El Gobierno de José Luis Martínez-Almeida deja de apoyar económicamente la celebración del Orgullo LGTBI. MADO Madrid Orgullo no ha recibido por primera vez las subvenciones que le otorgaba, a través de Turismo, ñla administración municipal. En 2019, el último año que gobernó Manuela Carmena, fueron 500.000 euros.
Este año, solo han contado con 15.000 euros, sacados 'in extremis' de Vicealcaldía para desplegar una bandera gigante en Gran Vía. La enseña, que finalmente no saldrá, fue un modo de Ciudadanos de desmarcarse de la negativa del PP a colocar la bandera arcoiris en la fachada de Cibeles. AEGAL, organizadora del evento internacional, lamenta la falta de implicación del Ayuntamiento de Madrid “como institución al completo”, es decir, de los dos partidos que forman el Gobierno de coalición.
“Madrid Destino no tiene ninguna gestión ni encomienda por el Orgullo, lo estará gestionando alguna otra área”, responden fuentes de la empresa municipal con competencias en Turismo, gestionada por el PP, de cuyos fondos salían hasta ahora las ayudas a MADO. Nadie explica el motivo de que se hayan retirado. La confirmación de que esta subvención no iba a darse este año llegó, además, en el último momento, según fuentes conocedoras de la organización. “No estamos con el Ayuntamiento ideal. El alcalde no se ha dirigido a nosotros y en el PP parece no tener interés. Habríamos agradecido un mayor apoyo de la institución”, apunta el presidente de la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas (AEGAL), Alfonso Llopart.
AEGAL también denuncia que la Comunidad de Madrid ha dejado igualmente a cero la subvención que otorgaba a MADO, 150.000 euros en 2019 de la Consejería de Cultura y Turismo, según la asociación. El Gobierno dirigido por Isabel Díaz Ayuso no ha confirmado a elDiario.es este extremo. Fuentes de la Consejería de Cultura y Turismo, a cuyo frente está Marta Rivera de la Cruz, justifican que AEGAL “hizo la petición de patrocinio” el pasado 21 de junio, sin suficiente margen para “atenderlo administrativamente”, informa Fátima Caballero.
El colectivo que agrupa a los empresarios LGTBI de Madrid y organiza MADO cada mes de julio ya estaba en el punto de mira de Vox, apoyo imprescindible para el Gobierno municipal. El partido de extrema derecha exigió a PP y Ciudadanos que retirara la subvención a AEGAL “como oportunidad para atraer actividad económica y turismo de compras a la ciudad” antes de que estallara la pandemia, pero entonces el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, no cedió. La concejala Aránzazu Cabello argumentó que “no se trataba de una ONG”. El candidato en 2019 y actual portavoz del grupo Vox, Javier Ortega Smith, aseguró en 2019, en plena carrera por ganar la Alcaldía, que Vox trasladaría el Orgullo a la Casa de Campo.
Las subvenciones que hasta ahora se daban están vinculadas con las carteras de Turismo dado que el Orgullo se ha convertido en un evento internacional y comercial que deja mucho dinero en la ciudad. Esta mercantilización de una fiesta de reivindicación de derechos es criticada en algunos sectores, que organizan cada año el Orgullo Crítico. Del Ayuntamiento, las organizaciones históricas como Cogam o la FELGTB reciben anualmente una subvención nominativa -que este año se eliminó para darse por concurso- que se emplea también en la semana del Orgullo. Depende del área de Igualdad.
2021 era el primer año que el Gobierno de Almeida tenía en sus manos la gestión institucional del Orgullo. En 2019, el nuevo equipo de PP y Ciudadanos llegó al Palacio de Cibeles con todo organizado. Quedaban 15 días para la fecha. Ciudadanos no fue bien recibido en aquella manifestación, a la que asistieron la vicealcaldesa e Inés Arrimadas, por haber aceptado los apoyos de la extrema derecha para formar gobierno. El año pasado no se celebró ni siquiera manifestación por la complicada situación de contagios en la ciudad y la imposibilidad de recibir visitantes. Aunque aún todo está condicionado por el coronavirus, en esta convocatoria había más margen para organizar eventos al aire libre controlando los aforos.
Las iniciativas de promotores privados, organizadas en un escenario anexo a la Casa de Campo (Mad Beach Club) y en Ifema, se han cancelado por las exigencias sanitarias de mantener a los asistentes sentados, explica AEGAL. Todavía no se puede bailar en pistas. Sí se ha salvado el pregón en la plaza de Pedro Zerolo y una manifestación sin carrozas de tres horas perimetrada. Para asistir hay que inscribirse. El costado más social de esta reivindicación de derechos del colectivo LGTBI cuenta con una agenda más extensa a través de mesas redondas y charlas organizadas por COGAM o la FELGTB y sí cuentan con financiación municipal.
Tampoco habrá bandera en la fachada del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Es el segundo año que no se cuelga desde que el Gobierno de Manuela Carmena inició la tradición en 2015. El PP nunca estuvo dispuesto a mostrarla. El equipo de Almeida justifica que la sentencia del Supremo que impide colocar banderas no oficiales en los edificios institucionales no lo permite. Ciudadanos, que aceptó este argumento el año pasado ante la crítica de los colectivos LGTBI, ha cambiado de postura e intentó por varias vías que la enseña fuera visible.
De momento no lo ha logrado. La bandera arcoíris de 700 metros que la organización del Orgullo preparaba para este sábado en Gran Vía, financiada con 15.000 euros del Ayuntamiento, no saldrá finalmente a la calle. La organización justifica que pidió tarde los permisos porque no tenía confirmadas las ayudas ante el renqueante apoyo de toda la corporación pero en Delegación del Gobierno aseguran que nadie había comunicado el acto.
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