A pesar de que España se desmorona, Madrid va viento en popa, según se desprende del triunfal discurso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el debate sobre el estado de la región, que se celebra hoy y mañana. Ayuso ha prometido mejoras en la práctica totalidad de infraestructuras y servicios de la Comunidad de Madrid, pero al mismo tiempo ha anunciado que seguirá bajando impuestos.
La cuadratura del círculo se logra en parte con el reciclaje de medidas anunciadas previamente y que se han venido retrasando, en algunos casos desde su primera campaña electoral, como las 25.000 nuevas viviendas asequibles que propuso en 2019 y que se han ido ajustando a la baja sucesivamente; ahora serán 10.500 hasta el final de la legislatura, lo que obligará a avanzar a toda prisa, pues de momento solo se han entregado 489. También los nuevos centros de salud prometidos, originalmente 20, hoy 35, pero de los que solo cuatro están operativos. “En breve” habrá otros tres funcionando, hay cuatro en obras incipientes y otros 16 se licitarán antes de que acabe el año que viene, ha prometido. Las cuentas se disparan a partir de ahí: al terminar la legislatura en 2027 serán 34, según ha asegurado.
Ayuso se ve tan fuerte en términos electorales que ha empezado su alocución con referencias a la voluntad de establecer un “legado”, pero ha dedicado el primer bloque a atacar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistiendo en el supuesto afán dictatorial que le achaca, comparando la situación en España con la de Venezuela e incluso con México, que discute en estas semanas una reforma judicial que a Ayuso tampoco le parece adecuada. Después, la sopa habitual: fascismo, socialismo y nacionalismo son “lo mismo”, entiende Ayuso, capaz de decir esto y acto seguido acusar al Gobierno de querer sufragar el dispendio de la burguesía nacionalista catalana con la recaudación de las familias madrileñas.
Tras la andanada inicial, llegó el momento para los anuncios. El impuesto de donaciones y sucesiones, “anacrónico”, tendrá una mayor bonificación para hermanos, tíos y sobrinos, que pasará del 25% al 50%, lo que supondrá perder 130 millones de euros de recaudación, según sus cálculos (ella lo llama ahorro). Las donaciones inferiores a 1.000 euros tampoco tributarán.
Ayuso ha anunciado que apostará por la jornada partida en la educación primaria y secundaria, que será obligatoria en los nuevos colegios que se vayan construyendo, los cuales, además, albergarán también a los alumnos del primer ciclo de ESO. Se prometen también 8.000 nuevas plazas escolares en colegios e institutos del sur.
La catástrofe de las residencias de mayores durante la pandemia no ha modificado sustancialmente el modelo de la Comunidad de Madrid, en línea con la nula asunción de responsabilidad durante la gestión por parte de Ayuso y del PP. La presidenta anuncia ahora 40 nuevas residencias y otros tantos centros de día para mayores de aquí a 2030, por importe de 500 millones de euros. El detalle de las plazas es que de las 4.200 que se ofrecerán, solo 2.460 formarán parte de la red pública; el resto se podrán sufragar “con la financiación que ofrece el sistema de dependencia”, que también aumenta, indica la Comunidad de Madrid.
Otros anuncios han sido más innovadores; por ejemplo, un centro de atención integrado especializado para hombres víctimas de violencia sexual, centrado en la infancia y en fenómenos entre adultos como el ‘chemsex’, según ha dicho expresamente Ayuso; o también la posibilidad de ir a recoger paquetes a las estaciones de metro. Para compensar en parte del desaguisado de la línea de metro 7B en San Fernando de Henares, que ha obligado a tirar las casas de numerosos vecinos, ha anunciado la construcción de un parque de 12.000 metros cuadrados. También en términos de legado se puede interpretar el anuncio de la inversión en materia de abastecimiento de agua. Se prometen obras por valor de 3.200 millones de euros, pero el horizonte de ejecución se extiende hasta 2035.
Todo va bien en Madrid, celebra Ayuso, pues va camino del “pleno empleo”, sus “calles llenas de vida hablan por sí solas”, la pública y la privada “se eligen libremente”, y al Gobierno estatal solo le pide que “no estorbe”. El aplauso del pleno de la Asamblea, dominada por el PP, fue rotundo. Mañana será el turno de la oposición.