El inicio del 2016 está siendo convulso para el Ayuntamiento de Madrid, y en especial para la concejalía de Cultura, dirigida por Celia Mayer. Tras la polémica por la cabalgata de Reyes Magos y el error en la retirada de una placa considerada franquista, la concejala se enfrenta ahora a un investigación por parte del Consistorio por la actuación de una compañía de títeres en el Carnaval de Tetuán que ha acabado con dos de los artistas en prisión preventiva por enaltecimiento del terrorismo.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha sido la encargada de anunciar este lunes que el Ayuntamiento va a llevar a cabo una “profunda investigación” para determinar quién o quiénes son los responsables de que no se controlase el contenido de la obra de títeres. Carmena ha abierto la puerta a que esa investigación acabe con la destitución de la concejala de Cultura –o de cualquier persona de su equipo–, y no ha descartado que sea la propia Mayer quien presente su dimisión.
El PP ha ido más allá. Su portavoz adjunto en el Ayuntamiento, Íñigo Henríquez de Luna, ha presentado una denuncia en la que piden al juzgado que investigue los hechos y la posible “existencia de responsabilidad” de Celia Mayer “como responsable de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Madrid y presidenta de la empresa municipal Madrid Destino en la comisión del delito de enaltecimiento del terrorismo en calidad de cooperador necesario ya que sin su intervención el delito no podría llevarse a cabo”.
Celia Mayer se enfrenta así a su momento más complicado como edil del Ayuntamiento. La polémica con los titiriteros ha sucedido a la de la cabalgata de Reyes Magos.
Esa cabalgata estuvo rodeada de polémica desde el principio por la presencia de mujeres como reinas magas en algunos desfiles y la ausencia de animales. Pero fue la vestimenta de los Reyes Magos en la cabalgata principal lo que motivó una ofensiva del PP contra el Consistorio, ejemplificada en un tuit de la exdiputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo.