La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) ha tachado de “incoherente” que el Ayuntamiento de Madrid, en manos del popular José Luis Martínez Almeida, despliegue la bandera arcoíris este viernes en la fachada de Cibeles. La FELGTB, una de las entidades organizadoras del Orgullo, ha cargado duramente contra la Administración tras los pactos del PP y Ciudadanos con Vox para gobernar el consistorio. En la Comunidad de Madrid parece que el equilibrio entre las tres derechas está siendo más difícil, pero los populares ya se han abierto a retocar las leyes LGTBI de la región, tal y como exige la extrema derecha para negociar.
“Por un lado saca la bandera arcoíris y por otro da poder a quienes se posicionan contra la visibilidad y la libertad del colectivo. Consideramos que no sólo hay que parecer ser defensores de los derechos humanos, hay que serlo”, asegura Uge Sangil, presidenta de la FELGTB. El colectivo ha criticado, además, la censura que ha sufrido la campaña del Orgullo municipal después de que el nuevo Ayuntamiento eliminara los mensajes reivindicativos de las banderolas que cuelgan de las farolas.
Sangil reconoce que la bandera es “un símbolo de reivindicación y de igualdad” y que la FELGTB “siempre estará a favor de la libertad de cada uno para ondearla”, pero cuando lo hace una institución pública, prosigue la activista, “este gesto debe ir acompañado de otra serie de medidas y compromisos coherentes con lo que la bandera simboliza”. El despliegue de la bandera en Cibeles produjo hace unos días un enfrentamiento entre el PP y Vox, que cargó contra la decisión de Almeida de colocarla: “Es un lobby que odia a todo el mundo que no piensa como ellos” dijeron los de Abascal sobre el colectivo LGTBI.
La FELGTB ha querido mostrar su posición tras la oferta de Vox para negociar en la Comunidad de Madrid y garantizar la mayoría a la popular Isabel Díaz Ayuso. En el decálogo propuesto, la formación de extrema derecha plantea eliminar parte de las leyes LGTBI de la Comunidad, en concreto, las sanciones, los apartados referidos a la educación en diversidad o los puntos sobre “protección de la diversidad familiar”. Ante este escenario, la federación ha exigido que los derechos humanos no sean “una moneda de cambio” para “conseguir poder político”.
“Están permitiendo que un partido ultraconservador minoritario condicione la política local y autonómica hasta el punto de que se están volviendo a poner en duda derechos fundamentales ya superados y recogidos por legislaciones autonómicas”, ha lamentado Sangil. Para la presidenta de la FELGTB, el hecho de que se plantee revisar legislación en materia LGTBI “ya implica dar pasos atrás”. “Están atentando contra la dignidad de las personas LGTBI, de las mujeres, de las personas migrantes y cualquier formación política que haya contribuido a empoderar a este partido minoritario es cómplice de este retroceso”, ha concluido.