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El director del hospital de Ifema dice que la “inmensa mayoría” de centros de salud cerraron durante la pandemia al no poder atender pacientes

Antonio Zapatero en el recinto ferial de Ifema.

Raúl Rejón

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El que fue director el hospital de campaña de Ifema y luego promovido a viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, sostiene que, al abrirse ese centro, “de los cuatrocientos y picos centros de salud que hay, estaban cerrados la inmensa mayoría”. Así lo aseguró el pasado 22 de junio en un foro digital promovido por Gaceta Sanitaria donde ninguneó la aportación de los profesionales de Atención Primaria al hospital “milagro” que lo ha catapultado hasta el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso: “No se desmontó primaria para abrir Ifema”, remató.

Lo cierto es que la propia Comunidad de Madrid informaba cada día de los centros de salud con incidencias debido a la reorganización que efectuó durante el pico de la pandemia. El 30 de marzo, el listado llegaba a 56 centros y consultorios bajo el epígrafe de “cerrado”. Antonio Zapatero argumenta que en la Comunidad de Madrid no había centros abiertos “por la sencilla razón de que estábamos en estado de alerta y los pacientes, lógicamente, no podían ir al centro de salud”.

Preguntada la Consejería de Sanidad sobre la discrepancia entre sus listados de centros afectados y la afirmación del nuevo viceconsejero Zapatero acerca de la “inmensa mayoría” de los 430 centros de la comunidad autónoma, el Ejecutivo ha contestado que “seguramente quería decir muchos”.

Precisamente el mismo día en que llegaron a Ifema los primeros pacientes de COVID-19, el 22 de marzo, la Consejería de Sanidad anunció que preparaba una reorganización de la actividad asistencial en Primaria para “priorizar la atención telefónica de pacientes por coronavirus y la atención domiciliaria de los pacientes y pacientes crónicos”. Para el 30 de marzo, Sanidad explicaba que, cada día, se reorganizaba la asistencia en los 430 centros de salud “en función de la disponibilidad de las plantillas” y que tenía cerrado el servicio en 56 de ellos.

La Consejería indicaba que la atención era fundamentalmente telefónica “salvo para consultas urgentes o no demorables”. Es decir, había una preferencia por la consulta telefónica, pero los centros debían permanecer operativos para esas consultas que no podían postergarse. Con todo, el 87% de los casos de COVID-19 tuvieron su primer contacto con el servicio de salud mediante la Atención Primaria, según los datos de la Consejería de Sanidad: 281.924 pacientes. “¿Cómo es posible si los centros de salud estaban cerrados?”, se pregunta Julián Ordóñez, responsable de Sanidad del sindicato UGT.

Zapatero, en su intervención, minimizó el papel de los profesionales de Atención Primaria en el funcionamiento del hospital de Ifema que dirigió y que le ha valido los elogios de la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso: “Es uno de los mayores expertos en COVID”, dijo la política cuando anunció que le nombraba viceconsejero y responsable del “plan COVID-19” de la Comunidad de Madrid. El internista, que provenía de ese servicio en el hospital de Fuenlabrada, dijo que “trabajaron 260 médicos de primaria. Para que os hagáis una idea, en Madrid, hay 3.500 médicos de atención primaria. Eso suponía el 7% de los médicos”.

En esas apreciaciones omitió el resto de personal que pasó desde los centros al hospital que dirigió. “Más de un millar de profesionales de Atención Primaria integran la plantilla del hospital temporal de la Comunidad de Madrid en Ifema”, publicitaba el Gobierno autonómico el 7 de abril. A los cálculos de Zapatero le han faltado los 330 sanitarios de enfermería, 236 técnicos de cuidados auxiliares, los 220 celadores y el equipo administrativo que pasó al centro de campaña. “Dejaron mermadas las plantillas”, insiste Julián Ordóñez.

Así que el viceconsjero Antonio Zapatero explica ahora que la Atención Primaria en aquellas semanas de marzo y abril vivió “en un contexto en el que estaban cerrados los centros de salud, fundamentalmente porque no había posibilidad de atender pacientes que estaban confinados en sus casas” por lo que el montaje y funcionamiento de Ifema no le supuso gran efecto.

Despegue de una carrera política

La carrera política de Antonio Zapatero despegó al ser nombrado director del centro provisional de Ifema. La presidenta Isabel Díaz Ayuso escogió ese hospital de campaña como imagen de su gestión sanitaria. Lo llamó hospital “milagro”. Por añadidura, Zapatero iba aparejado al éxito de Ifema ya que Díaz Ayuso le atribuyó la curación masiva de enfermos: “Ha sanado al 99% de los pacientes que pasaron por Ifema”, “4.000 personas han pasado por sus manos, con tan solo 16 fallecidos”. No informaba de que Ifema acogía, fundamentalmente, casos moderados.

La cascada de elogios de Díaz Ayuso llegó al colocar a Antonio Zapatero como solución a la crisis interna que se la abrió por la dimisión de la directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, al negarse a avalar la petición del Ejecutivo autonómico de acceder a la fase 1 de desescalada por, según su criterio, no cumplir las condiciones adecuadas. Díaz Ayuso despachó públicamente este problema con una reestructuración pensada “hace tiempo”, declaró. Así Zapatero, al que la política calificó varias veces como “intensivista” cuando es especialista en medicina interna, pasó a ser viceconsejero de Salud Pública.

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