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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Garrido cesa a la cúpula de Sanidad, investigada por prevaricación con los contratos de las ambulancias

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, descabeza la cúpula de Sanidad y se deshace para esta nueva etapa de tres altos cargos señalados por presionar a una empresa de ambulancias para que renunciara a una adjudicación pública. El jefe del Ejecutivo ha comunicado este martes que cesan de su cargo el viceconsejero Manuel Molina, el Director General de Coordinación Sanitaria, César Pascual; y el Secretario General Técnico, Luis Fernández Abad.

Los tres tuvieron que declarar el pasado mes de abril en el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid tras ser objeto de una querella por parte de la compañía de ambulancias Alerta S.A. La compañía se basó para tomar acciones judiciales en unas grabaciones presentadas en las que los altos cargos intentaban convencer a los dueños de que abandonaran el contrato adjudicado de traslados urgentes de pacientes a hospitales públicos porque no iban a poder prestar el servicio con la bajada económica que les había permitido ganar el concurso.

Garrido ha enmarcado los cambios dentro de los que se han producido en todas las consejerías si bien ninguna ha sido remodelada como Sanidad. “L as personas que se han propuesto son las que mejor pueden cumplir con su trabajo. Requiere de fuerzas renovadas en algún caso”, ha dicho. Aunque en el Gobierno admiten que el caso de las ambulancias pesa, porque “todo pesa”.

El actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, heredó todo el equipo de su predecesor Jesús Sánchez Martos, cesado por Cifuentes a mitad de legislatura tras varias polémicas con su gestión y con sus salidas en público. Ahora, aseguran fuentes del Gobierno, era el momento de que Ruiz-Escudero formara su propio equipo.

En este nuevo organigrama aterrizan viejos conocidos de la sanidad madrileña, como Antonio Alemany, que sustituye a César Pascual en la Dirección General de Coordinación Sanitaria. Alemany fue Director General de Atención Primaria cuando se fraguó en Madrid la privatización sanitaria capitaneada por el consejero Javier Fernández-Lasquetty durante el Gobierno de Ignacio González.

En su etapa como responsable de los centros de salud, el Ejecutivo regional destituyó a cuatro gerentes combativos por “desviarse del presupuesto para cubrir suplencias”. Unos ceses rodeados de polémica que fueron interpretados por los afectados como un castigo por encabezar las protestas contra los planes de privatización sanitaria.

Ese plan incluía la externalización de la gestión del 10% de los centros de Medicina de Familia. 120 de los 237 equipos directivos de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid firmaron sus cartas de dimisión por este motivo. Con la llegada de Cifuentes, Alemany salió de la consejería para ocupar el cargo de subdirector gerente del hospital Clínico y ahora es rescatado por Ruiz-Escudero y Garrido.

Fernando Prado ocupará el número dos que deja Manuel Molina. Y en la viceconsejería de Humanización se queda en su lugar Diego Sanjuanbenito, que viene de Medio Ambiente. La exalcaldesa de Pinto, Miriam Rabaneda, entra como Directora General de Planificación. Sale José Enrique Núñez Guijarro como Director General de Emergencias y pasa a la nueva consejería de Justicia.

En el resto de consejerías los cambios han sido mucho menores. Ángel Garrido ha apostado por mantener al consejero de Educación, Rafael Van Grieken, salpicado indirectamente por el caso Máster. Pero se ha deshecho de la viceconsejera de Organización Escolar, María José García Patrón. El jefe del Ejecutivo ha defendido la continuidad de Van Grieken porque tiene en él “máxima confianza” y ha realizado “un trabajo excelente”.

Con las mismas palabras se ha referido al consejero reprobado Carlos Izquierdo, trasladado de Políticas Sociales a Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. “Si hubiera pesado algo o alguna duda por la reprobación, que fue absolutamente injusta, en la Asamblea no habrían sido nombrados”, ha zanjado.