El pasado mes de enero el gobierno de Cristina Cifuentes renovó el convenio por el que se regula la asistencia religiosa católica en los hospitales públicos madrileños. En este acuerdo se especifican las actividades que deben realizar los sacerdotes en estos centros sanitarios e incluye una claúsula que ya generó polémica en el año 2008, cuando se suscribió este documento con la provincia eclesiástica de Madrid que daba continuidad a un convenio ratificado por Alberto Ruiz Gallardón en 1997 y que también incluía este apartado.
“El servicio de asistencia religiosa católica, a través de sus legítimos representantes, formará parte del comité de ética y del equipo interdisciplinar de cuidados paliativos”, indica el cuarto punto de este convenio que en su momento ya fue publicado por varios medios.
Desde el departamento de comunicación de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aseguran que estas condiciones se prorrogan automáticamente año tras año, por lo tanto en esta ocasión sería la primera vez que el Gobierno de Cristina Cifuentes lo renueva. Asimismo estas fuentes confirman que representantes de este servicio religioso están presentes en algunos comités de ética de los hospitales públicos.
“Participan en estos organismos porque tienen una formación en bioética, no por el hecho de ser sacerdotes”, asegura un portavoz de la Consejería que ha reseñado que la redacción de ese artículo no se ajusta a la realidad, aunque no se ha modificado en los ocho años que han pasado desde que se suscribió por primera vez.
¿En qué consiste la labor de los comités de ética? Fuentes sanitarias señalan que estos organismos deciden sobre todas las cuestiones de bioética que se plantean desde el inicio hasta el final de la vida, también opinan sobre la gestión de recursos en los hospitales, sobre la capacitación para tomar una decisión de personas con discapacidad o el suministro de vacunas.
“Si por ejemplo hay un conflicto entre familiares sobre la retirada de sistemas mecánicos o la medicación y alimentación a un paciente, estos organismos escuchan a todas las partes y emiten una opinión que es consultiva. Su objetivo es que el paciente no sufra”, explican estas fuentes.
Estos organismos, a petición de pacientes y profesionales de la salud, analizan y asesoran en los conflictos éticos asistenciales. La opinión que emiten no es vinculante, solo es consultiva, y son multidisciplinares, están formados por miembros de diversos ámbitos del hospital. Según el decreto que los regula en la Comunidad de Madrid, no solo hay representantes sanitarios también hay personas con especializaciones en Derecho o Trabajo Social y también contempla la incorporación de las personas que proporcionan asistencia religiosa. Estos últimos se pronuncian en todos los casos, “no solo en aquellos de pacientes católicos”, aseguran desde la Consejería.
Un comité por hospital
Estas fuentes oficiales no han podido aportar una cifra exacta del número de comités -suele haber uno en cada hospital- que cuentan con un algún sacerdote o religiosa. Por su parte, la archidiócesis de Madrid no ha contestado, por ahora, a las preguntas planteadas por eldiario.es.
La Iglesia católica no es la única entidad religiosa que tiene un convenio firmado con la Comunidad, el Consejo Evangélico de Madrid también firmó un acuerdo para que sus sacerdotes estén presentes en los hospitales públicos. Sin embargo, según confirma la Consejería, en el acuerdo ratificado entre evangélicos y el Gobierno regional no existe ningún punto que abra la puerta a que los miembros de esta comunidad religiosa participen en los comités de ética. Además, tampoco tienen constancia de que representantes de este Consejo, como señalaron en el caso de los sacerdotes católicos, estén presentes en algún organismo deontológico por su formación en bioética.
Asistencia religiosa financiada por la Administración
El 2 de enero del 2008 se ratificó este convenio, que daba continuidad a otro suscrito por el Gobierno regional de Alberto Ruiz Gallardón en 1997 y que ya contemplaba la inclusión de curas en los comités de ética. En ambos documentos señalaban que la asistencia religiosa en centros sanitarios está promovida por un acuerdo de 1985 firmado entre el Estado español y la Santa Sede, en el que se indicaba que era el Gobierno nacional el encargado de financiar este servicio. Sin embargo, debido a la cesión de competencias actualmente son los ejecutivos regionales los responsables de asumir el coste de esa asistencia.
En los presupuestos del 2016 de la Comunidad de Madrid cada hospital tiene una partida específica destinada a hacer frente a los convenios con entidades religiosas, por lo que esas cantidades no incluyen solo la asistencia católica. Por ejemplo, en el Hospital de la Paz destinarán durante este año 124.461 euros a este servicio y en el Gregorio Marañón, 85.535 euros.
El hospital, “un lugar para evangelizar”
El convenio firmado entre la Comunidad de Madrid y la provincia eclesiástica establece las actividades que deben desarrollar los capellanes dentro de los hospitales: “Visitar a los enfermos, celebrar los actos de culto y administrar los sacramentos, asesorar en las cuestiones religiosas y morales, colaborar en la humanización de la asistencia hospitalaria”.
Y en él también señalan que la gerencia de los hospitales les debe facilitar “todos los medios y la colaboración necesarios para el desempeño de su misión y, en especial, las informaciones oportunas sobre los pacientes”. La Consejería justifica la existencia de este acuerdo señalando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) obliga a las administraciones a garantizar que todos los pacientes cuentan con asistencia espiritual.
Por su parte, desde el departamento Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal planteó en el año 2013 que su presencia en estos centros no se centra solo en el servicio sanitario a los pacientes católicos. “El hospital es hoy un lugar difícil pero privilegiado para la evangelización, pues por él pasan, antes o después, tanto los fieles como los alejados e increyentes”, apuntaban en un documento con el que pretendían impulsar una campaña de reflexión sobre este departamento sanitario.
“Si la Iglesia no se toma en serio su presencia en este mundo hospitalario, será cada día más insignificante en el mismo, dejará de ser sal y luz, consuelo y esperanza para los enfermos, y antes o después se verá expulsada. Estamos, pues, en un momento crítico en que la Iglesia se juega mucho”, añadían en este escrito que está publicado en la web de la archidiócesis de Madrid.