A las 3.20 horas de esta madrugada, 130 agentes de la Policía Municipal de Madrid han desalojado el centro social ocupado La Ingobernable. La operación se ha producido “por la fuerza, sin diálogo y sin previo aviso”, denuncia el colectivo social, que hasta ayer por la noche siguió con normalidad haciendo actividades en el barrio. En el interior del edificio no había nadie.
Fuentes municipales explican que el desalojo fue autorizado por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 16 de Madrid el 7 de octubre de 2019 y ha trascurrido “sin incidentes”. Durante esta mañana los efectivos policiales mantienen blindadas las inmediaciones del centro con vallas y furgones.
El colectivo social que ocupaba el centro desde mayo de 2017 asegura que pidió “por registro” una reunión con el nuevo equipo municipal hace un mes para acordar una solución para el edificio pero no tuvieron respuesta. “Llevábamos meses planteando que esta es una cuestión política que se solucionaba con procesos de diálogo y la respuesta del Ayuntamiento fue que iban a aplicar todo el peso de la ley. Y esta noche han entrado por la fuerza y sin saber qué se va a hacer con este”, sostiene Gabriela Vázquez. Los miembros de La Ingobernable aseguran que “llevaban meses” con la sensación de que “en cualquier momento podía llegar el desalojo”.
El Gobierno municipal (PP y Cs) ya había anunciado que el desalojo de La Ingobernable se iba a producir “en breve” después de hacerlo con uno de los centros sociales autogestionado más veteranos de Madrid, La Dragona, lo que se produjo el pasado octubre. Un mes después, el alcalde se ha felicitado por el desalojo: “Lo hemos conseguido, tolerancia cero con los caras”. El regidor ha empleado este ejemplo para amenazar ante futuras ocupaciones de inmuebles y lo considera una “muestra” de que el Ayuntamiento “pasa de las palabras a los hechos”.
Martínez-Almeida hizo de “la lucha contra la okupación” una de sus principales banderas de la campaña electoral. Programó un acto en la puerta de La Ingobernable y terminó enfrentándose verbalmente a parte del colectivo asegurando que le habían hecho un “escrache”. “Lo utilizaron como un arma arrojadiza en la campaña. Parece que ellos piensan que lo que les hace quedar mejor es esto: entrar por la fuerza, pero no sé con quien”, dice Vázquez. Este miércoles el regidor, que llamó “desgarramantas” a los miembros de La Ingobernable y prometió “inflexibilidad”, ha usado el desalojo para como muestra de que cumple su programa.
El Ayuntamiento de Madrid ya entregó al colectivo una notificación de desalojo el pasado mes de agosto. Pero el centro siguió “lleno de actividades” y La Ingobernable aseguró que se defenderían con movilizaciones ante la “amenaza” de sacarles de edificio. El Consistorio acudió a la vía judicial después de que en verano no pudiera desalojar el centro social de la calle Gobernador de forma voluntaria tras el aviso entregado.
Los usuarios del centro lamentan esta decisión
“Ya lo tienen para especular otra vez”, comentaban un par de jóvenes mientras observaban a los policías que vigilaban cómo evolucionaba el desalojo. A partir de las nueve y media de la mañana, el movimiento más llamativo que se produjo en los exteriores del edificio era la marcha de un par de furgonetas que estaban aparcadas frente a la puerta. “No nos han enseñado nada. Nos han planteado que le pidiésemos la documentación [sobre el lanzamiento] a a la Dirección General del Patrimonio”, contaba uno de los portavoces de la Asamblea a esta redacción, sobre la orden de desalojo.
Horas después de la entrada de la Policía ya no quedaba rastro de las pancartas que se han colgado en la fachada del edificio a lo largo de los dos años de ocupación. “Si nosotras paramos, se para el mundo”, planteaba una de ellas. Usuarios del centro, activistas y vecinos de la zona se han acercado a los alrededores de este centro. Según plantean los portavoces de La Ingobernable, ningún representante de su colectivo ha podido entrar dentro de este emplazamiento tras el bloqueo de la Policía Municipal al acceso y las calles adyacentes.
“Vengo a apoyar a estos chicos que llevan dos años haciendo un montón de actividades. Mi coro ha ensayado aquí varias veces, no teníamos otro sitio, nos echaron de varias parroquias y aquí nos acogieron. Todo lo que se hacía aquí era a favor de los ciudad de Madrid”, cuenta Ángeles.
Por su parte, a Celia, vecina del barrio y usuaria también de este espacio, le llamaba la atención la fecha escogida. “Esto es una venganza del trifachito por el acuerdo que hubo ayer. ¿Por qué no lo hicieron la semana pasada?”, apunta, en alusión al anuncio realizado ayer sobre un Gobierno de coalición de Unidas Podemos y PSOE. “Que haya tantos policías aquí, es una demostración de fuerza. Lo que más les molesta es que aquí la gente piensa y actúa por si sola”, incidía. Está mujer se ha acercado también pasadas las nueve de la mañana, tras recibir un mensaje de WhatsApp ha cancelado su clase de gimnasia para apoyar a este colectivo.
Entre los asistentes, había miembros de los colectivos que durante los dos años de ocupación han utilizado este espacio. Entre ellas Ángela y Marta, de Extinction Rebellion, que señalaron que este recurso también sirve para alojar “muchas actividades que se realizan de forma gratuita”.Clases de pintura, de yoga, de autodefensa, baile o cinefórum son algunas de las actividades que se impartían en este espacio. “De esta forma dejan a muchas personas sin recursos sin acceder al ocio”, destacaban estas jóvenes.
El Ayuntamiento aún no ha aclarado qué va a hacer con el espacio. Tampoco se sabe aún qué uso va a dar el Consistorio al edificio de La Dragona, otro centro social desalojado y vacío desde octubre. “Estamos estudiando diversas alternativas, un uso accesible para todos los madrileños y no solo a unos cuantos caras. Con los okupas no vamos a hacer más que desalojarles”, ha señalado el alcalde.
Desde el colectivo han hecho un hilo con los motivos, de la A a la Z, por los que no los podrán desalojar: “Estamos en todas partes y el Madrid ingobernable es indesalojable”. “#DesalojanLaIngo pero no pueden desalojar nuestro deseo de bailar y vamos a seguir bailando contra su odio y su tristeza” y “siguen las luchas por la Ciudad, y por el Centro de nuestra ciudad. Y no vamos a permitir que sigan partiendo nuestro Madrid: el norte para los ricos, el centro para los turistas, y las periferias para los pobres”, afirman.
Edificio vacío desde 2012
Del museo de arquitectura de Ambasz, acordado durante la etapa de Ana Botella como alcaldesa, hasta la biblioteca de mujeres que planteaba Ahora Madrid, con Manuela Carmena al frente, el inmueble ha contado con varios proyectos que, por distintas razones, no cuajaron.
Vacío desde el año 2012, el edificio acogió dependencias de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y un centro de salud para Retiro hasta reservarse para el Museo del Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU), impulsado por el argentino Emilio Ambasz en un controvertido acuerdo firmado por la que fuera alcaldesa de Madrid Ana Botella.
En marzo de 2013, Ambasz y Botella firmaron un convenio de colaboración por el que el Consistorio cedía el inmueble por 75 años para fines culturales mientras que la Fundación Ambasz se hacía cargo de la construcción y mantenimiento por un montante de 10 millones de euros.
El edificio de Paseo del Prado 30 esquina con Gobernador estaba incluido en el lote de inmuebles que el Ayuntamiento puso a la venta. El arquitecto se interesó por él y le escribió una carta a Botella. La decisión municipal fue sacarlo de ese catálogo para dar cabida al museo teniendo en cuenta su ubicación estratégica.
En octubre de 2018, el entonces Ejecutivo de Ahora Madrid firmaba el acuerdo con la Fundación Ambasz y hacía un anuncio: parte del edificio se destinaría a la biblioteca de mujeres Marisa Mediavilla, con 30.000 volúmenes, y a otras necesidades del distrito, todo ello dentro de un plan a elaborar de forma participativa.
La idea de Ahora Madrid pasaba por “combinar distintos usos en un espacio muy grande” pero todo dentro de un marco regulado y regulador como la ordenanza de Cooperación Público-Social.Pocas semanas antes de las elecciones, la entonces portavoz del Gobierno, Rita Maestre, confirmaba la existencia de conversaciones con el tejido social para el futuro del centro social autogestionado, que rechazó la propuesta que le hizo el entonces Ayuntamiento de Ahora Madrid.
El colectivo lleva funcionando desde hace dos años y medio en este edificio y mantienen que, gracias a esta okupación, se destapó “otro pelotazo del PP, que había regalado el edificio público a una fundación afín”. Por el edificio han pasado más de 150 colectivos ecologistas, feministas, defensores de la vivienda y antifascistas. Semanalmente han acudido a las actividades realizadas en el centro más de mil personas, según datos del centro social.