Ropa de cama con manchas de pis y moho, pijamas para los enfermos rotos y sucios, toallas en mal estado... Los sanitarios de varios hospitales madrileños denuncian que el servicio de lavandería del Servicio Madrileño de Salud no cumple los mínimos de calidad y no suministra el material que necesitan, según informa Cadena Ser.
La ola privatizadora del Gobierno de Ignacio González alcanzó en 2013 a este servicio, que gestiona la misma empresa desde el año 2013, una UTE formada por Flisa y Laudry Center (del grupo Ilunion). La compañía ha recibido desde entonces casi 70 millones de euros para la prestación de este servicio y ha sido sancionada en varias ocasiones después de que varias auditorías hicieran saltar las alarmas sobre el estado en que llega la ropa a los centros.
Este jueves la Consejería de Sanidad ha admitido por primera vez estas deficiencias que remontan, además, al año 2013. “Con este contrato hemos tenido que trabajar mucho porque estaban por debajo de los niveles que se marcaban. Tuvimos que sancionar a la empresa dos veces y las auditorías dijeron después que ya estaban en el nivel. Pero ahora han descendido otra vez”, ha reconocido el viceconsejero de Sanidad, Fernando Prados, en una entrevista en la Cadena Ser.
El número dos de Sanidad ha justificado que el contrato fue heredado y, por tanto, la Consejería no tenía margen de maniobra. Sin embargo, los acuerdos firmados por la empresa con la Comunidad de Madrid revelan que el actual Gobierno permitió en 2017 que la misma contrata continuara gestionando el servicio con una prórroga por dos años que se mantiene hoy y 22 millones de euros más para este periodo.
Al tratarse de una prórroga no se cambiaron ni un ápice las exigencias a la empresa, pese a que los pliegos vigentes dejan un margen amplísimo a la contrata para enviar ropa en mal estado a los hospitales: hasta el 40% está dentro de lo permitido sin que suponga sanciones. “Esa cláusula se mantiene”, confirma Sanidad, que ha avanzado en “en noviembre finaliza el contrato y se va a modificar”. “Será absolutamente diferente, con posibilidades de llegar a un mejor control”.
En todo caso, la Consejería de Sanidad no se plantea revertir la privatización del servicio. “En el modelo de colaboración estamos obteniendo en la inmensa mayoría de las cuestiones un muy buen resultado”, ha zanjado el viceconsejero.