La tarea no era fácil: presentar que una zona que restringe parcialmente el tráfico en virtud de las emisiones de gases atribuidas a los modelos de vehículos (más contaminante, más restringido) aumenta los niveles de contaminación. Pero el Ayuntamiento de Madrid aseguró el miércoles que la activación de Madrid Central había producido un incremento generalizado de NO. Lo cierto es que es los datos validados por el propio Ayuntamiento indican lo contrario: mientras la zona funcionó con sus sanciones en vigor, en 22 de las 24 estaciones de medición (el 91%) se registraron promedios de ese gas inferiores a la media histórica entre 2010 y 2018 en esos mismos puntos. Ahora, un juez acaba de validar el argumento y ha dictaminado que se reactiven las multas.
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Ciudadanos), también apoya la versión de su jefe José Luis Martínez-Almeida (PP) y este pasado jueves, un día antes del revés judicial, insistía: “Conforme a los datos de contaminación, empeoró la contaminación en todo lo que es los distritos periféricos a Madrid Central. Esto es muy importante. En 19 de los 24 distritos”, afirmaba. Se refería al gráfico distribuido el miércoles por el equipo municipal que mostraba incrementos porcentuales en estaciones “entre el 30 de noviembre y el 18 de junio” de los cursos 2017-2018 y 2018-2019. Sin valores absolutos que sustentaran esos datos. Sin contexto atmosférico para esos periodos muy acotados en el tiempo. Sin explicar qué valores se habían empleado (medias, días puntuales, qué periodo...).
El argumentario iba encaminado a sustentar la idea de que con menos coches, sube la concentración de un gas que proviene en su gran mayoría del tráfico rodado, es decir, de los motores de vehículos de combustión, según el propio Inventario de Emisiones municipal. Solo unos días después, el viernes, un magistrado ha suspendido cautelarmente la moratoria de sanciones para los infractores de la zona de bajas emisiones. Su decisión ha reinstaurado Madrid Central como estaba antes de la llegada del PP y Ciudadanos al Gobierno municipal, al menos, hasta que se tome una decisión judicial definitiva sobre el recurso interpuesto por organizaciones ecologistas.
Las mediciones acumuladas durante casi una década evidencian cómo con la zona de bajas emisiones Madrid Central a pleno rendimiento y el régimen sancionador activo, la concentración de dióxido de nitrógeno es menor en 22 de las 24 estaciones. Sí subió en plaza Elíptica un 0,8% respecto a la media histórica. Y es un punto problemático pues ofrece datos altos por encima de los 48 microgramos. Y en Escuelas Aguirre que también registra lecturas altas superiores a los 46 microgramos de media.
“Estamos hablando de El Pardo. Estamos hablando de Vallecas. Estamos hablando de plaza Elíptica. Sus estaciones empeoraron. Plaza del Carmen, no, pero el resto sí. Es importante que se sepa”, repitió Begoña Villacís, haciendo referencia a esa comparación delimitada entre cursos que publicó el Ayuntamiento tres días después de poner en marcha la suspensión de multas por acceder al área sin autorización.
Las dos peores estaciones, según el gráfico de Almeida, fueron las de Casa de Campo y El Pardo. Ambas situadas en amplias zonas verdes. Con Madrid Central plenamente instalado, la media de Casa de Campo, que en la serie histórica está en algo más de 16 microgramos de NO por metro cúbico de aire, se quedó por debajo de 14. Un 16,9% menos. En El Pardo, cuyo promedio histórico es menor a 14 microgramos, se midió algo más de 11 (-19%). Respecto a la tercera indicada por la política de Ciudadanos, Vallecas, si su media histórica (2010-2018) ha sido algo menos de 31 microgramos, la calculada durante Madrid Central está un poco por encima de 27.
La curva que ilustra cómo ha ido evolucionando la media de este contaminante en cada una de las 24 estaciones desde enero de 2018 a junio de 2019 muestra que, tras ondulaciones a lo largo del año, experimentó un alza y, al llegar las sanciones de Madrid Central, todos los indicadores se desplomaron. De todas las estaciones sin excepción.
Villacís completó su defensa añadiendo que “en cualquier caso, no es bueno que haya atascos. No es bueno que haya coches. Es importante que la gente entienda que Madrid Central sigue en vigor a día de hoy aunque hayamos tenido un problema con el sistema y hayamos tenido que hacer una moratoria”. En realidad, un informe interno del Ayuntamiento de 24 junio (con Martínez-Almeida y Villacís ya al mando de la ciudad) estableció que los problemas en el sistema técnico para sancionar a los que hacía referencia la vicealcaldesa ya estaban subsanados. Ahora es la moratoria la que ha quedado cautelarmente suspendida.