Tres estudios avalan que Madrid Central reduce la contaminación y dejan a Almeida sin argumentos para recortarlo
Los datos soplan como un viento en contra de las intenciones del Ayuntamiento de Madrid para modificar Madrid Central. En las últimas semanas, tres estudios, dos elaborados por científicos y otro realizado por Ecologistas en Acción, constatan que la implantación de la zona de bajas emisiones tiene un efecto en la reducción de la contaminación. El primer año de funcionamiento ha concluido con las cifras más bajas de polución de la serie histórica, según el análisis de Ecologistas en Acción, y acercan a la capital a cumplir con los límites legales fijados por la Unión Europea. Los tres informes se basan en los únicos datos oficiales que existen: los que aportan las 24 estaciones de medición municipales.
El Ayuntamiento se enfrenta a estos datos en medio de un debate interno en el Gobierno sobre si cambiar o no las normas en Madrid Central para permitir que entren más vehículos (los C con alta ocupación). Las cifras suponen una nueva dificultad en el camino para ejecutar la medida que solo defiende el PP y es rechazada por los expertos, la oposición y, más importante, la mitad de su Gobierno. Fuentes del área de Medio Ambiente solo indican, en este sentido, que la medida “se está sometiendo a consulta” y “se tiene que consensuar con sectores afectados y grupos políticos”.
En esta situación delicada, el área de Medio Ambiente, capitaneada por Borja Carabante (PP), pone en cuarentena el análisis de la organización ecologista, pese a que bebe de cifras oficiales, porque consideran que es un “informe de parte” y aseguran que están “estudiando los datos”. “En estos últimos meses se han producido condiciones que contribuyen a que la calidad del aire sea mejor. Es lo que ha pasado en 2019, que los datos mejoran pero hay que recordar que seguimos incumpliendo la directiva europea y, por tanto, Madrid Central ha sido ineficaz”, argumentaba el delegado de Medio Ambiente y Movilidad este jueves.
Fuentes municipales insisten en que Madrid Central “solo mejora la calidad del aire” de su zona de aplicación y no del resto de la ciudad, aunque la escasa literatura científica sobre el asunto constata que no hay efecto frontera.
Un estudio de un grupo de catedráticos en Análisis Económico refuta el argumento que mantiene el PP con datos obtenidos a través de una compleja fórmula que considera las mediciones de NO2 pero también integra otras variables como la climatología en los primeros seis meses de 2019. El resultado es contundente: los valores se reducen en 15 microgramos en la estación dentro de Madrid Central y 5,5 de media en los puntos de medición de dentro de la M-30. El informe de Ecologistas en Acción concluye, en este sentido, que el impacto de la zona de bajas emisiones es más grande cuando más cerca está del perímetro de restricciones. Lo que han llamado “efecto contagio”, que abarca a gran parte de la ciudad pero en menor medida en las áreas más periféricas
Por otra parte, otra investigación de científicas del Centro Nacional de Epidemiología proyecta una reducción en contaminantes que vincula con Madrid Central y la traduce en número de vidas: 500 muertes prematuras cada año.
El Ayuntamiento, ante estas evidencias, atribuye la mejora de los datos en 22 de las 24 estaciones a las condiciones climatológicas y a la renovación de la flota de vehículos.
En el área de Medio Ambiente y Movilidad defienden que febrero fue el “peor mes” en valores de dióxido de nitrógeno (NO2), cuando aún gobernaba Manuela Carmena y Madrid Central en fase “informativa”.
Los datos de las estaciones de medición revelan, efectivamente, que los primeros meses del año (enero y febrero) registraron niveles de NO2 de 55 microgramos por metro cúbico, muy por encima de los 40 permitidos por la directiva europea, en Plaza Elíptica y Escuelas Aguirre. Estos meses fueron los más secos del año. Los niveles, sin embargo, mejoraron notablemente desde marzo en relación al promedio de la década, cuando empezó el periodo de sanciones de Madrid Central. Después, los límites legales no se han vuelto a sobrepasar excepto en octubre, cuando también aumentó el tráfico en Madrid Central por primera vez.
El alcalde argumentó en julio, cuando intentó poner en marcha la suspensión temporal de multas en Madrid Central, que la contaminación había subido en 19 de las 24 estaciones desde la implantación del área de bajas emisiones. Comparó entonces los datos de 2018 y 2019 con los del año inmediatamente anterior sin considerar que el primer semestre de 2018 fue muy lluvioso y el inicio de 2019 meteorológicamente desfavorable por la ausencia de precipitaciones. El regidor publicó esta comparación respaldar con cifras la decisión política que los tribunales frenaron y solo estuvo en vigor una semana.
“Lo que no es coherente es tener estos datos y aflojar”
El PP afronta la batería de datos e informes de las últimas semanas sin moverse de su postura. El objetivo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y del delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, es modificar las normas de Madrid Central para abrir la zona de bajas emisiones a los vehículos C, hasta ahora sin permisos. La medida está incluida en la estrategia Madrid 360, pero nadie en el Gobierno se atreve, tres meses después de presentarse, a asegurar que se podrá llevar a cabo.
Martínez-Almeida tiene la oposición más fuerte dentro de su Gobierno: Ciudadanos está en contra y no tiene previsto cambiar de postura. Sin su voto, el cambio en la ordenanza no saldrá adelante. PSOE y Más Madrid también se oponen. El Gobierno municipal también está ultimando su línea de 50 millones de euros de ayudas para renovar los vehículos mas contaminantes. Aquí también hay polémica: el PP quiere subvencionar la compra de automóviles C mientras Ciudadanos insiste en limitarlo solo a los ECO y a los CERO.
Pese a la mejoría en los datos, Madrid incumplirá por décimo año consecutivo los límites legales de tóxicos establecidos por directiva europea. Un hecho que el Gobierno municipal relaciona con la “ineficacia” de Madrid Central en la ciudad. “Lo que nos tememos es que de cara a la ciudadanía minimizarán los datos. Y ante Europa tendrán que decir que nos estamos acercando al objetivo”, considera Juan Bárcena, responsable de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción. Bárcena cree que “lo que se da de patadas con la realidad es tener esos resultados y aflojar. ”La conclusión lógica sería mantener lo que tenemos y reforzar“.
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