A partir de la próxima semana, los edificios residenciales del centro de Madrid no podrán convertirse en hoteles y las viviendas no podrán ser alquiladas para turistas más de tres meses al año. La moratoria que anunció este miércoles el Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena suspenderá por un año, con posibilidad de prórroga a otro más, el cambio de uso de bloques de viviendas y de pisos para destinarse a la actividad económica en el distrito Centro. La medida afectará a entre 8.000 y 10.000 viviendas de uso turístico, según los cálculos del Ayuntamiento.
La suspensión de las licencias para cambiar el uso residencial a terciario se extenderá a los distritos de Chamberí, Salamanca y Arganzuela en el caso de los pisos turísticos que quieran ser alquilados de este modo más de 90 días al año. Los apartamentos turísticos y las viviendas que se destinen al uso turístico bajo el principio de unidad de explotación empresarial, en su totalidad y por tiempo superior a tres meses al año, quedan comprendidos en el uso de Servicios Terciarios en su clase de Hospedaje, “por ser actividad económica y no constituir residencia permanente y deberán contar con licencia para ejercer dicha actividad”, explican desde el Consistorio.
Eso significa que el Ayuntamiento de Madrid entiende que el alquiler turístico por más de tres meses al año debe regirse como una actividad económica y para ello los propietarios deberán pedir una licencia urbanística que irá ligada a una serie de requisitos, los mismos que rigen para los negocios de hospedaje.
El Ayuntamiento de Madrid pretende frenar así el proceso de turistificación que está afectando con especial gravedad al distrito Centro de la capital pero que indice en el conjunto de la ciudad debido al incremento del precio del alquileres.
“El diagnóstico inicial de la situación actual ha identificado la existencia de impactos sociales, funcionales y ambientales inadecuados en determinadas zonas de la ciudad, tanto en el espacio público como en la convivencia con los residentes habituales de los propios inmuebles de viviendas”, explica el Ayuntamiento.
La moratoria quiere parar la proliferación de los alquileres turísticos y las plazas hoteleras mientras se elabora y tramita el Plan Especial de Alojamientos Turísticos de la Ciudad de Madrid. Por eso, conforme a lo previsto por el artículo 70.4 de la Ley 9/2001 del Suelo de la Comunidad de Madrid, se ha acordado la suspensión durante un año del otorgamiento de licencias, para todas las modalidades de alojamiento turístico -establecimientos hoteleros, albergues, hostels, apartamentos turísticos y viviendas de uso turístico- en los inmuebles destinados actualmente a vivienda en todos los barrios del distrito Centro: Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol.
Además, “ante el aumento de la oferta de vivienda de uso turístico pero una menor presencia de hoteles y el resto de modalidades”, el área de Desarrollo Urbano Sostenible que dirige José Manuel Calvo, también suspenderá la concesión de licencias de viviendas de uso turístico en los barrios de Palos de Moguer en el distrito de Arganzuela, de Recoletos y Goya en el distrito de Salamanca, de Trafalgar en el distrito de Chamberí, y de Argüelles en el distrito de Moncloa-Aravaca.
“Estos acuerdos no afectan a la oferta de alojamiento compartido durante menos de tres meses en las viviendas que constituyen residencia permanente, pues no están reguladas como alojamiento turístico por la normativa turística autonómica y no constituyen actividad empresarial”, explican desde Urbanismo. Estos alquileres entran en lo que se denomina economía colaborativa.
Por el contrario, el resto de alojamientos ofertados para turistas en viviendas de uso turístico deberán obtener la licencia “correspondiente al ejercicio de dicha actividad económica si cumplen las condiciones del planeamiento urbanístico”, afirman desde urbanismo, es decir, condiciones tales como una normativa técnica de accesibilidad y de la seguridad en caso de incendio.
En los distritos en los que han quedado suspendidas las licencias, “solo podrán ofertarse desde la legalidad urbanística aquellas que ya dispongan de las correspondientes licencias”, explican desde el Ayuntamiento.
Desacuerdo de vecinos y plataformas
La medida desagrada por igual tanto a las plataformas de alquiler turístico como a las asociaciones vecinales del distrito centro, aunque por motivos diferentes. “Necesitamos urgentemente parar, pensar y actuar”, es el lema de la moratoria que el colectivo vecinal 'Lavapiés, ¿dónde vas?' propuso hace unas semanas para acabar con las viviendas de uso turístico profesional en Madrid y que puede apoyarse a través de la web Dedide Madrid donde cualquier colectivo o ciudadano puede hacer propuestas que se votarán si reciben un mínimo de respaldo previo.
Desde esta plataforma vecinal valoran la medida anunciada por el Ayuntamiento como “poco transparente” y lamentan que “no hayan contado con los vecinos para su redacción”. “Lo que proponemos es parar para abrir procesos participados en los que se escuche a los vecinos de todos los distritos para saber qué situaciones se están dando”, defiende Sara Lafuente, una de sus portavoces. Lafuente pone como ejemplo para explicar que los pisos turísticos en el centro afecta a otros distritos, el incremento de los precios de alquiler en Puente de Vallecas en casi un 40%.
Para Lafuente la moratoria del Ayuntamiento no supone ninguna novedad porque “en el centro el uso principal ya es residencial y está protegido como tal según la legislación vigente”. “La cuestión no es acotar por días”, defiende la portavoz, sino que las viviendas que se alquilan para la economía colaborativa “sean los lugares en los que residen las personas, es la única forma de parar las viviendas de uso turístico profesional”.
La plataforma de alquiler de viviendas de uso turístico Airbnb lamentan la moratoria del Ayuntamiento de Madrid y se quejan de que no hayan contado con ellos para su elaboración.
“El principal problema es que se están basando en datos erróneos, cuando se dice que la población ha descendido en el centro se están basando en datos de 2010 cuando ni siquiera existía Airbnb sino que la causa fue la crisis, al igual es la recuperación económica está incrementando los alquileres hasta los niveles de 2008”, argumenta Adolfo Merás, representante de Madrid Aloja, una asociación de pequeños propietarios de viviendas turísticas.
“La medida que plantean solo afecta a los huéspedes por no hablar de lo arbitrario de imponer tres meses al año como máximo al alquiler”.