Mónica García: “Hay dinero para contratar más médicos, Ayuso lo demostró con el Zendal y al bajar impuestos a millonarios”
Mónica García (Madrid, 1974) ha compaginado durante casi siete años su profesión como anestesista en el Hospital 12 de Octubre de Madrid con la política institucional, desde donde se ha propuesto el firme compromiso de defender la sanidad pública. Hace dos años, con el adelanto electoral que decidió la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, dio un paso al frente para liderar Más Madrid tras convertirse en el rostro más conocido de la oposición al PP por su gestión de la pandemia. Aquellos comicios situaron a la diputada regional como la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid.
Las últimas semanas, la gestión sanitaria del Gobierno regional ha vuelto a la primera línea con varias huelgas de médicos que han evidenciado el deterioro del sistema público y García se ha confirmado como la antagonista de Ayuso. La sanitaria defiende que hay que salvar la Atención Primaria dedicando más recursos y que la Comunidad de Madrid tiene capacidad económica de sobra para hacerlo, como demostró con la construcción del Hospital Enfermera Isabel Zendal o con las sucesivas rebajas de impuestos. Para las elecciones de 2023, García cree que Más Madrid está fuerte para disputarle la Presidencia al PP. Y descarta de plano una lista unitaria a la izquierda del PSOE.
¿Qué está fallando en la sanidad madrileña?
Está fallando su Gobierno, que es claramente indolente, no confía y no cree en el sistema público de salud y lleva dos décadas, con los sucesivos gobiernos del Partido Popular, desguazando y horadando uno de los pilares fundamentales de nuestro Estado del bienestar.
Los sanitarios de la Atención Primaria han dicho basta. Se han levantado hasta en tres ocasiones de la mesa de negociación y van a seguir con la huelga indefinida. Piden más presupuesto porque ya no se creen las promesas del Gobierno de la Comunidad Madrid. ¿Hay margen para incluir una partida mayor para la Atención Primaria en los presupuestos? Desde el Ejecutivo de Ayuso les dicen que no.
Hay muchísimo margen, ya lo hemos visto en otras ocasiones. Cuando el Gobierno quiere hacer algo, lo hace. Cuando quiere hacer un [hospital] Zendal para hacer propaganda, lo hace; cuando quiere regalarle becas a las rentas más altas, se las regala; cuando quiere que los millonarios no paguen impuestos, aquí, en Madrid, se hace. Claro que hay margen y además es un margen muy amplio. Porque si somos los más ricos y somos los que menos invertimos ¿quién se lo está llevando? Somos la comunidad más rica de España y una de las más ricas de Europa, tendríamos que tener un sistema público VIP y, sin embargo, tenemos en muchos casos algunos centros de salud que te recuerdan a los años 60 y algunas condiciones laborales que te recuerdan a los años 50. Entonces, en ese gap, entre ser los más ricos y los que menos invertimos, alguien se lo está llevando. Y no son los ciudadanos.
¿Tienen calculado en Más Madrid qué inversión hace falta para mejorar la Atención Primaria?
Nosotros hemos registrado una ley para que tengamos un mínimo, un suelo, de inversión, que se puede medir de muchas maneras: por PIB, inversión por habitante, inversión por presupuesto... En el global del presupuesto pedimos dos de tres, como mínimo para acercarnos a la media española. Es lo mínimo para la comunidad más rica de España. No estamos pidiendo tampoco grandes desembolsos de dinero. Pero eso implica, además, una buena gestión, porque si de ese porcentaje y de ese presupuesto luego somos la tercera comunidad que más está privatizando y que más está haciendo de coladero de dinero público que se va a la privada, tampoco es que lo estemos haciendo muy bien por esa parte.
Ahora es que no hay dinero, pero antes el Gobierno regional se escudó en que no hay médicos, ¿hay un problema de falta de médicos?
Hay un problema de maltrato a los médicos en Madrid. Eso es objetivo y manifiesto. Los médicos y médicas y el personal sanitario han dicho basta y nos encontramos con una presidenta que está nerviosa y rabiosa porque no es capaz de solucionar un problema que ha ido creando el propio Partido Popular desde hace muchos años con el maltrato y el desprecio sistemático a los profesionales, aderezado con insultos de vagos y boicots. Si faltan médicos en Madrid es porque somos una centrifugadora de talento. De los 450 médicos de Atención Primaria que acabaron el año pasado se han quedado 37. Y eso es un problema de la Consejería de Sanidad, que es incapaz de ofrecer trabajo estable y atractivo al talento. De la misma manera que pretende retener a los multimillonarios para que evadan sus impuestos, es incapaz de retener a los profesionales sanitarios.
Pero también hay quejas en este sentido desde otras comunidades.
Somos el segundo país del que más médicos salen de la Universidad y uno de los que más médicos tiene de la Unión Europea. El problema no es ese. Es la falta de cuidado de nuestros profesionales. Y en la Comunidad de Madrid se está dando la mayor exposición de ese deterioro de nuestra sanidad pública. En todos los sitios se puede hacer mejor, pero en la Comunidad de Madrid no se puede hacer peor. Hace un par de años hubo un intento por parte del Ministerio de Sanidad de hacer una estrategia de mejora de la atención primaria. Y los consejeros del Partido Popular se salieron de esa reunión. Quiero decir que aquí ha habido pequeños intentos de avance en los cuales el PP nunca ha participado.
Otra de las respuestas de Ayuso a las movilizaciones es que los médicos están politizados. ¿Son los médicos de izquierdas?
Independientemente de la ideología de los médicos, Ayuso ha llegado a un punto de inflexión que no tiene vuelta atrás y que básicamente es un signo de debilitamiento. Pensar que el que tú quieras que tus pacientes estén bien atendidos es algo ideológico, es un sinsentido. Y solo pueden tener la herramienta de intentar ideologizar porque eso de querer cuidar de los pacientes y darles un buen servicio no lo entienden. Es contrario a su modelo de sociedad. Por eso no ocultan que no les gusta la sanidad pública.
Ayuso ha resucitado a la Marea Blanca con la manifestación del pasado 13 de noviembre, esa marea que hace casi diez años logró frenar la privatización de la sanidad en Madrid que quería impulsar el actual consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty. Usted fue una de las caras visibles de aquellas movilizaciones. ¿Le recuerda lo que está pasando actualmente a aquello?
Es un poco déjà vu, la verdad. No solamente por el ataque furibundo de un gobierno hacia su propio sistema sanitario y sus propias competencias. También por el manual de respuesta ante la movilización ciudadana. Porque las mareas blancas son respuestas ciudadanas. Vemos exactamente el mismo modus operandi por parte de los miembros del gobierno: ante esa manifestación ciudadana de una sociedad que se hace responsable de su futuro, solo tienen insultos, desprecio y desprestigio. Decir que los médicos están politizados, que al final esto es una cosa de activismo de izquierdas, es una falta de respeto ante algo que es un grito de la sociedad, que es que “esto no se toca”.
Para contrarrestar esas movilizaciones y las huelgas sanitarias, esta semana el Gobierno regional ha sacado pecho de las listas de espera quirúrgicas en relación a otras comunidades. ¿Son fiables esos ratios que dicen que la sanidad de Madrid está mejor que otras autonomías?
Todo el mundo conoce la ingeniería tramposa que ha utilizado históricamente la Comunidad de Madrid para mitigar de alguna manera las cifras de la lista de espera. Siempre hablan de la lista de espera quirúrgica, pero es que antes de la lista de espera quirúrgica un paciente ha tenido que pasar por la lista de espera diagnóstica que no se puede trampear. Y la lista de espera de consultas al especialista, que tampoco se puede trampear. Y eso también hace de cuello de botella. Pero independientemente de esto, a mí me da igual si somos los que más o los que menos, o los mejores del mundo, los peores del mundo. La realidad es que cuando llega un paciente a mi consulta de anestesia lleva esperando un tiempo completamente indecente para ser operado. Además, hay ciertos trucos que utiliza la consejería como es escoger solo unas patologías y no otras. Si dedicaran el mismo tiempo a solucionar la lista de espera que a trampear la lista de espera, seguramente tendríamos muchísimos menos problemas.
Ha mencionado anteriormente la sanidad privada. Madrid es la comunidad donde más han crecido los seguros privados. ¿Qué piensan de la sanidad privada ?
Yo diferencio la sanidad pública de la privada. La gente es libre de irse a la privada, pero hay que ser consciente de que la sanidad privada vive de que la sanidad pública funcione. En el momento en el que la sanidad pública deje de funcionar, no vas a poder tener un seguro por 25 euros, es de lógica. Un seguro de 25 euros no te cubre todo lo que tiene que cubrir porque si tú tienes un problema realmente importante de salud, el propio seguro privado te va a llevar a la sanidad pública. Y luego también diferencio lo que es la sanidad privada de la sanidad privada que está parasitando la pública. Es decir, que a través de recursos de la pública se está haciendo negocio. Me remito a uno de los directores del último fondo que compró los hospitales Quirón, y que en su rendición de cuentas decía que el verdadero chollo y el verdadero filón en España estaba en el dinero público. Y el dinero público de la sanidad pública no puede ser un filón para un negocio de una empresa alemana, eso es una aberración.
¿Qué haría Más Madrid con la sanidad privada si gobernase?
La sanidad privada no es nuestro negociado. Sí que es verdad que a la sanidad privada que está incrustada y que parasita a la pública hay que ponerle límites, hay que ponerle coto. Y ese es el modelo incrustado dentro de la sanidad de la Comunidad de Madrid. Es el modelo de Ayuso: cómo hacer que la sanidad pública sea atractiva para la privada. Nosotros queremos hacer lo contrario, cómo hacer que la sanidad pública sea atractiva para los ciudadanos y ciudadanas.
¿Cree que habrá acuerdo entre los profesionales de la Atención Primaria y la Comunidad de Madrid?
Es dramático que para poder dar pasos de sentido común, es decir, que los médicos no vean a 60 pacientes o tengamos que esperar tres semanas, cosas que son de sentido común, haya habido una manifestación multitudinaria y una huelga. Ya hemos tenido que llegar al límite para que el Gobierno sea capaz de sentarse a plantear cómo resuelve los problemas que ellos mismos han creado. Y esto es dramático.
¿Qué le parecieron los ataques machistas de Vox e Irene Montero en el Congreso?
Me parecen absolutamente intolerables y una línea roja más que ha cruzado la derecha de este país, y no es la primera vez. Somos muchas las que nos hemos visto atacadas desde el machismo por hacer política y por hacer una política que clama por la igualdad. Y es cada vez más burdo, más reaccionario y más intolerable. Hay una serie de gente que no tolera que las mujeres seamos capaces de clamar por la igualdad y por el respeto.
Ha habido un rechazo casi unánime a estos ataques. ¿Cree que puede haber un punto de inflexión?
La derecha vive de la crispación y siempre la va a generar. Es muy difícil que baje el nivel de crispación y polarización cuando alguien solamente puede ofrecer a los ciudadanos crispación, intolerancia, odio y retroceso de los derechos. Es muy difícil llegar a la arena política, intentar hacer de la política un lugar de diálogo, de discrepancia de ideas, cuando hay alguien que sobrevive nadando por encima de la crispación porque es su tabla de salvación. No se hablaría de las derechas de Vox y de parte, por ejemplo, de la derecha de la Comunidad de Madrid, si no utilizaran todo el rato el conflicto, la crispación, el odio y la intolerancia.
Quedan muy pocos meses para las elecciones municipales y autonómicas y se vuelve a hablar de la unidad de la izquierda. En 2021 dijeron que no a una lista conjunta con Unidas Podemos liderada por Pablo Iglesias. ¿Puede haber una lista unitaria para 2023?
Nosotros tenemos una idea sobre dónde queremos buscar la unidad. La manifestación por la sanidad de hace dos semanas fue el fiel reflejo de lo que nosotros consideramos que es la unidad. Es lo que nos guía. Nos gusta hacer política con una lupa y ver qué es lo que está pasando y estamos más pendientes de dar soluciones a toda esa gente que se manifestó que de dar soluciones a nosotros mismos y a los intereses partidistas. Más Madrid está siendo capaz de reconciliar a la gente con ese espíritu de 'estamos aquí para vosotros'. Somos unos servidores de los intereses ciudadanos y lo estamos haciendo bien. Estamos orgullosos de ello y creemos en nuestro proyecto.
Pero no ha sido clara. ¿Lista unitaria para las autonómicas, sí o no?
Es que somos Más Madrid. Llevamos tres años haciendo un trabajo que creo que la gente reconoce. Estamos orgullosos de nuestra manera de trabajar, de nuestra manera de hacer política. Y esto está cristalizando en una buena parte de la sociedad que nos apoya y que se reconcilia con la política a través de nosotros. Nuestra motivación es seguir trabajando como Más Madrid para Madrid, por y para los madrileños.
Y para las generales, ¿Más Madrid o Más País, debe concurrir en una confluencia?
Cuando me hablan de las generales se me hace un poco no solo lejano, sino que ahora mismo está fuera del foco de nuestra estrategia. Trabajamos por y para Madrid y nos gusta la política autonómica. Esa pieza, obviamente, tiene que encajar en un mapa estatal, pero primero vamos a las autonómicas. Vamos además con mucha ilusión, con muchas ganas y con bastantes perspectivas de darle la vuelta al gobierno de la Comunidad de Madrid. Ya veremos cómo esa pieza madrileña encaja en el resto. Pero ahora mismo no tenemos otro foco y no queremos tener otro foco que no sean las autonómicas del 23.
Pero hay un partido que se llama Más País que surge de Más Madrid y que se presentó en las últimas generales en varios lugares de España.
Independientemente de cómo sea la estrategia de Más Madrid, que de alguna manera tiene que tener su reflejo en el Congreso, Más Madrid sigue siendo Más Madrid. Sigue teniendo en su ADN una motivación meramente madrileña, independientemente de cómo encaje después en el resto del puzle.
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