La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha puesto en marcha una investigación interna para determinar las responsabilidades políticas por el espectáculo de títeres que ha desatado una tormenta política en el Consistorio que gobierna Ahora Madrid. En una rueda de prensa, Carmena ha asegurado que uno de los objetivos es determinar cómo una función que ha calificado como “inaceptable, inadecuada y deleznable” acabó programada para el público infantil. Esta es, precisamente, la defensa de los titiriteros, en prisión desde el pasado viernes por varios delitos relacionados con el enaltecimiento del terrorismo: ¿era o no un espectáculo para niños? ¿Se avisó del contenido antes de la actuación? ¿Conocía el Ayuntamiento el contenido?
El espectáculo La Bruja y Don Cristóbal fue estrenado este mismo mes de enero en Granada. En la página web de la compañía Títeres desde abajo la obra está catalogada bajo el epígrafe “Teatro popular” y no bajo el de “Espectáculos infantiles”. Esta es una de las defensas de los dos titiriteros detenidos.
La otra es que el Ayuntamiento conocía el contenido del espectáculo. En el escrito presentado por sus abogados ante la Audiencia Nacional se niega que se haya ocultado a la empresa concesionaria las “características” de la obra. Esta es la situación que quiere determinar el Gobierno municipal: ¿se sabía qué se había contratado? Y si alguien lo sabía, ¿dónde se rompió la cadena de comunicación?
La cuenta de Facebook del Carnaval organizado por el Ayuntamiento de Madrid sí anunció el espectáculo como para adultos. El viernes 5 de febrero a las 16.00 se anunciaba la función: “Y no, no es para público infantil, es para adultos”, se señalaba.
Sin embargo, el programa oficial del Carnaval lo publicita como apto para “todos los públicos” (PDF). Manuela Carmena ha asegurado en la rueda de prensa que el Consistorio desconoce quién es el autor del post en Facebook.