Esperanza Aguirre ha comparecido este martes como testigo en el juicio sobre el agujero millonario de la Ciudad de la Justicia y las irregularidades que, según Anticorrupción, trufaron todo el proceso. Con su exconsejero Alfredo Prada en el banquillo, la expresidenta madrileña ha defendido la limpieza del proceso pero ha negado haber tenido conocimiento o haber recibido explicaciones de los pormenores que la Fiscalía pone bajo sospecha: “No, no tenía ninguna obligación de dármelas, ni el señor Prada ni ningún otro consejero”, ha dicho.
La Audiencia Nacional acoge desde hace dos semanas el juicio contra el faraónico y fallido proyecto de la Ciudad de la Justicia, retomado recientemente por la administración que dirige ahora Isabel Díaz Ayuso. Entre los acusados está Alfredo Prada, exconsejero de Justicia e Interior con Aguirre, y el comisario Andrés Gómez Gordo, entonces director de seguridad del recinto y actualmente procesado en el caso Kitchen.
La Fiscalía Anticorrupción pide condenas de hasta ocho años de cárcel para los seis encausados, acusados de ponerse de acuerdo para cerrar contrataciones con “deliberada, generalizada y reiterada elusión de los requisitos normativos y principios elementales de contratación”. Seleccionando adjudicatarios “al margen del procedimiento y, en numerosas ocasiones, previamente al mismo”. Según el juez que investigó el caso en la Audiencia Nacional, a veces eran las propias adjudicatarias las que redactaban los pliegos.
Como testigo y obligada a decir verdad, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha defendido tanto el proyecto como su limpieza, aunque ha negado haber tenido conocimiento de todos los detalles, descargando la responsabilidad en su exconsejero Alfredo Prada. “Era una cosa que todo el mundo estaba de acuerdo, no era una ocurrencia de Esperanza Aguirre como se dice por ahí, no se me habría ocurrido nunca”, ha dicho. Todo el mundo judicial, afirma, coincidía en la necesidad de concentrar las sedes judiciales madrileñas en un único edificio.
En pleno 'boom' inmobiliario, afirma, la Comunidad de Madrid se encontró con una oferta insuperable: los terrenos de Valdebebas serían cedidos gratuitamente. “El caso es que el suelo no nos iba a costar dinero, nosotros no íbamos a poner un duro”, ha dicho, aunque después llegó la crisis económica y el proyecto se paralizó. “Vino la crisis y lo que nos pagaban por los edificios ya no nos lo pagaban, era imposible que pudiéramos afrontar la deuda”, ha lamentado. “Nos pareció que era más prudente garantizar la seguridad de lo que ya estaba hecho”. “En absoluto”, ha dicho, detectó ninguna ilegalidad.
“Pensamos señoría, seguramente mal pensado, que ancha es Castilla, que no nos iba a costar, pero nos costó”, ha explicado Aguirre. Sobre el papel de Alfredo Prada como consejero de Justicia en ese momento, Aguirre ha asegurado que su gestión “fue muy buena” y que cualquier decisión que pasara por el Consejo de Gobierno de la Comunidad tenía que contar con los informes favorables de los organismos internos de control. Pero Prada, ha dicho, no le daba ni le tenía que dar detalles de los pormenores del proceso.
En esos detalles, según la Fiscalía Anticorrupción, están las irregularidades que se pueden traducir en varios años de cárcel para los responsables. Aguirre ha confirmado, por ejemplo, que fue Prada quien le habló de un concurso internacional para conseguir un arquitecto de renombre: “Era una idea que me trasladó Alfredo Prada y me pareció bien”. Su primer objetivo era conseguir a Santiago Calatrava, pero al final el elegido fue Norman Foster.
La contratación de Foster le pareció correcta. “Es un señor conocido mundialmente, nos pareció muy bien. Queríamos que hubiera arquitectos españoles y por eso, en ese momento, el más prestigioso era Calatrava, lo intentamos pero no fue posible”.
Las obras se abandonaron, ha explicado, por la crisis económica. “Nosotros hubiéramos querido dejarlo todo mejor pero la crisis se nos vino encima. En aquel momento parecía que iba a ser una cosa temporal, que lo podríamos retomar, pero no fue así”.
La expresidenta madrileña ha explicado también las circunstancias del cese de Alfredo Prada como alto cargo de su gobierno, desvinculando su salida de este procedimiento. Fue, ha dicho explícitamente, porque en el congreso del PP que en 2008 encumbró a Mariano Rajoy, Prada se equivocó de bando. “El señor Prada apoyó al señor Rajoy y por razones políticas a él y a otro consejero, a la vuelta del congreso, los cesé. Por razones puramente políticas, de partido”, ha relatado.