó a la guerra (de Irak) y a cambio recibimos el atentado. Mientras el PP no digiera eso, seguirán teniendo un grave problema con el 11M”, dijo Paz, que señaló a cargos públicos del partido, como el presidente de Melilla Juan José Imbroda, como transmisores de las teorías de la conspiración hasta apenas hace unos días.

En primera fila le escuchaban con una incomodidad evidente figuras importantes del partido, como el presidente del Gobierno regional, Ángel Garrido; y varios de sus consejeros. La mayoría de los conservadores no se han movido de su sitio a la espera de que terminara el discurso, que ha retratado al PP como un partido que alimentó la teoría de la conspiración que sitúa a ETA como ejecutora del atentado y que “intentó con la mentira ganar las elecciones” y no “ha pedido perdón”.

Pero otros, como el candidato del PP al Ayuntamiento de Madrid, respondieron a sus palabras abandonando el acto a la mitad. José Luis Martínez-Almeida canceló su agenda, que incluía la asistencia a un acto en El Pozo, una de las estaciones de las explosiones. “No es un día para hacer mítines políticos. Han sido 15 minutos de insultos intolerables”, explicó después. En el PP daban por hecho que “se podía lanzar alguna crítica pero no esto”, según dijeron fuentes del partido en Madrid.

Menos de una hora después de las quejas de “utilización política” de las víctimas expresadas por Almeida, su líder, Pablo Casado, recuperaba la teoría de la conspiración en el acto convocado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), una conjetura que había sido abandonada por el Gobierno de Mariano Rajoy y ahora vuelve a agitarse. Tras la ofrenda floral, Casado ha pedido que se “desclasifique cualquier información y que se llegue a la verdad si hay alguien que la oculta o está mercadeando con ella”.

“Hay informaciones que dicen que puede haber informaciones que no se conocen”, ha proseguido en un encuentro en el Bosque del Recuerdo del Parque del Retiro en el que la AVT ha calificado el 11M como un “caso abierto”. “Que se llegue hasta el final con rigor”, ha pedido la actual presidenta de la organización, Maite Artaluce, doce años después de la condena a la célula yihadista autora de los atentados en Cercanías. Vox también ha alentado la misma conjetura.

La sentencia se firmó el 31 de octubre de 2007 y en ella se consideró probado que los fueron perpetradas por un grupo islamista, siete de cuyos miembros murieron en las explosiones de Leganés, con la colaboración del exminero José Emilio Suárez Trashorras, que les aportó el material explosivo con el que se fabricaron las bombas. El mismo Trashorras, castigado con 34.000 años de cárcel en el Supremo, fue precisamente uno de los testigos que utilizaron algunos medios de comunicación para sembrar dudas sobre la autoría de los atentados. “Mientras El Mundo pague, les cuento la guerra civil”, relató Trashorras a sus padres desde la cárcel.

El PSOE también ha aludido al asunto en este aniversario. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha respondido a las dudas sembradas sobre la “verdad” por el líder de la oposición. “No es un problema de teoría conspiratoria. Lo que hicieron fue una gran mentira para ganar unas elecciones. Es la historia de una infamia y los que han tenido mucho que ver no han perdido perdón”, ha afirmado el también secretario de Organización del PSOE, que ha calificado de “indecencia” la respuesta de Casado. “Ya está bien, atribuyeron este atentado ellos”.

Albert Rivera, en primera fila del acto de la AVT junto a Casado, ha alertado contra los “discursos de unos contra otros” ante el intercambio de acusaciones y ha pedido “unidad de acción”. “El terrorismo se lleva la vida de todos, da igual la ideología”. La convocatoria en El Retiro ha reunido a los líderes del PP y Ciudadanos en un acto copado por la derecha española al que también, no obstante, ha asistido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y los candidatos del PSOE en Madrid, Ángel Gabilondo y Pepu Hernández. Podemos no ha enviado allí ningún representante, aunque sí a otros actos del día.

El PP ha hecho aquí su mayor despliegue, con la reaparición inesperada de María Dolores de Cospedal y una nutrida representación del partido en Madrid. También ha acudido el número dos de la candidata a la Comunidad, David Pérez. Todos han escuchado en pie a la exlíder de la AVT, ahora cargo público colocada por el PP como comisionada de las víctimas del terrorismo de la Comunidad de Madrid, Ángeles Pedraza.

Un año más, Madrid es testigo de las heridas políticas del 11-M con actos convocados por separado por las dos asociaciones principales (AVT y Asociación 11-M). Mismos globos y mismo dolor de las víctimas que los empujan un aniversario tras otro. Este, como ya pasó en 2004, el 11M ha vuelto a coger a España en campaña electoral. Entonces, solo quedaban tres días para la cita con las urnas; hoy faltan más de dos meses pero los partidos están ya con la maquinaria a pleno rendimiento.

Este lunes nadie se quiso perder nada: un acto a las 9, otro a las 10.30, otro a las 12, otro a las 13, más por la tarde... Aunque al final, como cada aniversario, la herida abierta volvió a supurar pus y sangre. Las víctimas, a juzgar por las reacciones, siguen siendo un arma electoral.