Una tregua por navidad. Los médicos y pediatras de Atención Primaria de Madrid acordaron este jueves hacer un parón en la huelga indefinida que mantienen desde hace un mes contra las políticas del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Los sanitarios admiten que la situación sigue siendo la misma que cuando se convocaron los paros pero confían en que el paréntesis, tras un choque sin precedentes con la administración regional que debe velar por el buen funcionamiento de los servicios públicos, suponga que a la vuelta de las fiestas se pueda llegar a acuerdos más satisfactorios que les convenzan. Con este ánimo, se han emplazado a volver a hablar el 11 de enero. Exigen, fundamentalmente, que se mejore el salario de los médicos que soportan más carga asistencial y que se contrate a otros para combatir las listas interminables que producen sobrecarga laboral y empobrecen el servicio de los pacientes.
Los médicos y pediatras de familia dan así un respiro al Gobierno de Ayuso sin haber logrado ninguna de sus reivindicaciones por las que comenzaron la huelga y han estado durante un mes movilizados en las calles. “Hemos llegado a una reformulación por ambas partes de la situación, que recordemos que estaba absolutamente encallada y va a haber unos días para poderlo estudiar y emplazarnos a una nueva reunión para ver si podemos llegar a un acuerdo o tenemos que continuar con la huelga indefinida”, aseguraba este jueves Ángela Hernández, portavoz del comité de huelga y secretaria general de Amyts, el sindicato convocante de los paros.
La estrategia de desgaste iniciada por el Gobierno regional encabezada principalmente por Ayuso ha hecho mella entre los profesionales, reconocen. Cada día de huelga, además, ha supuesto que los médicos han dejado de cobrar una media de más de 200 euros por jornada. “La huelga empieza a ser muy dura psicológica y económicamente, pero es ahora o nunca. Si no ganamos esta vez, se acaba la Atención Primaria”, decía hace unos días a elDiario.es Ángela Revilla, medico de familia en en centro de salud de Aluche.
El comité de huelga y la Consejería de Sanidad se reunían el jueves en el que era su sexto encuentro. El anterior, una semana antes, terminaba con un encierro de los representantes del comité en la Consejería durante más de 36 horas, que no hizo que el Gobierno regional se moviera de su posición. La principal reivindicación que era que hubiera un interlocutor “válido” tampoco se acordó. La medida de presión no sirvió para que el Ejecutivo autonómico cediera ni un poco.
Este pasado jueves, cuando se cumplía un mes de los paros, se ha logrado un tímido paso adelante, que tiene que ver con el incremento del valor de la tarjeta sanitaria individual (TSI) asignada a cada profesional, es decir, incrementar el salario a los médicos que más pacientes atiendan. Es una primera aproximación porque, como ya venía ocurriendo, no ha habido una concreción presupuestaria para poner en marcha la medida. “Ha habido un esfuerzo muy grande por ambas partes para volver a encontrar un lugar de trabajo. Y estamos en ese lugar. Hay que valorar esas medidas, no podemos especificar mucho más por respeto a la negociación”, explicaba la portavoz del comité de huelga.
Otra de las cuestiones que se abordaron tiene que ver con la incentivación de la cobertura de las plazas del turno de tarde, un punto negro de la atención primaria puesto que cada vez es más complicado cubrir esos puestos. “En este punto estamos más alejados”, reconocía Ángela Hernández, quien se congratulaba de que al menos desde la Consejería se hayan abierto a negociar.
La huelga indefinida de los médicos de Atención Primaria que no tiene precedentes en Madrid se ha alargado durante un mes y tiene su origen en las promesas incumplidas en el pasado por parte del Gobierno de Ayuso. La sobrecarga asistencial, las pesadas agendas, con “más de 50 o 60 pacientes en su jornada laboral”, y las malas condiciones de trabajo y laborales son denuncias que los profesionales de Atención Primaria llevan haciendo desde hace años, una realidad que se agravó tras la pandemia.
En la anterior legislatura, ya con Ayuso en la Puerta del Sol, se atajó una huelga con un plan que contemplaba rebajar la carga de trabajo y mejorar los salarios de los profesionales. Promesas incumplidas. Los sindicatos convocaron entonces una nueva huelga, que comenzó el mismo día que la presidenta anunció elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid, en 2021, con lo que se interrumpió la convocatoria. Los sanitarios recuerdan también la desconvocatoria reciente de la huelga de los sanitarios de las urgencias. Algo más de un mes tras el acuerdo, “no se ha cumplido el acuerdo mínimo”, denuncian.
Para la Atención Primaria pedían compromisos concretos basados en un incremento presupuestario, algo que a día de hoy tampoco han logrado. Antes de que Vox tumbara los presupuestos, el Gobierno regional había elaborado unas cuentas para 2023 en las que la inversión en sanidad decrecía en más de 500 millones de euros respecto a lo ejecutado de 2021.
La presidenta madrileña se instaló en el enfrentamiento con los médicos, asegurando que buscaban un enfrentamiento político y no mejorar el servicio. La estrategia en esta dirección se intensificó después de que se filtrara un audio en el que un sanitario planteaba la posibilidad de ampliar los paros hasta abril, cuando se convocarán las elecciones autonómicas que tendrán lugar a finales de mayo. Esa filtración sirvió al Gobierno regional para no proponer medidas y enmarcar el conflicto en una cuestión partidista.
La escalada de reproches cruzados terminaba el jueves con la suspensión temporal de la huelga. “Solo es un acuerdo para la suspensión temporal de la huelga indefinida hasta el 11 de enero, cuando veremos si se han acercado las posturas suficientemente como para suspender la huelga o si se continuará”, dicen desde Amyts. El Gobierno regional se asegura así tener unas vacaciones tranquilas antes de iniciar de nuevo las negociaciones tras las fiestas. Será entonces, con la precampaña de las autonómicas ya en marcha, cuando se verán los compromisos a los que está dispuesto a llegar el Ejecutivo autonómico.