Almeida acaba su segundo año con mayoría absoluta enfrentado con toda la oposición
La crispación política que preside desde hace tiempo los debates del Congreso y del Senado entre el Gobierno de Pedro Sánchez, sus socios y la derecha y ultraderecha, como ocurre también en los de la Asamblea de Madrid entre Isabel Díaz Ayuso y los grupos de izquierda, ha impregnado igualmente el debate municipal del Ayuntamiento de Madrid. Desde que José Luis Martínez-Almeida logró mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2023, las broncas políticas son el pan nuestro de cada día en las sesiones de control al alcalde durante los Plenos que se celebran en Cibeles mensualmente. El regidor madrileño ha terminado el año enfrentado como nunca a los tres grupos de la oposición, incluyendo Vox, con cuyo portavoz, Javier Ortega Smith, mantiene continuas grescas .
La tensión ha llegado a tal punto que el propio rey Felipe VI reclamaba en su tradicional mensaje de Navidad “serenidad” en el debate público para rebajar “el ruido de fondo que impide escuchar a la ciudadanía”. El jefe del Estado, tras considerar como “legítima” la “contienda política”, advertía de que “en ocasiones” es “atronadora”, lo que puede impedir “escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad”.
En Cibeles ese “ruido atronador” se ha dejado escuchar demasiadas veces dado además que Almeida, al igual que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha decidido utilizar como ariete político los casos de supuesta corrupción que salpican a Pedro Sánchez y a su Gobierno, especialmente el que afecta a su esposa, Begoña Pérez, y a su exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Tampoco ha desaprovechado el caso de Íñigo Errejón, que fue forzado a dimitir como portavoz de Sumar y dejó su escaño en el Congreso tras ser acusado de presuntos abusos sexuales.
Almeida ha utilizado estos dos casos recurrentemente para acorralar tanto a la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, a la que implica en la trama del caso Koldo, asesor del exministro Ábalos, y en los negocios turbios del comisionista Víctor de Aldama, como a la líder de Más Madrid, Rita Maestre, contra la que ha cargado sistemáticamente sin piedad por su antigua relación con Errejón.
Este asunto enturbió el pleno del pasado mes de noviembre. Almeida, que ya veía haciendo duras declaraciones contra Maestre y todo el movimiento feminista por este motivo, acusó entonces a la portavoz de Más Madrid de “victimizarse” tras el caso de su compañero y antigua pareja, al que el regidor insistió en acusarla de haber “encubierto”, “despreciando” con ello a las mujeres víctimas de sus presuntas agresiones sexuales. Maestre –y también Maroto–, previamente, le había llamado “machista” y “retrógrado” por sus comentarios contra el colectivo feminista y le había invitado a “dimitir”. Esos días Almeida andaba picado porque le habían llovido las críticas, entre ellas las de ambas portavoces de izquierdas, por confesar en El Hormiguero que el “detalle más romántico” que había tenido con Teresa, su mujer, había sido “descolgar la ropa del tendedero”. Herido por las mofas, Almeida se cebó con la portavoz de Más Madrid. “¿Cuánto tiempo estuvo encubriendo usted a Íñigo Errejón? Porque usted tiene un detector de tendederos machistas, pero para detectar a Errejón el radar lo tiene completamente averiado”, le soltó. “Las mujeres tienen mucha más tranquilidad con hombres que quitamos tendederos que con mujeres que encubren a Íñigo Errejón”, remató, para pedirle después: “Váyase señora Maestre, váyase de una vez de la política”. De aquel desagradable encontronazo, según sus compañeras de grupo, Maestre salió muy afectada.
Con Maroto tampoco ha sido muy benevolente y los encontronazos entre ambos han sido también sonados. A finales de octubre el alcalde interrumpía el pleno para denunciar que la portavoz del PSOE le había llamado “cara de payaso”, mientras le exigía que le pidiera “disculpas”, motivo por el cual la sesión se tuvo que paralizar varios minutos. “Ya está bien. No puedo tolerar que la señora Maroto diga 'la cara de payaso que tiene el alcalde'. Ya está bien, hasta aquí hemos llegado. Señora Maroto: no son formas”, lamentó. Almeida previamente le había dicho que tanto ella como su partido y Pedro Sánchez eran un “cenagal de corrupción”, comparando al Gobierno con series como Los Soprano, o películas como Torrente o Los ladrones van a la oficina.
El presidente del pleno, Borja Fanjul, pidió “calma” pero se puso del lado del alcalde. “¿No va a disculparse?”, le preguntó a Maroto. “Bien, pues luego no me pida usted la palabra cuando se sienta ofendida por alguna acusación del equipo de Gobierno, porque no se la voy a dar”, zanjó Fanjul, cuyo papel como árbitro de los plenos está siendo muy cuestionado por los grupos de la oposición.
La ofensiva contra la socialista no ha cejado estas últimas semanas. A finales de este mismo mes de diciembre Almeida exigía a Maroto que dejara su acta de concejal del Ayuntamiento de Madrid después de que El Confidencial desvelara unos mensajes de WhatsApp que se cruzó con Víctor de Aldama, el empresario involucrado en el caso Koldo, que fueron enviados el 5 de agosto de 2020, cuando ella estaba al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España y después de la primera gran ola de coronavirus. De nada sirvieron las explicaciones de la socialista que aclaró que esos mensajes estaban enmarcados en un proyecto de Turismo en el que iba a participar el Gobierno y la Comunidad de Madrid, y que no se llevó finalmente a cabo.
Como Maroto hizo caso omiso de la exigencia de Almeida, en el último pleno municipal el PP llevó una moción de urgencia para reprobarla. Durante el tenso debate su compañera Rita Maestre la defendió y retó al alcalde: “Si tiene alguna prueba más póngala en encima de la mesa o deje de calumniar”. “La señora Maroto no ha hecho nada malo”, afirmó la portavoz de Más Madrid, para cargar después duramente contra el PP por sus innumerables casos de corrupción en los que, según recordó, se han visto implicados varios de los ministros de los gobiernos de Aznar o dirigentes de la Comunidad de Madrid, “que en total acumulan más de 100 años de cárcel”. “Pidan perdón por el dinero que su partido nos ha robado a los madrileños y madrileñas durante más de 20 años y entonces podrían empezar a dar un poco de moral y de decencia”, remató, lo que derivó en una fuerte ovación de la bancada de la izquierda. La iniciativa contó con los votos a favor de Vox, pese a que en su intervención Javier Ortega Smith se mostró muy crítico con el alcalde al que le recordó que él también podría ser reprobado por “mentir” y no cumplir su promesa de derogar Madrid Central.
Vox termina también enfrentado a Almeida
Y es que por terminar mal el regidor madrileño también ha acabado enfrentado a su antiguo aliado de la extrema derecha, con el que inició su primer mandato declarándole su “aliado preferente”, frente a los ediles del Grupo Mixto, tránsfugas de Más Madrid y reconvertidos en Recupera Madrid, que le ayudaron a sacarle de más de un apuro.
Uno de los principales temas por el que ambos han chocado ha sido por el mantenimiento de la Zona de Bajas Emisiones de Madrid Central, que el regidor prometió derogar en la campaña electoral. Vox recurrió la normativa y al final el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó una sentencia que anulaba las prohibiciones, noticia que Ortega Smith celebró con alborozo, exigiendo al alcalde que no la recurriera y devolviera el dinero de las multas a los madrileños. Incluso se paseó por el centro de Madrid en un vehículo coreando, altavoz en mano: “Almeida trilero, devuelve ya el dinero”.
El portavoz de la extrema derecha llevaba tiempo muy enfadado con Almeida por haber permitido que el PP apoyara a primeros de año su reprobación -la segunda que sufría- presentada por los grupos de izquierda tras su agresión al concejal de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño, al que le lanzó una botella de agua e increpó al pasar por su escaño en otro de los agitados debates en Cibeles. El alcalde y portavoz de Vox terminaron cruzándose sendas acusaciones de “hacer el juego a la izquierda”.
El único gesto que ha tenido Almeida con los concejales de Vox, que este año han votado 'no' a los presupuestos de 2025, ha sido defenderles cuando el pasado mes de abril Rita Maestre les llamó “nazis”, lo que provocó un gran alboroto. Entonces el regidor se levantó y la recriminó: “La señora Maestre ha llamado nazis en reiteradas ocasiones a los concejales de Vox y yo le pediría por favor que rectificara porque es una acusación grave. Creo que una cosa es el debate y otra cosa es que usted llame nazis a un grupo municipal, porque creo que ya está bien de insultar”, argumentó Almeida. Maestre comenzó a justificar su descalificación contra Vox, pero el presidente Fanjul no le dejó proseguir y la llamó por tres veces al orden, para finalmente expulsarla del pleno. Maestre se fue pero con todo su grupo detrás, entre airadas protestas.
En vísperas de estas fiestas, pese a ser a veces el artífice de las trifulcas, el regidor madrileño se sumaba al mensaje del rey en el que el monarca apelaba a rebajar la “tensión”. En la rueda de prensa de la última Junta de Gobierno del año, Almeida calificó el discurso de “impecable”. “Es muy importante aprender esta lección y seguir el camino que nos ha marcado el rey”, subrayó, después del encontronazo dialéctico que justamente acababa de mantener de nuevo con la portavoz socialista en aquel último Pleno, donde habló que para “políticas pesadas” las de la izquierda.
“Esa expresión -dijo- podrá parecerles a algunos mejor y a otros peor, pero entra dentro de lo que es el debate político”. “Se puede entender perfectamente que las políticas de la señora Maroto no son las que yo comparto y que me parecen reiterativas. Esto supongo que nadie lo podrá entender como confrontación o crispación”, se defendió. “No la insulté ni la descalifiqué, ni, por supuesto, me negué a debatir con la señora Maroto, ni tampoco le dije que voy a levantar un muro contra ella”, prosiguió. “Conmigo que no cuenten para levantar ningún muro ni para que entre los españoles que pensamos diferente no nos podamos hablar”, añadió, como si todos los improperios que ha lanzado a lo largo de estos meses contra las portavoces de la oposición -y en muchas ocasiones devueltos por estas- no hubieran existido.
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