La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, hacía este lunes una afirmación que es cierta: la capital española está “entre las cinco ciudades más seguras del mundo. Es una ciudad absolutamente segura”, aseguraba la regidora. Aún así, las mujeres no se libran del acoso callejero.
La ONG Plan Internacional ha hecho público este martes el informe 'Inseguras en Madrid'. Con la iniciativa Free to Be, Plan Internacional ha recogido 951 testimonios y experiencias de mujeres jóvenes de Madrid de entre 16 y 30 años. A través de una plataforma web, estas mujeres han señalado en mapas online los lugares dónde se sentían más o menos inseguras en su ciudad a la vez que explicaban el por qué.
“El informe pone de relieve que el acoso callejero es algo habitual y normalizado: las chicas lo viven con resignación. Sin embargo, tiene su origen en relaciones desiguales de poder y afecta directamente a sus derechos: limita su libertad e impide que puedan vivir la ciudad en condiciones de igualdad”, ha explicado Emilia Sánchez, directora de Incidencia Política de Plan International, en II Foro Mundial sobre las violencias urbanas y educación para la convivencia y la paz que se celebra esta semana en Madrid.
Las adolescentes y jóvenes, en su mayoría estudiantes señala la organización sin ánimo de lucro, indicaron unos 800 lugares de la capital donde habían sufrido algún tipo de acoso callejero, de los que tres de cada cuatro, el 72%, corresponden a acoso verbal callejero, es decir, sin contacto físico, como pueden ser piropos no deseados, miradas insistentes, silbidos o acercamientos.
“Esta fue la principal causa de preocupación de niñas y jóvenes en Madrid, puesto que crea sensación de inseguridad y vulnerabilidad y conlleva el constante miedo de escalada a formas más evidentes de violencia”, señala la ONG en su informe al que ha tenido acceso eldiario.es. En el 11% de los casos, haber presenciado una masturbación en público era la causa de sensación de intimidación.
Llama especialmente la atención de los responsables del informe que los puntos negativos en la capital española se encuentran en torno a sitios centrales e importantes“. La mayoría de las experiencias desagradables se concentran en los espacios de ”la calle“ y el ”transporte público“, señala Plan Internacional, ”lo que en algunas ocasiones condicionó sus actividades cotidianas“.
En el caso de la calle, los puntos positivos supusieron el 52% y los negativos el 67%, concentrados sobre todo en zonas de aglomeración de gente, como la Puerta del Sol, la estación de tren de Atocha, las calles Gran Vía y Hortaleza y las calles Argumosa, Ave María y Tribulete en Lavapiés.
“Uno de los principales y más preocupantes resultados del informe es la normalización del acoso por parte de la sociedad”, señala la organización. “Las jóvenes sienten que es un problema minimizado, y que, especialmente el verbal, no es considerado como una agresión”.
El 48% de las chicas señaló que sucede con tanta frecuencia que ya están acostumbradas. Como resultado las jóvenes tuvieron que adoptar sus mecanismos de defensa: tras una situación de acoso el 39% evitó volver a pasar sola por el lugar, el 10% nunca volvió al sitio y, un 1% llegó a dejar los estudios o el trabajo a raíz de una experiencia de acoso, recoge el informe de Plan Internacional.
En general, el acoso no se denuncia. “Apenas el 8% de las jóvenes participantes se animaron a acudir a las autoridades y cuando esto ocurre la respuesta es mínima o nula: en el 73% de los casos señalaron que las autoridades no actuaron como ellas esperaban. Muchas formas de acoso no están tipificadas como delito en la mayoría de los países.
En el 11% de los casos, haber presenciado una masturbación en público era la causa de sensación de intimidación. En el mapa se puede ver que situaciones así se han dado en sitios cercanos a Sol o Plaza de España. También en plena Calle Mayor dos chicas escriben cómo un grupo de veinte chicos las persiguieron una noche gritándoles comentarios sexuales.