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La publicidad de casas de apuestas llega a los autobuses públicos de Madrid en pleno debate sobre su limitación

Un autobús interurbano con publicidad de apuestas.

Mario Escribano

Los anuncios para apostar también están en el transporte público madrileño. Empresas de juego online, como la casa de apuestas deportivas Vivalasuerte.es o el casino Todo Slots (que en su web celebra tener “los mejores juegos de tragaperras”), se publicitan en el exterior de los autobuses urbanos de la capital –por ejemplo, la línea 160– o interurbanos –donde se anuncian en la 657–, que recorren distintos puntos de la región.

Esos anuncios llegan en un contexto de debate sobre el juego y las apuestas en la Comunidad de Madrid, donde más han proliferado estos negocios, pero donde también ha habido avances regulatorios en los últimos meses. Instituciones como la Comunidad de Madrid, donde se ha aprobado poner coto a esta publicidad en algunos ámbitos, se desentienden ahora de la publicidad en los autobuses.

Tanto desde la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid –de quien dependen las líneas de la capital– como desde la Consejería de Transportes de la Comunidad, explican que se trata de servicios externalizados a un tercero, que es quien controla la selección de publicidad y los ingresos por este concepto. “EMT tiene cedida la explotación publicitaria de sus soportes a una empresa especializada, sometida a procesos exigidos de autocontrol, que cumple con toda la legislación vigente”. Así respondía el ente público hace unos días a un usuario que les había espetado: “¿En qué momento una empresa pública admite publicidad de apuestas de juego? Valores en la EMT, ¿no?”.

La publicidad sobre este tipo de negocios ha sido fuente de polémicas en los últimos años. El acuerdo presupuestario de PSOE y Unidas Podemos ya incluía un principio de regulación sobre esta cuestión: que las restricciones fueran iguales que para la industria tabacalera. Además, la Comunidad de Madrid ha sido la primera autonomía en prohibir los anuncios del sector de juego en la radiotelevisión pública. La propuesta, presentada por Podemos, tuvo el voto unánime de toda la cámara, formada por PP, Ciudadanos y PSOE.

No ha sido la única medida que se ha tomado en esta dirección. El propio Gobierno regional hizo una propuesta para endurecer la regulación autonómica que, aun considerada “insuficiente” por el tejido social, ponía coto a la proliferación de estos negocios. Por ejemplo, se limitaba la publicidad de las fachadas de “carteles informativos de los mercados, de los pronósticos, ni de los coeficientes de apuestas”, además de tener que contar con cartelería exterior en la que se indique expresamente que “la práctica abusiva de juegos y apuestas puede producir ludopatía”.

De cualquier modo, en la regulación autonómica del juego –decreto 106/2000– y las apuestas –ley 6/2001– se estipula que la publicidad de estos negocios “estará permitida a las empresas autorizadas y no requerirá autorización administrativa previa”. Eso sí, no puede “incitar expresamente a la práctica” y debe “respetar, en todo caso, la normativa sobre protección de menores”.

En otras ciudades, los anuncios de este tipo se han visto atajados de forma contundente. Es el caso de Valencia, que en febrero prohibió los anuncios de casas de apuestas en pantallas, buses y marquesinas de la EMT.

“No es nuestro negociado”

¿Cuál es la cantidad total de anuncios de apuestas en el transporte público madrileño? ¿A cuánto ascienden los ingresos publicitarios procedentes del juego? “No estamos autorizados a facilitar esa información sin autorización, nosotros solo supervisamos los contratos”, responden a este periódico fuentes de la EMT, mientras que en la Consejería de Transportes se pronuncian en el mismo sentido.

La norma general de la EMT ante “cualquier publicidad polémica” –“es un tema repetitivo”, lamentan– es que la empresa a la que se cede la gestión de la publicidad “cumpla a rajatabla la legislación vigente en su más amplio espectro”. “Tanto la exclusivista como EMT, estamos sometidos al dictamen de organismos independientes como Autocontrol”, resaltan en la empresa pública antes de avisar de que no van a “prescindir de un anunciante mientras no incumpla la legislación vigente”.

Desde la Consejería de Transporte, defienden allí “solo se hace una concesión de las líneas que luego gestionan otras empresas”, en referencia a los autobuses interurbanos: “Ni la Comunidad de Madrid ni la Consejería tienen nada que ver en temas publicitarios”. “Está cedida a exclusivistas y son ellos quienes deciden: no es nuestro negociado. Ellos tienen comprados espacios los gestionan y llevan la publicidad”, inciden.

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