Madrid, la comunidad que menos vacuna, se abona a la improvisación
Han pasado 12 días desde que Nicanor, el primer vacunado de Madrid, recibiera la dosis de la Pfizer/BioNTech, entre el redoble de flashes de los medios de comunicación. Aquella vacuna llegó con hora y media de retraso a la residencia de mayores de Vallecas. Una minucia, al lado de lo que ha venido después. Madrid, la locomotora de España, como le gusta decir a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, para presumir de ingresos, datos de paro y evolución económica, es el furgón de cola en esta campaña de vacunación. La última de las diecisiete autonomías. La que menos dosis ha inyectado desde el pasado 27 de diciembre.
Según los datos de este viernes del Ministerio de Sanidad, la región gobernada por Díaz Ayuso –que desde el principio es una de las que menos ritmo de vacunación ha tenido– se mantiene en el último lugar: ha suministrado el 14,3% de las dosis recibidas. Otras comunidades autónomas que arrancaron lentamente, como era el caso de Catalunya, han empezado a remontar, a diferencia de Madrid que se ha quedado muy por detrás pese a los anuncios propagandísticos de su presidenta.
Ayuso aseguró en su cuenta de Twitter este miércoles tras ver que comunidades como Galicia o Asturias triplicaban la cifra total de vacunación de Madrid que la región pasaría a hacerlo todos los días de la semana incluyendo festivos y fines de semana e incluso noches.
Para entonces, su Administración ya había quedado en evidencia. Antes de recibir las vacunas, había alentado la enésima polémica contra el Gobierno central al asegurar que las dosis que recibiría Madrid –48.000 semanales– eran pocas. Solo dos días antes de esa jornada histórica en la que residencias de mayores de todo el territorio nacional empezaron a inyectar las primeras vacunas, el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, lamentaba en una rueda de prensa que el Ministerio no diera más dosis para Madrid y aseguraba que el dispositivo de la Consejería de Sanidad en la región estaba preparado para hacer frente a esas vacunas y a más.
Semejante pronóstico se dio de bruces con la realidad: Madrid sigue a la cola en la vacunación. La región ha recibido hasta la fecha 98.790 dosis y solo ha inyectado 14.152. Hasta Cantabria que en un primer momento se situó como la última, ha superado a Madrid y ya ha suministrado el 19,9% de las vacunas que ha recibido. También Catalunya ha remontado algo su mal comienzo y de las 120.545 dosis, ha administrado 38.826, el 32,2%. Este viernes, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, lamentaba las comparaciones con el resto de autonomías y defendía que esto no es “una carrera” entre comunidades sino de todos “contra el virus”.
Los datos no solo han dejado en evidencia esas afirmaciones de Zapatero y también de la presidenta regional –Ayuso se sumó a esa teoría de la conspiración que planteaba que el Ministerio daba menos vacunas de las prometidas–, sino que la cadena de acontecimientos que vino después abonan la idea de que la administración regional no se preparó para la campaña de vacunación, como tampoco lo hizo cuando los expertos sanitarios recomendaban contratar rastreadores o reforzar la Atención Primaria durante el verano ni en la medicalización de las residencias en la primera ola. La ¡ justificación inicial fueron las fiestas navideñas, aunque son unas fechas generales para todo el país.
Los planes del titular de Sanidad pasaban por llegar al final de la semana con 20.000 dosis administradas y por nuevos anuncios a los medios: a partir de este sábado 9 de enero, se comenzará a vacunar contra el coronavirus a los profesionales sanitarios. Una previsión que probablemente se vea afectada por el temporal de la borrasca Filomena, que ha colapsado a la capital y a algunos municipios. Con este nuevo colectivo se espera superar la semana que viene las 60.000 dosis administradas. Zapatero detallaba después que los primeros en recibir la inyección serán los sanitarios que están en primera línea en hospitales, Atención Primaria y SUMMA 112, y que el Gobierno regional vacunar a más de 115.000 profesionales.
Improvisación tras improvisación
Como todo lo que ha rodeado a esta campaña de vacunación por parte de la Comunidad de Madrid, la de los sanitarios también empieza cargada de polémica. Este viernes, la diputada de Más Madrid y médico anestesista en el hospital 12 de Octubre, Mónica García, denunciaba que el plan de la Consejería de Sanidad para vacunar a los sanitarios en algunos hospitales de la región pasa por que estos se apunten de forma individual en una hoja colgada en el corcho del hospital en la que se les informa de que las inyecciones se pondrán el fin de semana. Otros hospitales han enviado comunicaciones a los médicos a través del correo electrónico, lo que deja patente que no hay una estrategia global por parte de la Consejería de Sanidad y que cada centro actúa por su cuenta.
Mientras, los profesionales de la Atención Primaria recibieron una comunicación por la Intranet en la que se les informaba de que si querían vacunarse debían enviar un email. “Las estrategias de vacunación en esta situación han de ser proactivas, no esperar a que un paciente o un profesional vaya buscando activamente la vacunación”, critica Javier Padilla, médico en un centro sanitario de Madrid.
Es solo una demostración más de la improvisación con la que el Gobierno regional está gestionando esta campaña de vacunación. Algunos de los profesionales que han participado en la de la Gripe, explican a este diario que la planificación para esa campaña se preparó en agosto pese a que empezaba en octubre y no entienden que en la de la COVID-19 no se cuente a día de hoy con los profesionales necesarios. Todos coinciden en que los 25 sanitarios contratados a Cruz Roja durante seis meses por 804.000 euros, tal y como desveló elDiario.es, no son ni mucho menos suficientes para hacer frente a una campaña de vacunación de estas características.
De hecho, la Consejería de Sanidad ha abierto en las últimas horas un proceso “urgente” para que enfermeras de los centros de salud se inscriban para trabajar en la vacunación, aunque no ha especificado la remuneración que recibirán estas profesionales por esa colaboración, fuera de su horario laboral, según ha adelantado la Cadena SER. El consejero de Sanidad defendía este viernes en la rueda de prensa que la petición de personal de enfermería de Atención Primaria voluntario responde a esta fase nueva de vacunación del personal sanitario.
Esta solicitud para que los enfermeros de los centros de salud se apunten a la campaña de vacunación llega después de la Consejería de Sanidad rechazase a los más de 300 sanitarios de Madrid Salud –organismo autónomo dependiente del Ayuntamiento de Madrid– que se ofrecieron a mediados de diciembre para los trabajos tras haber suministrado más de 40.000 vacunas de la gripe solo en la ciudad de Madrid desde octubre.
Pilar Heredia, responsable de UGT en la sección sindical de Madrid Salud, asegura a este diario que el organismo está en disposición de ofrecer ese apoyo porque en estos momentos tienen una actividad “muy baja”. “Es un buen momento antes de que se lleven a cabo nuevos programas”, señala. Heredia asegura que la “excusa” de la Comunidad de Madrid de que habría que desplazarse a otros centros no era un problema para el organismo ya que sus profesionales “han ido a los centros de día de mayores durante la campaña de la gripe”.
El Gobierno regional informaba en una nota de prensa este viernes de que la Dirección General de Salud Pública ha formado a un total de 768 enfermeras, de las cuales 464 son de hospitales públicos, 163 de Atención Primaria, 57 del SUMMA 112, un total de 60 de las residencias de mayores y, por último, los 24 de Cruz Roja.
Polémica por la residencia que coló a familiares
La improvisación por parte del Gobierno regional también se reflejaba esta semana en la falta de control en la vacunación, después de que este periódico destapase en exclusiva este martes que una residencia concertada de Madrid había colado a familiares de trabajadores y sacerdotes para inyectarles la dosis de la Pfizer/BioNTech pese a que no les correspondía. La directora de Salud Pública, Elena Andradas, no quiso dar detalles este viernes sobre la investigación abierta a la residencia Valdesur del grupo Casablanca, pero aseguraba que será sencillo rastrear a las personas que se vacunaron irregularmente porque la Consejería lleva un registro.
De confirmarse la irregularidad, que admitió la propia residencia este miércoles en un comunicado, Casablanca se enfrentaría a sanciones que podrían alcanzar los 15.000 euros, aseguró Andradas. El grupo dispone de otros siete geriátricos más en la Comunidad de Madrid y no ha aclarado si también ha vacunado irregularmente a más personas en alguno de esos centros, además del de Valdesur. La directora de Salud Pública confirmaba este viernes que el Gobierno regional se ha limitado solo a investigar las prácticas de la residencia destapadas por elDiario.es y no se plantea indagar sobre lo que puedan estar haciendo las demás. El Ejecutivo madrileño ha querido en todo momento restarle importancia. Este jueves el consejero de Justicia, Enrique López, lo consideró “una anécdota”.
Andradas también dejó en el aire si a las personas que recibieron de manera irregular la vacuna se les suministrará la segunda dosis en dos semanas como establece el laboratorio. La directora general de Salud Pública explicó que la decisión se tomará en los próximos días una vez se conozca “la dimensión” de estas prácticas y el número de personas que recibieron la primera dosis saltándose los criterios fijados por la Administración. Desde el Gobierno regional tampoco aclaran, como defendió la residencia, si existía el riesgo de que se pudieran echar a perder vacunas, motivo con el que la compañía justificó la utilización fraudulenta de dosis para familiares de trabajadores y no residentes.
“No tengan ninguna duda de que Madrid va a poner cada vacuna de la que disponga, siempre con seguridad y garantizando la reserva para la segunda dosis que empezaremos a poner a partir del 17 de enero”, aseguraba este viernes el consejero de Sanidad madrileño. De momento, al Gobierno regional –que recibirá otras 48.000 nuevas dosis a partir del lunes– le sobran vacunas para administrar esa segunda ronda.
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