A Almeida se le viene encima un mural feminista
La cesión ante una propuesta de Vox se le ha vuelto a venir encima al alcalde de Madrid. No es la primera vez. Pasó hace solo unos meses con otra iniciativa de la extrema derecha, apoyada por PP y Ciudadanos, para eliminar una placa en homenaje al dirigente socialista Francisco Largo Caballero de una plaza de Madrid.
En esta ocasión, el objeto en el punto de mira era un mural feminista que retrata a 15 mujeres que forman parte de la historia por su lucha por la igualdad. El intento de borrarlo, refrendado en una votación en el Ayuntamiento de la capital la semana pasada por los conservadores y los liberales, ha tensionado la relación entre los socios de Gobierno, agrietado un poco más la ya escasa sintonía de Ciudadanos con Vox y cuestiona la imagen de moderado que José Luis Martínez-Almeida ha tratado de explotar en su primer año de alcalde.
Con el escándalo -de intentar retirar un mural feminista en pleno 2021- en las páginas de la prensa internacional, el último giro de guión en esta historia se producía este martes, con la marcha atrás del grupo municipal que lidera Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, descolgándose de la iniciativa. Este movimiento quiebra el consenso entre PP, Ciudadanos y Vox.La número dos del Gobierno municipal da la iniciativa por abortada. El giro permitirá que el mural se quede, dice ahora Villacís. No siempre fue así.
Jueves, 21 de enero. El Pleno de la Junta de Distrito de Ciudad Lineal debate una propuesta de Vox para eliminar un mural creado en 2018 como una obra colaborativa entre un colectivo artístico, Unlogic, y los vecinos dentro del proyecto municipal 'Compartiendo Muros'. Todos los partidos entonces, incluido PP y Ciudadanos, apoyaron el proyecto. Se trata de una iniciativa de las cientos que se someten a debate en los plenos distritales y suelen pasar inadvertidas.
Sin embargo, la extrema derecha argumenta que el mural contiene un “mensaje político”. En él puede leerse: “Las capacidades no dependen del género”. Los conservadores y los liberales pese a todo apoyan la iniciativa y permiten a Vox lograr la mayoría para que el mural se retire. El concejal de Ciudadanos, Ángel Niño, defiende que hay “sectarismo” en las figuras pintadas y vincula el mural con la “incitación a la violencia” por incluir a una soviética que combatió contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, Luidmila Pavlichenko, o a la Comandanta Ramona, una mujer indígena relevante en la primera etapa del movimiento de liberación zapatista.
Viernes, 22 de enero. Los vecinos se reúnen en una reunión telemática para organizar acciones en defensa del mural. La decisión empieza a tomar vuelo mediático. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, censura el seguidismo de PP y Ciudadanos a la iniciativa de Vox: “Sus actos no atienden a razones, tampoco tienen efecto. La lucha feminista para alcanzar la igualdad es una huella imborrable en nuestra historia. Es una batalla que seguiremos librando desde todos los ámbitos”. La ministra de Igualdad, Irene Montero, también denuncia la iniciativa de borrar el mural.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, defiende sin ambages la postura del PP. “Es una apuesta razonable. Lo más lógico es que, no siendo el feminismo patente de nadie, en una escuela deportiva haya un mural con cinco mujeres y cinco hombres que han llegado a competir en los juegos paralímpicos”, argumenta. La iniciativa de Vox incluye a última hora una modificación para que el espacio que ocupa el mural feminista se repinte con otra obra que haga un homenaje al deporte paralímpico.
Domingo, 24 de enero. Decenas de vecinas y vecinos se concentran en las inmediaciones del polideportivo de La Concepción para mostrar su rechazo a la decisión del Pleno de Ciudad Lineal. Los creadores del mural aseguran que la intención de eliminarlo se está convirtiendo en un bumerán: varios colegios se han puesto en contacto con ellos para replicar la obra en sus paredes. Se comparten en redes sociales un sitio web donde pueden descargarse imágenes del mural para imprimir o compartir. Editoriales como Captain Swing lo difunden.
Martínez-Almeida decide responder a Pedro Sánchez y recurre a ETA. Pregunta al presidente por qué critica la retirada de este mural y no habla de otros que “ensalzan a los terroristas en el País Vasco”. El alcalde trata de minimizar la polémica lamentando la “rapidez” con que Sánchez decide “hablar de un mural de Ciudad Lineal” y sostiene que tan “democrático” es ponerlo como quitarlo. Su discurso desdiciéndose de una iniciativa feminista que su propio partido había apoyado para seguir las indicaciones de la extrema derecha, que días antes habían aprobado sus presupuestos, choca con la imagen de dirigente moderado que Almeida ha tratado de explotar desde su llegada al Palacio de Cibeles, sobre todo en comparación con Isabel Díaz Ayuso. La decisión de sacar el comodín de ETA en el debate, como hacen los dirigentes de la línea dura del partido, no ayuda a escurrir la polémica.
Lunes, 25 de enero. Al día siguiente, la noticia aparece en el diario británico The Guardian. “Un mural feminista en Madrid, arrojado a la guerra cultural española”, titula el reputado diario británico. En pleno escándalo, el Ayuntamiento de Madrid hace una reestructuración interna que implica la desaparición de la Dirección General de Igualdad para integrarse en el departamento encargado de las políticas contra la violencia de género. La decisión, que supone una merma de personal para trasladarlo a los servicios sociales, estaba tomada antes de que la Junta de Distrito votara contra el mural feminista, coinciden todas las partes, y se desvincula de cualquier exigencia de Vox.
Martes, 26 de enero. Los delicados equilibrios entre partidos internos que sostienen a Almeida en la alcaldía se resquebrajan en este asunto. Ciudadanos decide virar y ahora son dos y no tres los partidos respaldan la idea de acabar con la pintura feminista. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, enmienda al concejal de su partido que participó de la votación, Ángel Niño, y que además es el presidente del distrito donde está la pintura.
¿Actuó entonces Niño por su cuenta? Villacís da a entender que sí y promete revocar la iniciativa ya votada en el Pleno del distrito con una “propuesta alternativa” consensuada con los vecinos que genere una nueva votación. “Me gustaría que se mantuviese. Respetar aquello que no te gusta forma parte de ser vicealcaldesa de la ciudad”.
Unas horas después, el grupo municipal -sus ocho concejales, incluido Niño- respaldan una moción de urgencia presentada por Más Madrid para preservar el mural feminista. Confirman así su nueva postura con un discurso ambiguo de Villacís, que asegura que el mural solo representa las que“ defienden el feminismo y además son de izquierdas”. Añade que eso le parece “partidista, retrógrado y patrimonialista”. “”No me gusta el mural, pero quiero un mural que recoja su feminismo, el mío, el feminismo de Vox y el del PP“, argumenta. La mayoría lograda implica que se insta al Ayuntamiento a mantenerlo, pero no es vinculante. Tampoco obliga la votación de la semana pasada del distrito de Ciudad Lineal.
En Ciudadanos recuerdan que “los acuerdos de ambos plenos, en sus respectivos ámbitos, son válidos pero no suponen establecer o modificar las decisiones adoptadas o que se puedan adoptar tanto por el Área de Cultura como por el Distrito de Ciudad Lineal”. Cultura está liderada por el PP. Ciudad Lineal lo dirige Ciudadanos, que va a organizar una reunión con los vecinos para adoptar una “propuesta alternativa” que mantenga la obra y suscite acuerdo, según Villacís. Habrá que esperar a los próximos días para ver en qué se concreta esta salida, tomada a rebufo de la tormenta que se desató en el distrito por la decisión.
Dentro del grupo popular el desmarque de Ciudadanos no sienta bien. La delegada de Cultura, Andrea Levy, lamenta que el Pleno de Cibeles se inmiscuya en las decisiones de los distritos. “Está decisión que adoptó la Junta de Ciudad Lineal, si alguien tiene que corregirla es esa junta municipa”. Un día después, sin embargo, el alcalde de Madrid ha cerrado filas con Ciudadanos para aclarar que esta diversidad de opiniones no abre “ni una herida ni una grieta” en el Gobierno municipal “sólido”. El regidora asume que finalmente el mural se preservará y achaca la polémica a una “campaña de la izquierda”. Porque, dicen, el asunto “no interesa a los madrileños” que, a su juicio, no saben “ni que existe” el mural, ha apuntado este miércoles intentando dar por cerrado el escándalo.
En Vox, la crítica es menos sutil. La extrema derecha acusa a Villacís de “falta de lealtad” con su edil Ángel Niño. “Vota sí a nuestra propuesta de retirar el mural femimarxista radical y en el Pleno ordinario con la izquierda vota no. Equidistancia vacía de principios y valores, no son leales ni con los suyos...”, tuitea el grupo municipal Vox a última hora de la tarde del martes.
La sucesión de acontecimientos también muestran la sensibilidad de la formación de Inés Arrimadas frente a las críticas que les vinculan con la extrema derecha cuando acceden a sus iniciativas. No es la primera vez que el partido se ve atrapado en este tipo de disyuntiva: ha pasado con negociaciones de investiduras, presupuestos... en casi todos las administraciones donde gobiernan con el apoyo externo de Vox.
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