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Los jóvenes que trabajaban para Nacho Cano tienen el permiso de residencia denegado desde mayo

elDiario.es

10 de julio de 2024 12:25 h

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La Policía Nacional ha remitido ya a los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid su atestado sobre el productor musical Nacho Cano y las acusaciones de tener a una decena de trabajadores en situación irregular. Poco después de su detención, el antiguo integrante de Mecano denunció estar siendo víctima de un complot policial como represalia por apoyar públicamente a Isabel Díaz Ayuso. Este miércoles el diario El País publica que los 17 jóvenes que ayer comparecieron para defender al productor tienen el permiso de estudios denegado desde mayo y, por tanto, con obligación de abandonar el país y volver a México. También que trabajaban ensayando 10 horas al día y que algunos servían copas en el bar del espectáculo para ganar un dinero extra.

El productor del musical 'Malinche' fue arrestado ayer en la comisaría de la calle Leganitos de Madrid después de ser denunciado por prácticas supuestamente irregulares en la contratación de jóvenes para su espectáculo. Se investiga, por un lado, un delito contra los derechos de los trabajadores y, por otro, un segundo ilícito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, centrada la investigación en una quincena de jóvenes mexicanos que vinieron hace medio año a Madrid para ser “becarios”, explicó ayer el propio Cano, de cara a formarse y llevar el musical a su país.

Fuentes policiales citadas por el rotativo del grupo PRISA explican que todos han sido “engañados” por Cano y que llevan meses trabajando en el espectáculo “sin contrato” y con el permiso de estudios denegado desde el pasado mes de mayo. Un permiso que les denegó la Delegación de Gobierno, según esta información, al no haber acreditado ningún tipo de formación en marcha.

En contra de lo afirmado ayer por los abogados de Cano en una rueda de prensa, en la que afirmó que todo procede de una denuncia de una bailarina de “actitud problemática”, estas fuentes policiales sostienen que para sus primeros dos meses de estancia en España se solicitó un permiso de estudios. Pero que en mayo las autoridades conminaron a todos a abandonar el país.

También relatan las condiciones en las que estaban. Alojados en un hostal del centro de Madrid, tal y como relató el propio Cano, y sin ser conscientes de que estaban en situación irregular. Compartían habitaciones y se les pagaba un menú de 10 euros diarios en el mismo local, debiendo pagar de su bolsillo el desayuno y la cena con una paga de 20 euros el fin de semana además de los 300 euros mensuales que cobraban, luego aumentados a 500 euros.

Según la denuncia que la Policía ya ha remitido a los juzgados de Madrid, los jóvenes ensayaban de lunes a sábado a razón de 10 horas al día y si querían ganar más, trabajaban sirviendo en la barra del bar 'Canalla' al final de la función del musical.

Afirmaciones que desmienten lo defendido ayer en rueda de prensa por el productor musical, acompañado no solo de sus abogados sino también de 17 de estos jóvenes que afirman haber estado “becados” durante el último medio año con el objetivo de formarse y poder desarrollar el espectáculo 'Malinche' en México dentro de un tiempo.

Una comparecencia en la que el músico no solo defendió la limpieza de todos los procesos de contratación y del sistema de becas, sino en la que también apuntó a un montaje policial para perjudicarle por apoyar a Isabel Díaz Ayuso: “Si me encuentran muerto en la cuneta ya saben quién ha sido”, llegó a decir el productor.

Posteriormente, un grupo de cuatro de estos jóvenes mexicanos han sido entrevistados en La Sexta, donde han confirmado que entraron en nuestro país como turistas, antes de solicitar después los visados de estudiantes que les han sido denegados, o que recibían los gastos de alimentación que les ofrecía la productora del musical “con dinero en efectivo”.

Además, una de las jóvenes reconoce que se les ofreció trabajar en el bar 'Canalla' después de la función del musical “cantando alguna canción, alguna coreografía”, pero que nunca se les hizo ningún tipo de contrato ni hacían un horario fijo o “por horas”.