Una red municipal contra los miedos de las familias LGTBI: “Del armario salen los hijos, pero también los progenitores”
Por el despacho de Sonia López, psicóloga de uno de los Centros de Atención a Familias (CAF) del Ayuntamiento de Madrid, han pasado madres y padres asustados, progenitores que salen del armario e hijos que están atravesando el proceso de definir, comidos por la confusión, su identidad de género. La experta es una de las coordinadoras del Plan Integral de Atención a las Familias LGTBI que el área de Igualdad, dirigida por Pepe Aniorte, ha puesto en marcha para proporcionar una respuesta más completa desde los servicios municipales a los cambios que se producen en un núcleo de convivencia cuando uno de los miembros se declara LGTBI.
No hay nuevo personal, pero se ha formado al que ya estaba y se ha nombrado un coordinador por cada uno de los CAF para canalizar las demandas específicas. Estos centros, abiertos en 2004, tienen un funcionamiento consolidado. “Los CAF hemos recibido este tipo de casuística familiar siempre, pero no era un servicio específico ni un punto de intervención concreto. Queremos que la gente sepa que pueden disponer de ayuda gratuita, pública y en coordinación con las asociaciones, como COGAM o Chrysallis, que llevan años haciendo esto”, resume la psicóloga.
Los datos advierten de que todo esfuerzo de la administración es poco: una de cada cuatro personas LGTBI han sufrido insultos homófobos en la ciudad y más de la mitad consideran que la intolerancia no ha mejorado, incluso va a peor, según una encuesta encargada por el Ayuntamiento de Madrid con una muestra de 600 personas entre 18 y 75 años. En los últimos días, el asesinato de un joven de 24 años en A Coruña tras una brutal agresión ha sacudido a España. A falta de las conclusiones de la investigación policial, dos amigas de la víctima, testigos presenciales, vinculan los hechos con la homofobia.
“Algunos amigos nos dicen que ya se le pasará”
Lu lleva siete meses viendo a Sonia. A sus 14 años, está embarcada en un proceso de transición; se define como no binaria. Con ella están saliendo del armario su madre, Natalia; su padre y su hermano pequeño. En siete meses toda la familia se ha blindado contra comentarios frívolos y banales, incluso del entorno cercano. “Algunos amigos nos dicen que está en la edad del pavo, que ya se le pasará, pero nosotros queremos acompañarla y comunicarnos”, cuenta Natalia en conversación con elDiario.es. “Antes, todo nos sonaba a chino. El proceso de Lu nos han enriquecido como personas y como familia. En esto no se termina nunca de aprender, pero nos hemos quitado los tapujos en muchas cosas”, prosigue.
El miedo, subraya la psicóloga, apuntala casi todas las conductas, también las de resistencia o las de negación. “Las familias vienen perdidas y con muchos miedos al sufrimiento. El miedo marca las conductas y las respuestas que se dan. Atendemos a hijos e hijas, sobre todo, pero también a progenitores que salen del armario”. Estos casos son “complejos”, según López, porque los hijos consideran que “se han perdido una parte importante de la vida de su padre o de su madre”.
Incluso las familias con “comunicación abierta y positiva” a veces necesitan herramientas. Sobre todo durante y tras el confinamiento, que ha paralizado los procesos de experimentación propios de los jóvenes y ha encerrado a aquellos con familias que no aceptan su orientación o su identidad. “La relación con los iguales, un grupo imprescindible en esta edad, se reducía a las redes sociales. Esto ha producido nudos porque no ha permitido progresar”, analiza López.
Con todo, confirma, “los adolescentes viven ahora su sexualidad de una manera mucho más integrada que las generaciones anteriores”, Cada vez menos jóvenes se identifican con la heterosexualidad: según el último CIS se define así un 82,7% de las personas entre 18 y 24 años. En 2019, era más del 90%.
El Ayuntamiento busca con este programa “incorporar la diversidad” a las políticas familiares aprovechando la “experiencia” de los Centros de Apoyo a las Familias, precisa el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, y las aportaciones de las entidades LGTBI, que han colaborado en la elaboración del programa.
La corporación de PP y Ciudadanos se ha puesto en el punto de mira en su gestión del apoyo institucional al último Orgullo LGTBI: se ha retirado el grueso de la subvención a la organización de MADO (500.000 euros de Turismo, gestionado por los conservadores) y la colocación de la bandera arcoíris en la fachada de la sede del Ayuntamiento ha dividido a los socios de Gobierno. El PP siempre rechazó ponerla y los intentos de Ciudadanos para hacerle cambiar de opinión y buscar alternativas han sido infructuosos.
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