Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de la capital comienzan a perfilar sus cuentas para 2022. El Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso aprobará el próximo miércoles el que será su primer anteproyecto de Presupuestos, después de haber sido incapaz de sacar adelante unas cuentas en los dos ejercicios anteriores; mientras que el Ejecutivo municipal de José Luis Martínez-Almeida presentaba este viernes las ordenanzas fiscales aprobadas en una Junta de Gobierno extraordinaria, como paso previo a las cuentas, sus terceras. Tanto Ayuso como Almeida han anunciado que su socio preferente para aprobarlos es Vox. Sin embargo, a diferencia de la presidenta regional, el alcalde de Madrid cuenta con otra aritmética de la que tirar. Los cuatro ediles escindidos de Más Madrid, ahora llamados Recupera Madrid, tienden la mano a una negociación para evitar que el partido de extrema derecha sea decisivo.
Así lo adelanta a elDiario.es el concejal José Manuel Calvo, que defiende que están dispuestos a hacer un “cordón sanitario” a Vox sin “líneas rojas”, como ya ocurrió con la Ordenanza de Movilidad que aprobó el Madrid Central de Almeida. Para Calvo, es importante dejar a un lado las líneas rojas y de lo que hay que hablar es de “prioridades”. El Gobierno municipal de Madrid liderado por José Luis Martínez-Almeida (PP) y Begoña Villacís (Ciudadanos) tiene por tanto una alternativa a Vox si no quiere depender de nuevo de la extrema derecha para aprobar sus terceros Presupuestos. Vox demanda recortes en gasto para la lucha contra la violencia de género y los derechos LGTBI.
“Vamos a trasladarle al equipo de Gobierno que no somos una izquierda sectaria, sino que trabajamos en busca del acuerdo, intentando siempre acercar posturas”, asegura Calvo, edil de Recupera Madrid. “Madrid, por lo tanto, tiene una buena noticia y es que el Gobierno municipal cuenta con una alternativa para no tener que pactar con Vox” porque puede “negociar con una fuerza moderada y progresista para sacar adelante unos Presupuestos expansivos y sociales”. “Para eso tenemos siempre la mano tendida”, ha añadido Calvo. Según ha señalado, si les llaman para negociar, su grupo no pondrá encima de la mesa “líneas rojas”, pero sí dejará claro cuáles son sus prioridades: “Vivienda, contaminación, reequilibrio social y territorial y desigualdad”.
La oferta llega justo después de que el propio Almeida haya dejado claro que Vox es su “socio preferente” y tras dar a conocer el proyecto de ordenanzas fiscales –la antesala de los Presupuestos–, que tendrá que ser aprobado por el Pleno municipal y que contempla una rebaja de impuestos por valor de 65 millones de euros gracias principalmente a la tercera rebaja del IBI que decide el Gobierno del PP y Ciudadanos. El “ahorro” para los madrileños se concreta en 60 millones de euros por IBI y otros cinco gracias a la exención de otras tasas, como las de los 226 mercadillos –incluido el Rastro– que van a poder continuar con su actividad normal tras haber superado lo peor de la pandemia. La delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, ha terminado reconociendo que esta política de bajada masiva de impuestos va a suponer que las arcas municipales dejarán de ingresar este año 173 millones de euros, algo que ha escandalizado a los grupos de la oposición, que ven que ese “ahorro” ha ido en detrimento de las mejoras de los servicios públicos en Madrid.
Almeida: “Las negociaciones con Vox siempre son complicadas”
Las previsiones de Almeida son poder aprobar los presupuestos con la extrema derecha, aunque en la rueda de prensa ha reconocido que todavía no se han sentado a hablar con los de Javier Ortega Smith. “Sabemos que esta bajada de impuestos no es lo que quiere la izquierda”, ha reconocido el regidor, por lo que ha sentenciado que confía “en llegar a un acuerdo con Vox”. “No sabemos cuándo, porque las negociaciones con Vox siempre son complicadas y largas”, ha afirmado. En cambio, Begoña Villacís, que desde el inicio de la legislatura ha huido de la foto con la extrema derecha, se ha apresurado a puntualizar que “todos los partidos pueden apoyar” las cuentas dada “la capacidad de pacto demostrada por el equipo de Gobierno”, que ha calificado de “liberal”.
Mientras tanto, Vox prefiere jugar sus fichas sin prisa. Fuentes de la formación de extrema derecha han asegurado a esta redacción que van a esperar a ver “negro sobre blanco” del proyecto presupuestario y que hasta que no lo hayan estudiado bien no decidirán nada. El portavoz del grupo, Ortega Smith, declaró la semana pasada que no se fiaba del equipo de Gobierno. “Ahora que le interesa nuestro apoyo en los Presupuestos nos van a llamar, pero ¿para qué?, ¿para firmar otro documento que luego va a incumplir?”, se preguntó. Dicho esto, luego advirtió al alcalde de que no apoyará ninguna medida que esté avalada por los “comunistas”, en alusión a los cuatro ediles de Recupera Madrid con los que el Gobierno municipal consiguió aprobar la nueva ordenanza sobre Madrid Central, cuya anulación forma parte del acuerdo que firmó el PP con la extrema derecha en el pacto de investidura.
En 2019, en la votación que dio luz verde a los primeros presupuestos del Gobierno de PP y Ciudadanos, Vox se abstuvo. Pero no fue gratis. La extrema derecha impuso recortes, una rebaja modesta de los impuestos y un tijeretazo a las ayudas a colectivos vulnerables, como los refugiados o asociaciones vecinales, lo que llama “chiringuitos”. Entonces, el regidor aprovechó la renuncia de una edil de Más Madrid que aún no había sido reemplazada para que la aritmética del pleno jugase a su favor en esa votación: la izquierda perdía un voto y eso empataba el marcador entre Más Madrid y PSOE (26) y PP y Ciudadanos (26). La abstención de Vox dejó en manos del alcalde el desempate con un voto de calidad, como contempla el reglamento del Consistorio.
Un año después, el sí de la formación de extrema derecha facilitó de nuevo la aprobación de las cuentas municipales, que incluyeron varias de sus exigencias. Uno de los peajes que el Gobierno municipal accedió a pagar por ese apoyo fue la concesión de nuevas ayudas a una entidad antiabortista (Fundación Madrina) y a la Iglesia, una subvención para reducir aún más los impuestos y dos propuestas contra violencia intrafamiliar que PP y Ciudadanos han corregido para no incluir expresamente a los hombres, como pretendía Vox.
Tras conocer el proyecto sobre balanzas fiscales, la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, no ha dudado en asegurar que “es vergonzoso que Almeida presuma de haber ingresado durante su mandato 500 millones de euros menos porque esos millones son recursos que no se han dirigido a limpiar las calle de la ciudad de Madrid, que da pena verlas, ni a invertir en construir escuelas infantiles, bibliotecas o polideportivos. Es dinero que no se invierte tampoco para el alquiler de vivienda para los jóvenes ni para ayudar a los que han tenido que acudir a las colas del hambre”, ha lamentado.
El PSOE también se ha sorprendido de las nuevas rebajas fiscales. La portavoz de este grupo, Mar Espinar, ha arremetido contra Almeida y Villacís y ha afirmado que no sabe si esa política “liberal” de bajada sistemática de impuesto “se trata de un error tras otro” o de “una mentira tras otra”. A su juicio, “el Ayuntamiento de Madrid no puede sacar pecho de sus servicios e infraestructuras públicas”. “El mantra liberal de bajar los impuestos es ya tan cansino e infantil como demagógico porque solo favorece a las rentas más altas y lo sufren los que están peor”, ha sentenciado Espinar.
Las cuentas de Ayuso
En la Comunidad de Madrid ultiman ya el anteproyecto de los Presupuestos tres años después de que se aprobasen las últimas cuentas regionales antes de que Isabel Díaz Ayuso llegase a la Puerta del Sol. También está en el aire que la presidenta madrileña vaya a contar con la mayoría para sacarlos adelante en la Asamblea de Madrid, ya que Vox aún pone peros al borrador que le han remitido desde la Consejería de Hacienda. Aunque el objetivo era tener atado un acuerdo con la extrema derecha antes de aprobar las cuentas en Consejo de Gobierno, fuentes cercanas a Ayuso aseguran ahora que independientemente de si cuentan o no con el apoyo del partido de Santiago Abascal, el borrador de las cuentas se aprobará el próximo miércoles en Junta de Gobierno.
“Si no hay acuerdo ya tendrá que ser después vía enmiendas cuando Vox meta sus exigencias”, explican estas mismas fuentes, que se muestran “optimistas” con que finalmente llegue el acuerdo con la extrema derecha para aprobar las cuentas de 2022. Los últimos presupuestos regionales se aprobaron en diciembre de 2018, cuando Ángel Garrido era presidente autonómico. En más de dos años de jefa del Ejecutivo, Ayuso ha sido incapaz de aprobar unas cuentas.
Desde el Gobierno regional confían en que “la mayor rebaja de impuestos de la historia”, que mermará la recaudación en más de 400 millones, junto con algunos guiños ideológicos, sea suficiente para aprobar los Presupuestos. Esos guiños consisten en la modificación de varias leyes que desde Vox han pedido derogar.
Hasta ahora, las negociaciones entre las dos formaciones no habían trascendido, si bien ambas reconocen que llevan hablando desde hace semanas. El borrador llegó a manos de Rocío Monasterio hace dos semanas, pero los avances para tener un acuerdo no se han producido. Tanto en Vox como en el Gobierno regional reconocen que los próximos días serán claves y que las conversaciones se intensificarán para tratar de cerrar un pacto antes del miércoles. Si no hay entendimiento, el Gobierno presentará su borrador con el objetivo de que las cuentas se aprueben antes de final de año.
Ayuso ya ha declarado en varias ocasiones que el socio “prioritario” es Vox y no se plantean ampliar las negociaciones a las formaciones de izquierdas. De hecho, desde el entorno de la presidenta reconocen que sería “incómodo” para el PP que el PSOE quisiera iniciar el diálogo como ha ocurrido en Andalucía y como ahora pretende Recupera Madrid en el Ayuntamiento de la capital.