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Mercedes González: de escudera de Sánchez en Madrid a dirigir la Guardia Civil

Tres semanas separan el intento de Mercedes González (Madrid, 1975) de controlar la lista de Reyes Maroto al Ayuntamiento de Madrid para las próximas elecciones municipales de mayo –un movimiento en el que no tuvo éxito– y su nuevo nombramiento al frente de Guardia Civil, este miércoles, tras la dimisión de María Gámez. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ha encomendado esta misión tras dos años como delegada del Gobierno de Madrid, un cargo en el que aterrizó en marzo de 2021 con la esperanza de liderar después la candidatura del PSOE Alcaldía de la capital. Pero finalmente esa labor se le encargó a la aún ministra de Industria y Turismo.

Con su nueva ocupación, González se desvincula en parte de la política madrileña para ponerse al servicio del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la ardua tarea de ser su interlocutora con los altos mandos de la Guardia Civil. Solo en parte, porque González seguirá por el momento como secretaria general de los socialistas en la ciudad de Madrid.

Fiel escudera de Pedro Sánchez en Madrid, Mercedes González es periodista de formación, especialista con varios másteres en comunicación de las instituciones públicas y políticas. La ahora jefa de la Guardia Civil tuvo su primer cargo institucional en 2015, como concejala del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Con Antonio Miguel Carmona de candidato, ese año los socialistas descendían a la tercera posición tras el sorpasso de Ahora Madrid, la candidatura que lideró Manuela Carmena y que, con los votos del PSOE, logró desbancar por primera vez en dos décadas al PP de la Alcaldía de la capital.

En esos años González fue una de las concejalas del PSOE más duras con la gestión de la exalcaldesa, que no recuerda con especial cariño a la entonces edil. De aquella etapa, algunos de los exconcejales de Ahora Madrid destacan su determinación y apoyo en las comisiones de investigación que fiscalizaron las actuaciones de los anteriores gobiernos del PP. Ya con José Luis Almeida de alcalde, González recurrió la absolución del Tribunal de Cuentas a Ana Botella y parte de su gobierno por la venta de vivienda social a fondos buitres.

Antes de su llegada a la política local madrileña, González había ocupado varios puestos como asesora: uno en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y otro previamente en el grupo parlamentario socialista de la Asamblea de Madrid. Lo que más destacan de Mercedes González los que la conocen es su férrea lealtad a Pedro Sánchez, también cuando nadie en el grupo municipal socialista lo apoyaba tras su fatídica caída como secretario general a la que luego regresó por todo lo alto en las primarias contra Susana Díaz. “Es una sanchista hasta la médula”, dicen sus compañeros de partido y también dirigentes de otras formaciones que coincidieron con ella en el Ayuntamiento de Madrid.

Algunos en el partido interpretan su nuevo destino al frente de la Guardia Civil como un premio de consolación después de haber sido apartada de la carrera a encabezar la candidatura socialista al Ayuntamiento de Madrid y de su intento frustrado de controlar la lista de Reyes Maroto, su última oportunidad de hacer un grupo municipal a su imagen. Pero también como un reconocimiento a su trabajo al frente de la Delegación del Gobierno, donde ha conseguido mantener a raya las polémicas y ha logrado una buena relación con los mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En estos dos últimos años como delegada del Gobierno, González se ha metido de lleno en la problemática de las bandas juveniles, sobre todo desde 2022. Durante el primer fin de semana de febrero del año pasado, dos jóvenes fueron asesinados en Madrid, unos sucesos que se vincularon a miembros de bandas juveniles. Inmediatamente, la aún delegada del Gobierno en Madrid puso en marcha un plan de actuación contra estas bandas y su implicación ha llegado hasta el punto de que ha dado personalmente charlas en los institutos. Desde organizaciones de izquierdas lamentan no obstante la falta de “mano izquierda” que ha tenido en algunas ocasiones González, especialmente con los desahucios.

La frustrada carrera a la Alcaldía de Madrid

Tras seis años en la política municipal de la capital, el interés de Mercedes González pasaba por ser la candidata al Ayuntamiento de Madrid en las elecciones locales de este año. De esta forma, González vivió su nombramiento al frente de la Delegación del Gobierno como una oportunidad de lanzar su liderazgo, al igual que había hecho en el pasado Cristina Cifuentes en el PP de Madrid.

Con la salida de Pepu Hernández del grupo municipal socialista, el partido en Madrid tomó dos decisiones: dar la portavocía a la concejala Mar Espinar y nombrar a Mercedes González delegada del Gobierno. Ambas han estado fuertemente enfrentadas y con aspiraciones de ser candidatas en el futuro. Lejos de considerar que dejar el Ayuntamiento terminaba con sus ambiciones, González comenzó a trabajar en esa posibilidad incrementando su proyección mediática. Al mes y medio de convertirse en delegada del Gobierno en Madrid, la cara y la voz de Mercedes González llenaron los medios de comunicación gracias a su enfrentamiento con el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, a cuenta del estado de alarma y las responsabilidades de los gobiernos central y autonómico en la pandemia. Una estrategia de confrontación que ha repetido en más ocasiones tanto contra Almeida –con el que tiene una buena relación personal– como contra la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso en defensa siempre de Pedro Sánchez.

González incluso fantaseó con liderar el PSOE de Madrid tras la salida de José Manuel Franco. Pero finalmente llegó a un pacto con Juan Lobato, que a los pocos días de ser elegido secretario general de la formación por primarias creó una suerte de bicefalia en la ciudad de Madrid con otra secretaría general a nivel local. Lobato daba solo dos días a los posibles candidatos para presentarse y González fue la única que optó al cargo. En la letra pequeña de ese pacto entraba también la candidatura a la Alcaldía de la capital, pero Ferraz prefirió en el último momento a Reyes Maroto al comprobar que González no despegaba en las encuestas.

Ella, lejos de tirar la toalla, trató de controlar el resto de la lista sin éxito. La propia Maroto se plantó y fue apoyada por la dirección nacional del PSOE, que la avaló frente a González. El objetivo de esta última, según fuentes de la organización, no era otro que “confeccionar una lista a su medida y con la mirada puesta no en el 28M sino en el 29M, para tener el control del grupo municipal” en el caso de que la izquierda no consiga gobernar el Ayuntamiento de Madrid. 

Ahora, Sánchez la envía a dirigir la Guardia Civil, un puesto al que llega en una situación de terremoto interno en el seno del instituto armado por el denominado 'caso cuarteles', una trama de presuntas irregularidades en las adjudicaciones de obras de reparación y reformas en 13 cuarteles de la Guardia Civil entre marzo de 2014 y abril de 2019 y en la que estarían implicados varios generales del instituto armado. En el Gobierno confían en que su relación fluida con la Guardia Civil y la Policía sirva para apaciguar las aguas.