Una hoja de 15 metros de largo bordea este sábado el memorial a las víctimas de la Guerra Civil en el cementerio de La Almudena. Sobre el papel arrugado pegado con celo, aparecen enumeradas las 2.936 personas que el franquismo represalió entre 1939 y 1944. Es un “gesto”, una “protesta”. La hoja impresa pretende reemplazar las placas de granito con los nombres de las víctimas de la dictadura que formaban parte del proyecto original y que el Ayuntamiento de PP y Ciudadanos desmanteló por considerarlo “sectario”. Medio centenar de personas se han reunido este sábado en el cementerio madrileño para exponer los nombres y mostrar el “rechazo” al desmantelamiento del monumento original.
Detrás de las vallas que aún protegen las obras, cartones impresos también hacen de las tres placas eliminadas del proyecto puesto en marcha por la exalcaldesa Manuela Carmena. eldiario.es adelantó este lunes que, además de eliminar la identidad de los represaliados, el nuevo proyecto borra versos del poema El herido, de Miguel Hernández; un texto de Julia Conesa, una de las Trece Rosas, y una inscripción acordada con los familiares de las víctimas. El alcalde José Luis Martínez-Almeida ha negado que se eliminaran fragmentos de la obra del poeta porque esa era “una propuesta del Gobierno de Carmena de la que no tuvieron conocimiento ni el comisionado ni el resto de grupos políticos”.
“Se han pasado mucho”, ha criticado Antolín Pulido, el hombre que ha convocado como particular la concentración y que este viernes acudió al Palacio de Cibeles para presentar ante el Ayuntamiento los 2.936 nombres. Ha llegado con cartones y papeles impresos para repartir entre los asistentes. Algunos de los presentes han cruzado el alambrado para pegarlos y han salido minutos después tras la insistencia del guardia de seguridad.
Una vez fuera, sobre la malla verde que tapa las obras, han colgado con picos de madera la hoja de 15 metros de largo y una bandera republicana. “Va a durar poco”, ha lamentado un hombre (a las 15.00 horas, los nombres y las placas reivindicativas ya no estaban). Otra mujer, de 75 años y que fue sindicalista durante la dictadura, ha reflexionado: “Es lo que podemos ir haciendo. Tenemos que ir dando pasos y no dejar que borren la memoria”. Para ella, “reflejar los asesinatos” es lo “mínimo”.
El Gobierno municipal de PP y Ciudadanos consideró que exponer las identidades de los represaliados durante la dictadura en el monumento era “sectario” y “contrario” a las recomendaciones del Comisionado de Memoria Histórica. El Consistorio ordenó desmontar las obras casi terminadas y exponer, en cambio, una inscripción general que rinda homenaje a “ambos bandos”.
La nueva inscripción, que hace referencia a las víctimas de la Guerra Civil, ya está escrita sobre la piedra: “El pueblo de Madrid a todos los madrileños que entre 1936 y 1944 sufrieron la violencia por razones políticas, ideológicas o por sus creencias religiosas. Paz, piedad, perdón”. “Tenía que poner: 'que sufrieron la violencia por el golpe de Estado”, ha comentado Rosa Muñoz, de 67 años. “Hacen lo que quieren y tiran por el piso la historia”, ha criticado.
Las familias de los fusilados, que este sábado no han estado presentes, calificaron de “vileza política” arrancar los nombres del monumento y una asociación de víctimas denunció al Consistorio por un presunto delito de prevaricación ante la Fiscalía y el Tribunal de Cuentas “por despilfarrar 210.000 euros” para desmontar un monumento parcialmente ejecutado. La primera archivó la denuncia y el segundo ha empezado a investigar la retirada de las placas.
“Almeida quiere destrozar la memoria. Quieren enterrarla e igualar unas víctimas con otras”, se ha quejado Rosa del Cerro, de 54 años. “Y, lo último ha sido quitar los versos de Miguel Hernández”, se ha indignado. Minutos después, la mujer se ha unido a los que cantaban versos del poeta, de Vientos del Pueblo: “Hombres que entre las raíces / raíces gallardas / vais de la vida a la muerte / vais de la muerte a la nada”.