Aunque todavía no hay obreros picando la Gran Vía, las obras para remodelar la arteria más concurrida de la capital ya han comenzado. Desde el pasado 9 de marzo, los obreros están realizando los trabajos de medición previos con unos plazos: que la nueva Gran Vía esté terminada antes de navidades. O al menos la gran mayoría de esta calle que une Cibeles y Plaza de España ya que uno de los tramos, el del entorno de la Red de San Luis (Calle Montera), no se terminará hasta al menos marzo de 2019, según ha podido saber eldiario.es. La razón: las obras de Metro de Madrid anunciadas por la presidenta Cristina Cifuentes para hacer una paso peatonal subterráneo que una las estaciones de Gran Vía y Sol.
Según han confirmado fuentes del área de Desarrollo Urbano Sostenible a este diario, en las próximas semanas comenzará en el entorno de calle Montera “una obra de gran envergadura” consistente en la ampliación de la estación de metro de Gran Vía y su conexión con los andenes de la estación de Cercanías de Sol. “Según los servicios técnicos de Metro y de la Comunidad de Madrid estas obras se prolongarán al menos hasta el mes de marzo de 2019 momento en el que se podrá rematar la urbanización definitiva de la Gran Vía en este ámbito”, confirman fuentes del área que dirige José Manuel Calvo.
“Es muy importante que las próximas navidades los madrileños puedan disfrutar de la nueva Gran Vía”, señaló justo hace una semana el concejal en una entrevista en eldiario.es. Ese plazo, finalmente no podrá cumplirse en su totalidad debido a las obras de la Comunidad de Madrid que podrían impedir que el Ayuntamiento de Manuela Carmena inaugure por todo lo alto su obra estrella de la legislatura. La Junta Electoral Central prohíbe celebrar actos de inauguración de obras y servicios en periodo electoral (desde la convocatoria de unos comicios hasta su celebración), así como visitar obras.
Las fases de las obras
Por tanto, aunque el Ayuntamiento de Madrid tendrá terminado casi la totalidad de la Gran Vía según sus previsiones antes de navidades, no podrá acabar la remodelación al completo hasta que la Comunidad de Madrid no termine el vestíbulo subterráneo para unir Gran Vía y Sol. La fase de obras será la siguiente: se empezará por los dos extremos de la calle, por Plaza de España y Plaza de Cibeles, desarrollando la ejecución en tres tramos. De Alcalá a red de San Luís (calle Montera), de Red de San Luis a la Plaza de Callao, y de Plaza de Callao a Plaza de España.
El tramo más estrecho que va desde Plaza de Cibeles a la red de San Luis, es el más fácil de ejecutar porque no hay que desplazar las vallas. “Ahí lo que haremos será ir completando aceras y retirando las vallas a medida que se vayan ampliando”, explica Calvo. En los otros dos tramos, sí que hay que desplazar ligeramente las vallas porque las aceras se amplían un poco más de lo que en estos momentos alcanza esa barrera física. En este caso, primero se desplazará el vallado de un lado, se completarán las aceras, y luego se hará lo mismo desde el otro lado.
Otro dato a tener en cuenta para la ejecución de las obras son las intersecciones con otras calles. Se ejecutarán en verano cuando haya menos tráfico, por una cuestión de volumen de tráfico, concretamente del 15 de junio al 15 de septiembre. También durante este periodo se hará la ampliación de los pasos de peatones. Con la actuación de Navidad ya se ampliaron algunos, pero en esta ocasión habrá más.
Espacio para “estar” y seguro
Se incorporarán semáforos y luminarias led de “última generación” respondiendo a la eficiencia energética, según ha especificado el concejal, que van a ser los “más modernos de la ciudad de Madrid. ”Queremos darle a la Gran Vía ese aire de modernidad, de actuación vanguardista en todos los términos, también en materia tecnológica“.
También se busca la mejora de los espacios verdes. “Vamos a plantar un arbolado de mayor porte, un arbolado con mayor visibilidad, para que la Gran Vía no sea solo un espacio arquitectónico de calidad, sino que tenga un componente de vegetación, de zona verde, que la haga mucho más agradable desde el punto de vista estancial. No queremos solo que sea una calle de paso, sino sea una calle para convivir”, ha señalado Calvo. En total, se plantarán 248 nuevos árboles. El mobiliario servirá para sentarse y pasar tiempo en la Gran Vía pero también como obstáculo para evitar atentados terroristas como el ocurrido en Barcelona el pasado mes de agosto.