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El consejero de Educación de Ayuso demuestra que la polémica del veto parental es artificial: 1,2 millones de alumnos y una única queja

Díaz Ayuso y el consejero de Educación durante su visita al Instituto San Mateo para conocer el Programa de Bachillerato de Excelencia

Fátima Caballero

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El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, ha desmontado la polémica del veto parental en la región que quiere imponer Vox, al igual que ha hecho en Andalucía y Murcia, para apoyar los presupuestos del Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos. Según los datos que ha facilitado este lunes el consejero, de los 1.240.000 alumnos escolarizados en los 1.200 centros de toda la Comunidad de Madrid solo hubo una queja oficial por escrito por una actividad en el municipio de Pedrezuela. Ossorio también ha informado de otras dos que llegaron por Twitter.

“El caso de la única queja que tenemos por escrito es de una familia con un proyecto que se llama Ulises en los colegios de Pedrezuela. Es un proyecto que ofrece el ayuntamiento de Podemos a los dos colegios del municipio, pero que está integrado dentro de la programación general anual de los dos colegios como comprobó el servicio inspección y no ven gran problema. Se ha hecho una respuesta a la familia diciéndoles que está integrado dentro de la programación general anual aprobada por el consejo escolar del centro”, especifican desde la Consejería sobre la queja en cuestión.

El consejero de Educación ha facilitado los datos este lunes en una visita a la dirección de área territorial Oeste, después de que la portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, advirtiera de que su formación exigirá esta medida a cambio de aprobar los presupuestos regionales.

Preguntado por si el Gobierno regional implantará el veto parental, Ossorio ha asegurado que “en Madrid no existe ese problema, no hay adoctrinamiento en las aulas ni se producen charlas que no sean deseadas por los padres”.

“Con ocasión de toda esta controversia pedí a las Direcciones de área terrotorial para que me dijeran qué quejas había sobre charlas improcedentes con los chicos. Los que me han dado son denuncias cero, solo una queja por escrito de una familia por unas clases de convivencia y dos quejas informales a través de Twitter”, ha defendido el consejero que ha recordado que en Madrid hay 1,2 millones de alumnos, 58.000 docentes y 1.200 centros.

“Fue la inspección y comprobó que no había ningún problema. Aquí no hay problema de charlas que no quieran los padres para sus hijos”, ha zanjado.

El veto parental, bautizado por Vox como pin parental, se trata de una de las propuestas estrella de la formación de extrema derecha desde las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo y de la que sus defensores hablan cada vez que se refieren al tema de la educación afectivo-sexual en las aulas. En la práctica, se trata de un papel que permite a los padres vetar las actividades externas que cuestionan sus convicciones morales, ideológicas o religiosas en los colegios.

Después de imponer esta medida en Andalucía y Murcia donde gobiernan en coalición PP y Ciudadanos, Vox quiere que se implante también en Madrid. El vicepresidente del Gobierno (Cs), Ignacio Aguado, ha descartado que el Gobierno vaya a aceptar a exigencia de la formación de Santiago Abascal, pero lo cierto es que el acuerdo de gobierno para investir a Isabel Díaz Ayuso incluyó un punto en el que las formaciones se comprometieron a “garantizar la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales”.

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