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“No estamos contentos con el ritmo de ejecución de los cambios que necesita Madrid”

Luis Cueto, coordinador general del Ayuntamiento de Madrid, recibe a eldiario.es en su despacho con vistas a Cibeles en la quinta planta del Palacio de Correos. Es la mano derecha de Manuela Carmena y ha sido bautizado por algunos medios como “el alcalde en la sombra”, una definición con la que no se identifica. Cueto es un convencido de que su equipo tiene que impulsar la participación ciudadana y cambiar los hábitos de los madrileños en términos de movilidad y sostenibilidad, las dos grandes medidas por las que cree que el gobierno de Manuela Carmena puede dejar huella. Por eso, defiende el plan de peatonalización de la capital y el cierre de la Gran Vía al tráfico, aunque reconoce que “se podría haber hecho mejor en términos de comunicación”.

El coordinador general del Ayuntamiento también admite que en año y medio de Gobierno de Ahora Madrid el ritmo de ejecución de los cambios que necesita la capital no está siendo el adecuado para llevar a cabo las políticas que se propusieron y teme que no dé tiempo a impulsarlas. También relata las dificultades a las que se enfrenta el equipo de Carmena por las divisiones internas de un ejecutivo que aglutina a diferentes partidos y movimientos ciudadanos.

¿Qué evaluación hacen del cierre de la Gran Vía?

Es un cambio irreversible. La movilidad y la salubridad de los madrileños y de los visitantes exigen controlar el flujo de coches que pasan por el centro de la ciudad, y eso pasa también por un cambio cultural. Cuando se pone en marcha una medida así genera distorsiones hasta que la ciudadanía cambia sus hábitos. Pero entendemos que, como ha ocurrido en otras zonas donde la peatonalización no ha mermado el comercio sino todo lo contrario, en este caso será igual. El Ayuntamiento evaluará esta medida al final del tiempo previsto a mitad de enero, en términos de comercio, de movilidad, medio ambiente y de satisfacción ciudadana y se decidirán los siguientes pasos.

De momento, a pesar de la complejidad de una operación tan importante, hacemos una valoración positiva. Se podría haber hecho mejor en términos de comunicación, pero este error que podemos reconocer no merma el beneficio que supone.

Dice que se “decidirán los siguientes pasos” para evaluar cómo ha ido el cierre, pero las obras para ampliar aceras ya están previstas.

Sí, eso estaba decidido antes de esta operación de Navidad. Dando por hecho que habrá una valoración neutral por todos los sectores afectados, se tomará la decisión de si restringir o no más el acceso al tráfico, pero la ampliación de aceras ya estaba decidida.

¿Esperan que la presión se intensifique cuando se acerquen las fechas de las obras?

Todo dependerá de las experiencias que cada uno interiorice, al margen de la política interesada de desgaste. Es verdad que la ocupación del espacio público es un tema enormemente delicado: las terrazas, los comercios, la hostelería, los viandantes... El Ayuntamiento tiene que velar por intereses contrapuestos. Pero creemos que va a ser una cosa estupenda.

¿Qué planes tienen para avanzar en la lucha contra la contaminación del aire?

Está en negociaciones el plan de calidad del aire. El Ayuntamiento de Madrid está muy en contacto con otras ciudades en el ámbito de C40, de los compromisos internacionales sobre la contaminación, en la puesta en marcha de protocolos y metodologías que nos permitan avisar antes a los madrileños... Pero, la alcaldesa ya ha avisado de que no quiere imponer cuotas por entrar en la ciudad como ocurre en Londres, eso solo permitiría entrar a quienes tienen recursos. También hemos rechazado otras propuestas, como la de que no puedan entrar los coches más contaminantes, porque vuelve a penalizar a las personas con menos recursos que no pueden comprarse coches de última generación.

Por eso, intentaremos equilibrar la movilidad y la mejora continua del trasporte público. El Ayuntamiento ha hecho una apuesta absoluta por el coche eléctrico y por el coche compartido. Ese es el futuro junto con que mejore la bici eléctrica como medio de transporte. También la mejora del trasporte público y la renovación de la flota de autobuses.

Llevan año y medio gobernando. ¿De qué se sienten más satisfechos?

Es muy importante la sensación de cercanía de las autoridades municipales, la ciudadanía de Madrid siente que algo ha cambiado con el Ayuntamiento. La participación ciudadana, aunque está en mantillas y es un bebé de la política pública, ojalá crezca. Creemos que aumentar el papel de la democracia representativa tiene que hacerse bien. Lo que funciona mal no hay que abandonarlo, sino mejorarlo.

Se puede destacar también cómo se han desatascado operaciones urbanísticas que llevaban encalladas desde hace muchísimos años. El Ayuntamiento está demostrando una sensibilidad y una neutralidad al gobernar. Gobierna para todos, incluso con fuertes discusiones internas con operaciones urbanísticas discutibles. El propio concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, ha manifestado que hay operaciones que no le ha quedado más remedio que apoyar y que de inicio nunca las habría impulsado. Eso significa que lo estamos haciendo bien, porque cuando alguien está muy contento y otro muy descontento no es buena señal. La manera de hacerlo bien es que todos estén igualmente insatisfechos, teniendo en cuenta que quedar todos satisfechos es imposible. El gasto social es otra cosa de la que podemos estar orgullosos. Aumentamos es gasto social mientras reducimos deuda.

Ha hablado de divisiones internas en el seno del equipo de gobierno.

Cuando hay disciplina de partido es todo mucho más sencillo y a la vez más hierático, más rígido. Cuando un grupo ciudadano, casi ni siquiera político –porque la estructura clásica de partido aquí no se ha dado– conforma el equipo de gobierno y se empieza a gobernar, muchos ciudadanos presentan al cobro facturas, unas facturas que no tenían unos términos claros en un principio. Pero esas definiciones de un programa electoral, convertidas en documento de Gobierno, en el día a día se traducen en sensibilidades distintas. En el pleno siempre se ha votado con consenso, exceptuando el caso del museo de Artillería que fue bastante tenso. Esto requiere muchísimas horas de diálogo de la alcaldesa con los concejales. Esto no es un ordeno y mando, es una cohesión fruto de la conversación. Y es una manera diferente de gobernar, a mi juicio, mucho más interesante.

¿Qué cambio creen que pueden proporcionar a Madrid en los cuatro años de legislatura?

Hay muchos temas. Pero por poner ejemplos está el de dar la adjudicación de locales a colectivos ciudadanos, que ahora se producen a un ritmo demasiado lento. Es una promesa. Muchos colectivos pensaron que este Ayuntamiento devolvería a los ciudadanos el protagonismo y hoy eso no se está viendo. Hay un proyecto muy importante en Legazpi de un mercado de frutas y verduras que tendrá una repercusión importante en los ciudadanos. También Madrid Puerta Norte, la operación más importante que nos queda, es un tema crucial. Y, por supuesto, rematar esta nueva movilidad del Ayuntamiento con los aparcamientos disuasorios y el despliegue con tiempo del coche compartido.

¿Creen que van a ritmo adecuado para llevar a cabo los cambios que querían para Madrid?

No estamos contentos con el ritmo de ejecución de lo que necesita Madrid, y nos gustaría acelerar más. Reconocemos que queda muy poco tiempo para ejecutar políticas tan importantes para la ciudad. Nos estamos encontrando con una dificultad de gestión superior a la prevista desde el punto de vista procedimental.

Ha hablado antes del aumento del gasto social. ¿Qué opina del enfrentamiento entre el ministro Cristóbal Montoro y el concejal Carlos Sánchez Mato?

A lo mejor mediáticamente se viste así, pero realmente no es un problema entre Montoro y Sánchez Mato. El Ayuntamiento, junto con la federación de municipios, ha pedido al Ministerio que haga otra interpretación de la regla de gasto. La regla de gasto es junto con el déficit público y el endeudamiento una triada de medidas de contención del gasto que está chirriando no solo a este consistorio sino a muchos más municipios. Cuando se le pide al Ayuntamiento que los excedentes se dediquen a amortizar deuda, hay que tener en cuenta que devolver deuda anticipadamente penaliza a los madrileños, porque te cobran las entidades que tú tienes pactada su devolución con intereses en exceso. Y además ya se está devolviendo deuda a un ritmo acelerado.

¿Y hay división entre Sánchez Mato y Carmena?

Yo creo que Manuela no tiene ninguna discrepancia con Carlos Sánchez Mato. Cuando la Junta de Gobierno aprueba que se lleve al pleno el Plan Económico Financiero significa que se está de acuerdo. Puede percibirse que hay desautorizaciones, porque hay que tener infinito cuidado en los matices de las declaraciones públicas que luego se interpretan por cada uno como quiere.

¿Repetirá Manuela Carmena como candidata?

No, ya ha dicho que no.

¿Es usted el alcalde en la sombra como le han bautizado en todos los medios?

No, para nada. Mis competencias son públicas, están en el decreto de competencias. Es verdad que las labores de coordinación, si son muy invisibles parece que uno no pinta nada, y cuando son visibles parece que se manda demasiado. La vis expansiva de la palabra coordinación tiene que ver con llevar a la Junta de Gobierno todos los asuntos que tienen que ver con la aprobación de la normativa interna o los asuntos que se aprueban en la Junta de Gobierno. Por eso presido la comisión preparativa, y luego tengo competencias sustantivas muy concretas en materia de cooperación, promoción de la ciudad e innovación. Pero obviamente los grandes asuntos los coordina la alcaldesa. Mi competencia en urbanismo es cero, en asuntos sociales es cero, por tanto la alcaldesa es la alcaldesa y mis competencias son las que son.

El nuevo ministro de Fomento ha reconocido que es el Ayuntamiento quien debe liderar el proyecto de Castellana Norte. ¿Creen que con este nuevo paso pueden dejar el tema zanjado?

Creo que sí, los mimbres que se están creando son muy positivos y prometedores. El que el Ayuntamiento ya haya metido en los presupuestos del año que viene iniciar los estudios para el nudo norte, sin esperar a que eso lo haga un promotor privado, aligera mucho lo que se le pedía al promotor privado y pone las cosas en su sitio. Las infraestructuras, que se paguen con dinero público, y no que se compensen en exceso al promotor privado con una edificabilidad que es falsa y artificial, que era hinchada para financiar infraestructuras.

Ahora hay un ambiente muy favorable y si se llega a un acuerdo los recursos judiciales deberían retirarse porque ya hay un mimbre y acuerdos mucho más razonables. Tengo confianza en que vaya bien.

La alcaldesa ya precisó que los trajes de los reyes magos y la cabalgata serían tradicionales. ¿Es un reconocimiento de que el año pasado se hizo mal?

Más que hacer mal o bien, lo que hubo es una contestación. Que la alcaldesa haya dicho públicamente que la Navidad tiene un arraigo cristiano importante creo que es una forma de tener más sensibilidad a las diferentes posturas y no una rectificación. La sensibilidad de todos los madrileños la tenemos que mimar y no generar enfrentamientos, en una fiesta tan bonita y tan de los niños. Eso no significa tampoco que tengamos que hacer una fiesta rancia que se fosilice en el siglo XIX. Entre una cosa y otra espero que acertemos en el término medio.

¿Qué les diría a los que acusan al Gobierno de Ahora Madrid de crear incertidumbre?

Respecto de las acusaciones de que aquí se improvisa, yo destacaría la credibilidad que supone la amortización de 1.000 millones de deuda en un año, las cuentas saneadas, el desbloqueo de operaciones urbanísticas, la atención a una sociedad muy convulsa que estaba muy desanimada y que se está reanimando, esa experiencia de que Madrid vuelve a estar en el mundo, de que no rehuye los problema y que aplica los protocolos de contaminación en vez de aprobarlos para no cumplirlos. Todo eso demuestra que el Ayuntamiento está actuando en Madrid. Madrid está mejorando muchísimo. Está el gran mantra de la limpieza y es verdad que la decisión de cancelar esos contratos y pagar 1.000 millones de euros es muy difícil y la gestión diaria de los contratos envenenados es una pesadilla.

No obstante, me gustaría añadir casi como reflexión personal y profesional que Madrid está en muy buenas manos, con gente comprometida y con un deseo sincero de acercarse a la ciudadanía y de involucrarla. Mi sensación es muy positiva.

¿Esa sensación les llega por parte de los ciudadanos?

Cuando la alcaldesa viaja en el metro todas las mañanas no menos de diez personas le paran para trasladarle sus sensaciones, preocupaciones o ánimos. Ese es un termómetro muy bueno. Hay gente que hagas lo que hagas querrá que gobierne otro, pero hay un gran porcentaje de ciudadanos que sigue ilusionado y muy satisfecho con que se consiga cambiar Madrid en estos dos años y medio que quedan.