Un memorial alternativo para contrarrestar los vetos de las tres derechas. La Plataforma Salvemos Carabanchel ha colgado este sábado un homenaje en la valla que custodia el terreno del antiguo penal de Carabanchel, en la avenida de los Poblados. Se trata de un plan B, que esperan seguir ampliando, porque el Ayuntamiento de Almeida frenó en verano la construcción de una instalación que había sido aprobado durante el mandato de Manuela Carmena. Esta semana, pese a las críticas de PSOE y Más Madrid, se ha anunciado que aquella partida presupuestaria irá a parar a dos camiones para el traslado de caballos de la Policía municipal.
Miembros de la organización vecinal han instalado tres paneles de aluminio con el nombre de unas 600 personas que fueron detenidas y encarceladas durante el franquismo por sus ideas políticas o su orientación sexual. Ahora todos temen que la iniciativa no sirva de nada y que lo desmantelen, del mismo modo que ha sucedido con las placas del cementerio de La Almudena. Por el momento, solo ha habido presupuesto para tres placas, pero esperan seguir recaudando fondos a través de la venta de chapas y otros objetos para continuar dando forma al memorial por la lucha antifranquista.
“Cada año llevamos a cabo algún tipo de acto”, explica Jesús Rodríguez, miembro de la Plataforma Salvemos Carabanchel. “Este año, incluso antes de que hubiera sucedido lo de La Almudena, se decidió que se iba a poner algo más definitivo, algo con nombres. Ya sabíamos que el Ayuntamiento no iba a ejecutar la partida presupuestaria prevista”, ha añadido.
La inversión que frenó el PP en verano, respondiendo a una proposición de Vox, era la primera gran victoria de la plataforma e iba a servir para realizar una instalación informativa. Además de esto, la organización busca que se construya un centro de memoria parecido al de la Topografía del Terror de Berlín. Los vecinos también reclaman que se construya en la misma explanada un hospital, guarderías o vivienda pública, puesto que dicho terreno se encuentra entre los dos distritos más poblados de Madrid: el de Carabanchel y el de Latina.
“No ha podido ser a través del Ayuntamiento, que es lo que hubiéramos querido”, ha protestado Estrella Sánchez, concejala de Más Madrid. “Lo importante es que se recupere la memoria porque no puede ser que ahora estemos disfrutando de una democracia y todas las personas que aquí estuvieron presas y trabajaron por ella no sean reconocidas”, ha añadido. Desde la oposición, plantean seguir peleando por un memorial “que sea compatible” con otras instalaciones. En el último pleno, explica Sánchez, detectaron que la partida para el memorial “se cambiaba para comprar dos camiones para llevar caballos”.
“El Gobierno municipal, en su compromiso con satisfacer a Vox, no quiere hacer ningún tipo de avance en Memoria Histórica”, ha asegurado Ramón Silva, concejal del PSOE. El socialista considera que un nuevo Gobierno progresista podrá agilizar la construcción de un memorial en Carabanchel. “Deseamos que por fin haya un Gobierno de España, que se constituya ya, y que empiece a trabajar en Memoria Histórica porque hay muchas cosas pendientes. Y sobre la cárcel de Carabanchel, estoy seguro de que el Gobierno de España tendrá algo que decir”, ha apuntado.
En el año 2008, la mítica cárcel del sur de Madrid fue demolida pese a todo tipo de protestas vecinales. Diferentes asociaciones integradas en la Plataforma Salvemos Carabanchel llevan desde entonces exigiendo que se construya un centro de memoria en el mismo lugar en el que, durante décadas, reinó la inmensa cúpula y las naves rectangulares de ladrillo.
En el ambiente gris de esta última mañana de noviembre se repetía una idea muy concreta, la de que sin memoria no puede haber democracia. “No se pueden borrar los nombres de las personas que han luchado por la libertad”, ha dicho Julián Rebollo, presidente de la plataforma, a través de un megáfono y rodeado de un centenar de personas. Más de una decena de asistentes al acto había estado entre las rejas de esta cárcel durante los años 70 y 80, entre ellos Nati Camacho, que fue encarcelada en el año 73, tras varias detenciones por parte de la brigada político-social.
Nati estaba embarazada en el momento de su encarcelación después de una manifestación. Tenía 25 años y, por apenas unos días, no dio a luz en la cárcel de Carabanchel. “Solo por diez días mi niño no nació aquí en Carabanchel”, ha recordado, y no llega a comprender cómo en 17 hectáreas de terreno no se ha levantado ya una instalación que sustituya al erial cubierto de maleza y sirva para el recuerdo de personas como ella. “Nos tienen que nombrar, porque esos nombres son lo que identifican a la persona. Una leyenda general puede tener su sentido, pero si no se nos nombra, no comunicas lo que pasamos aquí. Esto es fruto de una posición inhumana y miserable. Reconocer hechos no tiene por qué causar ninguna ira”, ha protestado.
A Ángel Hernández Pardo (figura conocida en España porque ayudó a su mujer enferma a cumplir su deseo de morir) también lo detuvieron en el 73. “Me trajeron aquí. Esto era una cárcel preventiva. Me acusaron de terrorismo por participar en un salto, una manifestación de unos minutos. Me cayeron cinco años”, ha relatado. “Esto es una pena porque nos tiraron la cárcel que hubiera sido un monumento que hubiera podido tener dotaciones para el barrio y, sin embargo, tenemos la Cruz de los Caídos, que no son capaces de derruirla, fíjate en la diferencia entre una cosa y otra”, ha comparado.
El acto ha terminado en medio de fotos, anécdotas y recuerdos. Mientras unos enumeraban a todos los políticos y artistas que acabaron en las salas de castigo de la cárcel, otros murmuraban con el ceño fruncido al recordar lo de La Almudena: “A ver si no quitan los paneles”.