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Isabel Díaz Ayuso es elegida presidenta de la Comunidad de Madrid con el apoyo de Ciudadanos y Vox

Dos meses y medio después de las elecciones del 26 de mayo, la popular Isabel Díaz Ayuso ha sido este miércoles elegida presidenta de la Comunidad de Madrid gracias al acuerdo logrado por su partido, el PP, con las otras dos derechas representadas por Ciudadanos y Vox. Una vez finalizado el debate de la sesión de investidura, que comenzó el martes con la intervención de la dirigente popular, Ayuso ha sido nombrada máxima jefa del Ejecutivo madrileño esta tarde con el voto a favor de esos tres grupos y con el 'no' de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.

La exviceconsejera del anterior Ejecutivo madrileño fue una de las grandes apuestas electorales personales del presidente del PP, Pablo Casado, para las autonómicas. No ganó las elecciones. Le superó el PSOE de Ángel Gabilondo. De hecho, en el historial de la candidata popular quedará la pérdida para el PP del puesto de partido más votado por primera vez en 28 años.

No obstante, la suma de los populares con Ciudadanos con quienes lograron un acuerdo de Gobierno de coalición, el primero de la historia de la comunidad, y Vox le han convertido de todas formas en presidenta para hacer, como explicaba en su discurso, que “Madrid siga siendo una región con altas cotas de libertad y progreso social”. Si se completa toda la legislatura, el PP cumplirá 28 años consecutivos gobernando la región.

La nueva presidenta había logrado ser este miércoles la gran protagonista de la sesión de investidura al marcar el debate con respuestas individuales a cada grupo. En un debate bronco, la líder del PP dirigió duras réplicas contra Isabel Serra e Ínigo Errejón, a quien acusó de “tener las manos manchadas de dictadura”. Aunque también crítica, se mostraba más moderada con el PSOE de Ángel Gabilondo.

Sintonía con sus dos socios

Era, en cambio, más conciliadora con Vox, aunque también se afanaba por mostrar las diferencias y los límites a la extrema derecha, a la que necesitaba para ser investida este miércoles. Finalmente, se comprometía a cumplir con las exigencias del partido de Santiago Abascal: “Voy a cumplirlo y esa es mi palabra”, decía, en su respuesta a la intervención de la portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio..

Con su principal socio, Ciudadanos, Ayuso mostraba su total sintonía: “No puedo más que sumarme a toda su presentación. Es para mí un gran orgullo saber que vamos a compartir un gobierno en el que tenemos tantas cosas en común”, ha manifestado la candidata como respuesta a la intervención de Ignacio Aguado. Luego las ha enumerado: “Respeto a la corona, a los símbolos, al 78 y a los valores que han hecho de Madrid la comunidad más próspera de España”.

Además de la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ayuso asume también desde este miércoles el mandato del líder de su partido que ya cuando la eligió como candidata le encomendó la misión de volver a las “esencias” del PP y a las ideas liberales “que han funcionado siempre”.

El martes, durante su discurso, la candidata a presidir la Comunidad de Madrid recogía el guante de su líder y asumía a pies juntillas el encargo de recomponer la región como emblema de las políticas neoliberales tras el mandato interrumpido de un verso suelto del PP como Cristina Cifuentes.

La faceta más ultraliberal

Este miércoles también Ayuso apelaba continuamente a la “libertad” como eje de su plan de Gobierno para defender su candidatura en la Asamblea de Madrid. Ella defiende una “administración” que no “invada el ámbito personal de cada uno” ni “interfiera en la vida de nadie”.

“Nuestra sociedad es liberal, en la medida en que da más confianza al individuo, a las familias, a los negocios o al vecindario que al Estado. Por eso las administraciones públicas debemos ser muy respetuosas con las decisiones de la gente”, señalaba Díaz Ayuso desde la tribuna.

El programa planteado por la candidata encaja en la faceta más ultraliberal del PP, la que enarbola Pablo Casado como receta para “reunificar el centro-derecha” y que es heredera directa, en lo ideológico, del aguirrismo. La propia Esperanza Aguirre se convertía en una de las protagonistas involuntarias del pleno de esta semana días después de que la Fiscalía haya pedido tanto su imputación como la de su sucesora al frente de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, por el caso Púnica.

Ayuso ha evitado durante toda la semana dar explicaciones tanto por ese caso como por el de Avalmadrid que investiga la utilización de la influencia de la hoy presidenta madrileña en el PP para la concesión de un crédito a la empresa de su padre. Una vez más, la elección de una presidenta de la Comunidad de Madrid llega ensombrecida por la corrupción.