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La espantada del inversor chino Wanda del Edificio España atrapa a más de una decena de empresas subcontratadas

La anunciada retirada (a cierre de esta edición aún no comunicada oficialmente al Ayuntamiento de Madrid) del proyecto de reforma del Edificio España por parte del gigante chino Wanda va a dejar atrapadas, de consumarse, a más de una decena de empresas nacionales e internacionales de los sectores de la ingeniería, inmobiliario y telecomunicaciones, entre otros, que habían sido contratadas para llevar adelante el proyecto.

Wanda confirmaba este martes al diario El País el abandono del proyecto, horas después de que OKdiario adelantase el despido de la plantilla de la filial española del grupo chino, que compró el inmueble en julio de 2014 y que planeaba convertirlo en un centro comercial y hotel de lujo.

El conglomerado del multimillonario Wang Jianlin, uno de los hombres más ricos de China, contrató como 'project manager' del proyecto de reforma del edificio a la consultora británica Bovis Lend Lease, cuya filial española se ha encargado de coordinar los trabajos. Esta firma es la que ha comunicado en los últimos días a las empresas subcontratadas que el proyecto no seguía adelante, explican fuentes al tanto de la situación. El diseño del proyecto corría a cargo del estudio de arquitectura del británico Norman Foster, uno de los principales afectados, y su socio local, Lamela, que a su vez tenía subcontratados a un buen número de arquitectos que se van a quedar sin trabajo por la decisión del grupo chino.

Entre las principales afectadas por la retirada de Wanda también está la ingeniería madrileña Valladares, responsable de las estructuras e instalaciones del proyecto y que, apuntan esas fuentes, prácticamente duplicó su tamaño para hacerse cargo de esta obra, para la que trabajaba prácticamente en exclusiva en estos momentos.

De las fachadas y la acústica del inmueble se encargaba la consultora internacional de ingeniería Arup; de la iluminación, el estudio especializado Artec 3, con sede en Barcelona; del interiorismo, GCA, una firma valenciana; de los elementos audiovisuales, la madrileña Ruybesa; y las demoliciones corrían a cargo de la también madrileña Detecsa, que entró en concurso de acreedores en septiembre pasado y que inició en 2007 el desmantelamiento del interior del antiguo Hotel Crowne Plaza, unos trabajos que duraron tres años y que formaron parte del documental 'Edificio España', de Victor Moreno.

Por fin, el área de telecomunicaciones estaba encomendada a la china Huawei; del diseño de las cocinas ('food service', en el argot del sector) se encargaba la británica Tricon; y de la comercialización de los 180 apartamentos de lujo que también tenía previsto albergar el inmueble, la consultora internacional CBRE y la inmobiliaria Gilmar, cuyo máximo responsable es Jesús Gil Marín, hermano de Miguel Ángel Gil Marín, actual consejero delegado del Atlético de Madrid, el club de fútbol del que el propio grupo Wanda es accionista con un 20%.

A falta de que se haga oficial, la decisión del grupo chino, que este lunes anunciaba la compra de la productora estadounidense Legendary Entertaiment, responsable de películas como 'Batman Begins', '300' o 'Jurassic World' por 3.500 millones de dólares (3.200 millones de euros), ha pillado a contrapie al Ayuntamiento de Madrid. Su concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, decía este martes en Telemadrid no tener constancia de la retirada, una decisión que Wanda habría adoptado de manera “unilateral” y que revelaría su “irresponsabilidad” y su “poca fiabilidad” como inversor, en opinión de Calvo.

“Un farol”

Una de las firmas involucradas en el proyecto (que pide el anonimato) no descartaba este martes por la tarde que todo se trate de “un farol” de Wanda para tratar de que la Comisión Local de Patrimonio Histórico (en la que tiene mayoría la Comunidad de Madrid) reconsidere su decisión de obligar al grupo chino a conservar intactas las fachadas del inmueble por su valor histórico y simbólico para la ciudad.

Ni Bovis, ni el resto de empresas afectadas ha querido hacer comentarios sobre este asunto por cuestiones de “confidencialidad”. Tampoco ha sido posible contactar con los portavoces de Wanda en España. El argumento para la espantada del grupo chino pasaría por que mantener la fachada del edificio conlleva una serie de sobrecostes y dificultades técnicas que harían inviable el proyecto. 

El área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid insiste en que reformar el edificio manteniendo la actual fachada es “perfectamente viable” y suponía un sobrecoste “irrisorio en relación con la inversión total”. Wanda compró el edificio al Santander en 2014 por 265 millones de euros. Si no lo reforma, estará abocada a una difícil venta del inmueble, mientras la anunciada rehabilitación del degradado entorno de la Plaza de España, en pleno centro de Madrid, se queda en el alero.