Un instituto de Getafe cierra uno de sus edificios después de más de dos semanas dando clase a 12 grados

Irene Velázquez

17 de diciembre de 2024 22:06 h

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El IES Menéndez Pelayo de Getafe ha cerrado uno de los edificios del centro, el antiguo IES Silverio Lanza, debido a la continuada ausencia de calefacción, una situación que debía ser transitoria, pero no acaba de resolverse. Este inmueble, construido hace más de 50 años con materiales provisionales tipo barracones, presenta un aislamiento térmico muy deficiente, señala personal del centro, lo que ha hecho insostenible su uso con la llegada del invierno y la caída de las temperaturas.

A pesar de que la Comunidad de Madrid aseguró el pasado viernes que solo faltaba la visita del técnico de la compañía de gas para que la calefacción comenzara a funcionar “en los próximos días”, la dirección del centro ha optado por clausurar de momento el edificio y reordenar a sus más de mil alumnos en otras aulas. Según explica una trabajadora, el espacio del Silverio Lanza solo se utiliza desde el lunes como lugar de tránsito para que los estudiantes de Bachillerato salgan al patio. “Ahora mismo solo hay una persona allí que controla esto, y tiene que estar con un radiador”, lamenta.

La falta de calefacción en el edificio se debe a la renovación de la antigua caldera de gasoil, que no se había cambiado desde la fundación del centro. Aunque las obras de instalación finalizaron en noviembre, la conexión al suministro de gas, que depende de la Dirección de Área Territorial de la Consejería de Educación, sigue sin completarse. Las temperaturas registradas en las aulas han convertido la situación en un problema urgente.

Cuando entran en clase, a las 8 de la mañana, el termómetro marca 12 °C, según han mostrado trabajadores del instituto a este diario. Dos horas después, con el efecto del calor humano de estudiantes y profesorado, las temperaturas suben a los 14 ºC alrededor de las 10:00. A lo largo de la mañana, el ambiente se va caldeando ligeramente, y con suerte se alcanzan los 17 ºC, el mínimo legal para trabajar en los centros educativos. Sin embargo, esta temperatura no permite el normal desarrollo de la jornada, cuentan los profesores.

“Dan clase con abrigos, con guantes e incluso se traen mantas. Hasta yo mismo he traído mantas de mi casa para darle a los niños”, asegura un docente del centro. Entre el frío y el hecho de que la mayor parte de la mañana la pasan sentados, los alumnos y docentes se quedan ateridos, añade.

Por el momento, la incertidumbre continúa, y tanto estudiantes como profesores del IES Menéndez Pelayo esperan una pronta solución para poder retomar sus clases en condiciones dignas. La dirección del centro no ha querido contestar a las preguntas de este periódico.