El PSOE y un exedil de Vox se alían en un pueblo de Madrid para echar al alcalde del PP que antes era de España 2000
La moción de censura en Los Santos de la Humosa, un pueblo de 2.800 personas enclavado en un monte al este de Alcalá de Henares, en Madrid, ha prosperado finalmente tras votar a favor los cinco ediles del PSOE y el concejal no adscrito, ex de Vox, Daniel Moreno. “Voy a hacer lo que tenía que haber hecho hace siete meses”, ha señalado este únicamente durante su intervención en el pleno municipal antes de votar.
El traspaso de poderes ha sido pacífico. El ya exalcalde, Lázaro Polo, hoy en el PP pero hasta esta legislatura miembro del partido ultra España 2000, ha dicho que era un orgullo entregar el bastón de mando a la primera mujer alcaldesa del pueblo, Carolina Urtasun, aunque deslizó: “Espero que te pese como la moción de hoy”.
El origen de la moción se remonta a un conflicto intestino de la ultraderecha local en la pasada legislatura con tintes personales y episodios en el juzgado. Hasta llegar al pleno de hoy no han faltado las amenazas veladas. El edil sobre el que ha pivotado la moción se encontró la semana pasada con las ruedas del coche pinchadas, según refieren sus compañeros socialistas de la oposición —el PSOE fue la lista más votada el año pasado—, quienes viven estos días “con miedo”, según confesó esta semana la propia Urtasun.
Hasta este viernes el alcalde de Los Santos era Lázaro Polo, fichado por el PP tras haber sido en la legislatura pasada el primer regidor en la Comunidad de Madrid de la extrema derecha en sentido estricto: se había presentado por el partido fascistoide España 2000. Polo fue elegido con el apoyo de PP y Vox, que contaba entonces con un edil, Daniel Moreno. Este pasó a ser el concejal de obras y durante tres años el gobierno funcionó sin levantar mayor polvareda, superadas lindezas de campaña como la de ver a Polo y su equipo repartiendo comida a familias necesitadas, con la condición de que fuesen españolas.
Las cosas se torcieron en 2022, cuando el alcalde destituyó al concejal de obras por “irregularidades administrativas y contables derivadas de la presentación de facturas no coincidentes con los albaranes” para “la supuesta argucia de facturar al Ayuntamiento […] materiales que se destinaron a actuaciones privadas”. El caso llegó a la Fiscalía y de ahí al juzgado que, a punto de cumplirse dos años del suceso, todavía no ha resuelto el asunto.
“[El ya exalcalde] ha aprovechado una confusión en una factura de un proveedor para meterme a mí el marrón” con “una historia en la que no hay nada”, se defendió entonces Moreno. Las facturas dudosas, que no se llegaron a abonar, aludían a unas obras de cementado que se mezclaron con otras privadas. El desfase rondaba los 7.500 euros, según refirió Polo entonces en una reunión con los portavoces de los grupos municipales.
Voto doloroso al rival de la derecha
“Cuando hice la campaña en el 19, a mí no me conocía nadie. Salió él elegido con mi apoyo y el del PP y en estos tres años, no es por lanzarme flores, me lo he currado muchísimo. Me he tirado de lunes a domingo en la calle, con la gente ayudando, solucionando problemas […] y eso se ha hecho notar. La gente […] me quiere bastante y él tenía miedo de que el año que viene le iba a fundir”, se defendía Moreno en 2022. Entonces declaraba las “ganas” que tenía de volver a presentarse a las elecciones. Así lo hizo, pero los votantes no variaron sus apoyos. Moreno repitió como concejal único de Vox y Polo, absorbida su candidatura ultra por el PP, volvió pese a ello a quedar por detrás del PSOE en votos, aunque con igual número de ediles.
Sorpresivamente y “con todo el dolor del corazón”, Moreno volvió a votar por Polo en el pleno de constitución de la corporación. A la salida del acto se produjo un rifirrafe entre simpatizantes socialistas y de Vox que no pasó a mayores. De hecho, Moreno, que no ha vuelto a hacer declaraciones a la prensa, planteó ese mismo día a los socialistas llegar a un acuerdo en el corto plazo, tras explicar que no había podido resistir las presiones de la matriz de su partido en Madrid. Al poco, abandonó Vox.
Campaña contra la moción y miedo socialista
Desde que se registró la moción de censura, adelantada por ABC, el PP trató de abortar la operación con llamadas a la responsabilidad al PSOE de Madrid y explorando resquicios legales para hacerla encallar. Polo ha desfilado por televisiones y radios clamando contra la “barbarie” de que un edil investigado pueda forzar su salida del gobierno local, aunque haya sido ese mismo concejal el que le permitió seguir como alcalde.
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