Entrevista Portavoz de Podemos en la ciudad de Madrid

Luis Nieto: “Una unión hoy con Más Madrid es como decir a una pareja que se acaba de divorciar si pueden volver”

Luis Nieto (Vigo, 1959) es el nuevo portavoz de Podemos en la ciudad de Madrid. Este militante de base de la formación, con raíces en Izquierda Unida, exasesor del Gobierno de Ahora Madrid y desconocido para el gran público, tiene por delante la compleja tarea de reconstruir el partido a nivel municipal sin tener voz en las instituciones para intentar volver al Ayuntamiento en 2023. El año pasado la formación de Pablo Iglesias decidió renunciar a competir con Manuela Carmena tras la escisión de una parte de la organización en Más Madrid. Su elección ha estado marcada por unas primarias con tensiones internas y por las críticas de PP y Ciudadanos por haber participado en un atraco a un banco en los años 80. Cumplió dos años y medio de condena hasta que fue indultado por el Gobierno de Felipe González.

En esta entrevista realizada un día después de conocerse el resultado del proceso interno, Nieto avanza que Podemos “no será ningún obstáculo para desalojar a la derecha del Ayuntamiento” pero ve solo como “un futurible” reeditar una candidatura conjunta como ocurrió en 2015: “Estamos a fortalecer el espacio de Unidas Podemos”.

¿Por dónde se empieza a reconstruir un partido sin representación institucional?

Somos un partido que no cuenta con representación institucional, pero tenemos más de 2.000 militantes en la ciudad y 23 círculos con mucha vida, con interrelación muy fuerte con el tejido asociativo y con los vecinos. Es una buena base para seguir trabajando y generando lazos de confianza para plantear en 2023 una candidatura que nos posibilite entrar en el Ayuntamiento de Madrid.

¿Cuál ha sido el secreto de su victoria, siendo un candidato desconocido y sin cargos?

Cuando se dice que es conocido o desconocido puede ser para los medios. Soy una persona con 40 años de recorrido político. Hice un trabajo en Izquierda Unida muy fuerte en Madrid cuando regresé de América Latina y desde que estoy en Podemos también. Quien ha demostrado que es conocido por la militancia y los barrios he sido yo. El índice de votación así lo asegura. 

¿Cómo empieza su andadura para convencer a los madrileños de que Podemos es una opción después del traumático divorcio con Manuela Carmena e Íñigo Errejón?

Carmena está retirada y Errejón está en el ámbito estatal. Es el pasado. Tuvo momentos duros y traumáticos. Un conjunto de personas sale de Podemos, monta otro partido, y nuestra dirección decide no presentarse. Eso ha tenido como consecuencia no tener representación, pero no podemos vivir del pasado, sino del presente y del futuro. Desde aquel momento hemos trabajado mucho. Hay que construir el Podemos fuerte y unido con tejido asociativo, generar esa alternativa a la derecha de Madrid construyendo confianzas y puentes, programas desde los barrios, desde la gente, desde el vecino y el trabajador. En la candidatura nos encontraremos todos los que hemos trabajado en este tiempo y veremos las capacidades de unión y los límites que impone. Podemos estará en todo proyecto que pretenda desalojar a la derecha del Ayuntamiento de Madrid y no será ningún obstáculo para que eso ocurra.  

¿Entre esas posibilidades de unión para 2023 incluye a Más Madrid?

A día de hoy es como si a una pareja que se acaba de divorciar, y no de buenas formas, le dices si pueden volver. Todo es posible en esta vida, pero a corto plazo lo que tenemos que hacer es fortalecer la unidad con Izquierda Unida, que eso lo estamos haciendo a todos los niveles (estatal, municipal y autonómico). Para desalojar a la derecha del Ayuntamiento de Madrid Podemos está abierto desde sus concepciones a hablar con todas las fuerzas políticas que son actores en Madrid y dentro de esas están Más Madrid, IU, el PSOE, o los movimientos sociales como la FRAVM, Ecologistas en Acción... Todo es parte de ese universo, ese campo progresista, para sacar a la derecha.

En el anterior mandato trabajó como asesor en dos distritos. ¿El espacio político que se construyó en 2015 se puede repetir?

El espacio de unidad, ser capaz de confluir, poner por delante lo que nos une sobre los que nos desune, nadie negará que fue un acierto en 2015. Cuando uno está en la asociación de vecinos o en las colas del hambre nadie le pregunta al vecino: “¿Tú de qué partido eres?”. Ese espíritu fue importante y exitoso electoralmente. Hay que recogerlo. Esa unidad se da por abajo en los barrios. ¿Por qué no somos capaces de trasladarla hacia arriba? Hay que generar confianza, trabajo en común, hablar mucho...

¿Cómo se puede traducir eso? Eso ya es otra cosa. Si me preguntas si se puede reeditar una sola candidatura de cara al 2023, es un futurible. No juego a eso, sino a presentes. Y el presente hoy consiste en fortalecer Podemos y Unidas Podemos. No siempre el ir unidos suma electoralmente. Eso queda un poco lejos ahora, en todo caso. Podemos siempre ha estado presionado, hay elecciones cada pocos meses y no hemos tenido tiempo para ir sosegados. El otro día usé el símil de que el partido había estado siempre con la comida rápida, pero ahora estamos en un tiempo de hacer un cocido madrileño, despacio, para tomar decisiones que van a ser fundamentales.

Las dos candidaturas que surgieron de la escisión de Podemos en 2019 no sirvieron para sumar porque Madrid en Pie no obtuvo los votos mínimos para tener representación.

El levantamiento de esa candidatura se dio en un momento determinado de 2019. Madrid se ha movido, no estamos en la misma situación.

El coordinador de Podemos en la Comunidad de Madrid, Jesús Santos, le ha encomendado levantar la “verdadera oposición” a Almeida en los barrios. ¿Considera que no hay labor de oposición en el Ayuntamiento?

La oposición en la ciudad se equivocó con los Pactos de la Villa. Firmaron un documento que pretendía aunar a todas las fuerzas en la reconstrucción de la capital, pero hay muy poco de ejecución de ese documento. Pensamos que hay puntos que están bien y en otros somos muy críticos porque para lo único para lo que ha servido es para maquillar al alcalde de Madrid como un hombre de consenso. En los barrios no se notan esos acuerdos, que dejan desprotegida a la gente vulnerable. Es el espacio que estamos ocupando y queremos ocupar en Podemos para construir esa oposición a la derecha que fue capaz de arrastrar a la firma a PSOE y Más Madrid.

El proceso de primarias ha quedado marcado por algunas tensiones internas. Un grupo de militantes envió una carta al secretario de organización de Podemos, Alberto Rodríguez, que usted respaldó y que criticaba el aterrizaje de cargos ajenos a la ciudad en el proceso, en una referencia implícita a su rival, Tito Morano, diputado en la Asamblea de Madrid.

Ni respaldé ni no respaldé. Cualquier pacto que lleva a cabo la militancia, y más si es firmado por 200 personas, es una postura que por lo menos hay que respetar. En todo este proceso hemos dado una lección de respeto todos los candidatos, todos los círculos y la militancia. Más allá de cuestiones secundarias y, estando acostumbrados a procesos de elección interna con mucho ruido que generan tensiones también en los círculos, hemos demostrado en esta ocasión que el proceso ha sido respetuoso y educado, con debates y con poca repercusión en los medios. Es un faro que debe alumbrarnos. Mucha gente esperaba que nos dividiéramos y nos tratáramos mal y no ha sido así. Nos hemos respetado. Me llamó Tito [Morano] felicitándome. Yo le dije que estábamos para lo hiciera falta, que había terminado el proceso electoral y que ahora todos somos compañeros de Podemos. Tenemos que felicitarnos porque ante los augurios de que podría provocarse cualquier división interna, no ha sido así. Salimos más fortalecidos.

Pero su candidatura rival denunció una supuesta injerencia de la dirección regional en el proceso y aseguró que usted era el candidato impuesto por el coordinador de Podemos en la Comunidad de Madrid, Jesús Santos.

Respeto lo que ha dicho Tito. En momentos electorales se dicen cosas que no se dicen en otras situaciones. A mí no se me ocurre subrayar que estaba apoyado por Isa Serra. Tiene entidad suficiente para presentarse en cualquier campo electoral sin necesidad de madrinas. No voy a entrar en esas calificaciones. Soy un candidato de la ciudad de Madrid. Me he dedicado a Madrid, he demostrado que quería patearme la ciudad y meterme en los barrios. Creo que son cosas menores y que tienen que ver con los procesos electorales. No le doy mayor trascendencia.

¿Le impulsó Santos a dar un paso adelante y presentarse como candidato a portavoz de Podemos en la ciudad?

Yo no me sentí impulsado por la dirección autonómica, sino por los militantes de Madrid. Lo que sí agradezco a la dirección regional es su neutralidad en todo el proceso. No niego que a nivel autonómico o estatal hubiera compañeros a los que les pudiera parecer mejor o peor mi candidatura, pero debo agradecer el trabajo profesional de asegurar que estos comicios fueran respetuosos. Hemos estado acostumbrados en las primarias a que pelearan compañeros apoyados por personas de relevancia en la política estatal. Esto ha sido un salto en la militancia en Madrid, que es adulta y está formada. Las decisiones no significan mucha división en la concepción política. Tito y yo somos militantes, al 90% estamos de acuerdo en las posiciones políticas, pero planteamos dos maneras diferentes de fortalecer Podemos en Madrid. Él tenía una idea y yo otra. Y eso es lo que al final la militancia de Podemos decidió.

La coportavoz del partido y portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isa Serra, respaldó a Morano públicamente ¿Comparte, como dicen algunos medios, que su rival era el candidato oficialista, apoyado por la dirección nacional del partido?

Ninguno de los dos éramos candidatos oficialistas o no. Compañeros de la dirección estatal o autonómica podrían tener prioridad sobre uno u otro. Me ha asombrado que uno sea más oficialista que otro. Tiene más que ver con posturas de algún periodista que con la realidad.

¿El primer proceso para levantar Podemos en la ciudad ha generado una grieta entre la dirección regional y el grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid, entre Isa Serra y Jesús Santos?

No me atañe y lo desconozco. Las pequeñas tensiones que pudieron traslucirse y que son normales las doy por cerradas. Estoy mandando una carta a la militancia para informarle de que el proceso electoral ha terminado y todos somos de Podemos. Aquí ya no hay quien ha votado a Luis o a Tito, sino que tenemos que estar todos remando en la misma dirección. De mi parte Tito es mi compañero. Cualquier fisura del camino se ha quedado atrás, está olvidada. 

Echando la vista atrás, ¿fue un error por parte de Podemos renunciar a presentarse a las elecciones municipales en 2019? 

Podemos estaba en una situación muy complicada. De repente todos nuestros concejales y una parte importante de la militancia se fueron a otro partido. Los compañeros y compañeras que tomaron esa decisión lo sopesaron y analizaron. Al cabo de los años, se puede pensar A o B pero es parte del pasado. Hay que mirar hacia el futuro. 

¿Qué les diría hoy a Manuela Carmena y a Iñigo Errejón?

Es de recibo pedirnos a todos la madurez y la evaluación sobre qué hicimos y qué parte tenemos de responsabilidad en que gobierne la derecha en la ciudad de Madrid. Tenemos que tener capacidad de autocrítica todos los actores que gobernábamos en el Ayuntamiento. Cada uno hizo lo que consideró adecuado y tiene responsabilidad por los hechos, pero esa responsabilidad es desigual. Depende de la capacidad de cada liderazgo en ese momento. Carmena era la alcaldesa, todo el mundo le reconocía que era la cabeza de ese proyecto.

La derecha de PP y Ciudadanos ha iniciado una campaña contra usted porque pasó dos años y medio en la cárcel por robar en un banco hace 40 años. Fue indultado por Felipe González. ¿Considera que es lícito que se cuestione su elección por este motivo?

Los medios de la derecha obvian dos cosas. Primero, que mi abogado fue Joaquín Ruiz Giménez, ministro de Educación con Franco, represaliado y después Defensor del Pueblo. Y segundo, se supone que las leyes penalizan a las personas por sus hechos pero la finalidad de las penas es reinsertar a la gente. Yo podría ser un ejemplo de reinserción. Más allá de eso, estamos hablando de hechos que sucedieron cuando yo tenía 20 años. Bajo el régimen franquista fui torturado y pasé dos años y medio en la cárcel. La derecha que no quiere pedir perdón por el franquismo me sorprende que levante el dedo acusador contra mi persona. La gente que está en esta campaña se descalifica por sí misma y me alegro de que la militancia de Podemos y mucha gente que me conoce de estos 40 años de lucha política me trate con cariño.

¿Le puede pasar factura?

Yo creo que no. La factura la tiene que pasar la militancia en primer lugar, que ya ha demostrado que no, y en segundo la ciudadanía, que evalúa mi trabajo. En todo caso, esto no viene de ahora, cuando estaba de asesor ya sacaron cosas y me llamaron a mi teléfono particular para chantajearme antes de publicarlo. Con otra mucha gente que me ha conocido y que incluso vota a la derecha no he tenido ninguna dificultad ni me ha pasado ninguna penalización. Cada uno es mayor para situarse en sus opciones políticas. 

¿Cree que debe explicar por qué lo hizo, aunque cumplió condena?

Pienso que no. Se lo he contado a mi familia, que era quien lo tenía que saber. Mis círculos más allegados también lo saben. Hay que juzgar a las personas por su trayectoria a lo largo de su vida. Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras. Es un hecho que se dio en un contexto determinado del franquismo hace 40 años y en un momento en el que una parte importante de la juventud arriesgábamos nuestra vida. Aún no se sabía si se iba a consolidar la democracia. ¿Se pudieron realizar actividades o hechos sobre los que hoy diría que me equivoqué? Es fácil decirlo 40 años más tarde. No le pregunto a la gente este tipo de cosas. Los que pretenden situarte en el foco por eso e invisibilizar mi trabajo de 40 años en los derechos humanos tienen otras pretensiones.

¿Se ve de candidato al Ayuntamiento de Madrid en 2023?

2023 queda muy lejos. Todos los militantes de Podemos podemos ser candidatos. Ahora no toca hablar ni de candidaturas ni de personas para estar al frente. No me presenté para liderar una candidatura electoral, sino para la portavocía y a eso me tengo que dedicar. 

¿Le gustaría?

Entra dentro de las cuestiones personales de cada uno. Me toca dedicarme a construir Podemos Madrid y voy a poner todas las fuerzas para que sea un instrumento central en la candidatura de 2023, que ya veremos entre todos y todas cómo será. 

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