El alcalde de Rivas-Vaciamadrid, Pedro del Cura, anunciará este mismo lunes su decisión de dimitir de su cargo y de abandonar la política institucional municipal, a la que llegó hace dos décadas, según ha confirmado él mismo a elDiario.es. Del Cura cederá el bastón de mando, si todo sale como está previsto, a la que fuera número dos de la candidatura de su partido, Izquierda Unida, en las elecciones de 2019, Aída Castillejo. La hoy segunda teniente de alcalde tendrá así tiempo para preparar su candidatura ante los comicios previstos para mayo de 2023.
Rivas es, junto a Zamora, la principal referencia municipal de IU y un ejemplo de una confluencia de izquierdas exitosa: la localidad la gobierna la coalición que se presentó en 2019 a las elecciones (IU, Equo y Más Madrid), además de Podemos y el PSOE, última incorporación al Ejecutivo municipal. Junto a Fuenlabrada, es la única gran población madrileña que siempre ha estado gobernada por proyectos progresistas. Y desde 1991 ha tenido a su frente de forma ininterrumpida un alcalde de IU. Entonces, el municipio lo habitaban poco más de 14.000 personas. Esa cifra oscila hoy entre los 92.925 habitantes que refleja el INE y los 97.725 que indica el propio Ayuntamiento en su web.
Del Cura ha informado en los últimos días a diferentes personas de su decisión, que se hará efectiva este mismo miércoles 6 de julio, cuando se celebrará tanto el Pleno municipal de su dimisión como el de elección de la que será primera alcaldesa de la localidad. 24 horas después, se producirá la primera reunión de la nueva Junta de Gobierno. Ese mismo día 7, Del Cura pedirá regresar a su puesto de trabajo de funcionario municipal en la Concejalía de Educación, Infancia y Juventud.
La fecha elegida para este punto y final a su labor institucional en Rivas no es casual. En junio se cumplieron ocho años del Pleno que eligió a Del Cura como alcalde después de un tormentoso relevo con su predecesor en el cargo, José Masa, tras detectarse un agujero contable en la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo. Aquella bronca provocó incluso una fallida escisión en IU y anticipó la dura batalla por la refundación de IU en Madrid.
Si la llega de Del Cura al sillón de alcalde fue tortuosa, el empeño del primer edil es que su salida sea justo lo contrario. “Lo tenía decidido de antemano, pero para evitar debates sucesorios lo he gestionado con sigilo”, asegura el aún alcalde a elDiario.es en conversación telefónica. “Vamos a hacerlo rápido. El equipo de Gobierno tiene que estar funcionando el jueves”, señala.
Del Cura explica que su paso al lado se produce únicamente por haber alcanzado los ocho años de mandato. “Yo defiendo las limitaciones” en los cargos, apunta a este medio. “Ocho años son más que suficientes para dar el relevo”, insiste. El dirigente asegura también que el momento es idóneo: “Hay estabilidad política en el Ayuntamiento y en la gestión económica. No hay grandes problemas. Toda la izquierda está junta, funcionando y sin ruido. Se dan las condiciones para el relevo”, concluye.
El alcalde terminará de informar a los portavoces municipales este mismo lunes, aunque en los últimos días ya había dado cuenta de su decisión tanto a los partidos integrantes de la coalición electoral como a sus socio de gobierno. También a nivel autonómico.
El relevo en Aída Castillejo está asegurado, salvo sorpresa de última hora. La Alcaldía de Rivas está reservada para IU según el acuerdo de gobierno, y Castillejo fue la número dos de Del Cura en 2019. Hasta ahora ha ejercido como segunda teniente de alcalde, tras la vicealcaldesa Mónica Carazo (PSOE). Además, ha sido coordinadora del Área de Ciudadanía, concejala Delegada de Cultura y Fiestas y portavoz del grupo IU-EQUO-Más Madrid.
“Es más joven, está más preparada y tiene experiencia de Gobierno”, explica Del Cura para justificar su elección. Con todo, hay un proceso que seguir. Esta misma tarde se celebrará una asamblea municipal de IU abierta a toda la militancia para debatir y, en su caso, ratificar la designación planteada por Del Cura. A la cita acudirá una representación de la dirección autonómica de Álvaro Aguilera, aunque ambos se situaron en bloques contrarios en el proceso interno que ratificó a Aguilera al frente de IU de Madrid.
Del Cura abandona así la política municipal, a la que llegó en 2003 como concejal raso. A unos meses de cumplirse dos décadas de aquellas elecciones, el balance que hace el dirigente de IU de su paso por la política institucional es positivo, y pone en valor el haberse centrado “tanto en las cosas pequeñas como en las grandes”.
Estas son las que más destacan, claro. Y entre las que más enorgullecen a Del Cura está la reciente consulta popular para determinar la política de urbanismo del municipio en los próximos años. Rivas ha experimentado un crecimiento demográfico exponencial desde el regreso de la democracia que le ha llevado a convertirse en el gran municipio de Madrid más joven. Un crecimiento que no siempre ha dado tiempo a digerir. En el referéndum de 2021 los ripenses optaron por detener la construcción de más viviendas y darse un tiempo antes de decidir cómo continuar el desarrollo. O no. “Hay una apropiación del urbanismo por parte de la ciudadanía. Es un buen ejemplo”, zanja el alcalde.
La consulta le supuso al Gobierno municipal, con Del Cura a la cabeza, la enemistad de las promotoras y constructoras. No son los únicos grandes rivales que se han buscado. Rivas ha sido uno de los municipios que más batallas ha dado, tanto contra empresas como contra los gobiernos autonómicos del PP, que ha tenido en la ciudad a unos de sus principales actores antagónicos en la región
Fueron sonados los enfrentamientos de la localidad con el Gobierno regional, tanto con el que lideró en su momento Esperanza Aguirre como con el actual de Isabel Díaz Ayuso. Uno de ellos, terminó en el Tribunal Supremo con una histórica sentencia que establecía que eran los bancos, y no los clientes, quienes debían abonar el impuesto de las hipotecas. Posteriormente, eso sí, el Pleno de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo enmendó a sus propios jueces y volvió a cargar el tributo a los clientes. “El Supremo se ha puesto a las órdenes de la Banca”, dijo entonces el alcalde.
Otro triunfo legal de Rivas fue contra las grandes aseguradoras. El Alto Tribunal determinó que estas empresas tenían que pagar al Ayuntamiento una tasa por el servicio antiincendios ya que las pólizas de las viviendas incluyen una cobertura por un servicio que prestan las instituciones públicas, en este caso a través de la Comunidad de Madrid, quien cobra un canon a la localidad.
No han sido los únicos enfrentamientos con el poder político que domina la región. En plena pandemia, el Gobierno de Ayuso dejó tirados al Ayuntamientos tras pedirle acondicionar un polideportivo como centro de vacunación. Otro de los problemas enquistados, el futuro de la Cañada Real Galiana, también ha supuesto duros encontronazos con el Ejecutivo autonómico y grandes empresas.
Quizá por eso, y pese a su población, Rivas tiene un déficit de atención primaria sanitaria y reclama de forma constante pero infructuosa un nuevo centro de salud público y el Ejecutivo de Ayuso, como antes los de Aguirre, Cristina Cifuentes o Alberto Ruiz Gallardón, se niega a construirlo. Los vecinos deben desplazarse al vecino municipio de Arganda del Rey para las urgencias, por ejemplo.
Entre los éxitos que destaca Del Cura, otra demanda histórica: el inicio de la construcción del acceso directo a la autovía de circunvalación M50, lo que despejará además la siempre congestionada A3. “Ahora conseguiremos el centro de salud y los colegios”, vaticina el todavía alcalde. “Rivas es peleona, yo solo me he puesto al frente de la agenda política de reivindicación de las vecinas”, concluye. Será otra persona quien tenga que liderarlo.