La remodelación de Gran Vía para dar prioridad al peatón tendrá un presupuesto de 5 millones de euros y arrancará este ejercicio con una partida de 800.000 euros, ha desvelado este miércoles el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en la comisión.
Las obras comenzarán, según las previsiones del Consistorio, el último trimestre del año. Mucho antes, del 13 al 19 de febrero, los madrileños podrán votar sobre algunos detalles del proyecto, pero también si están de acuerdo en ampliar las aceras, la apuesta principal del Ayuntamiento de Manuela Carmena.
“Claro que es una cuestión ideológica”, ha contestado el edil ante las críticas del portavoz de la comisión del pp, José Luis Martínez Almeida. El delegado ha enfrentado el modelo de movilidad de Ahora Madrid y PSOE por el del PP, que pasa por “recuperar al concejal de Tráfico y hacer un túnel siguiendo un modelo de los años 80 cuando se sabe que si aumentas el número de carriles se aumenta exponencialmente el tráfico”.
La futura Gran Vía será una “plataforma única”. Esto significa que la calle no tendrá aceras y carriles para vehículos, sino que tendrá un pavimento continuo en el que se colocarán “bolardos” para gestionar la afluencia de tráfico de modo que sea flexible. “Para ajustar las necesidades en cada momento”, según explicó Calvo el pasado 11 de enero. Según estas necesidades se podría habilitar uno o dos carriles para los vehículos. Por tanto, se descarta, por el momento, la peatonalización completa de esta calle.
Desde el área de Medio Ambiente, la concejala Inés Sabanés especificó que la Gran Vía entrará dentro del Área de Prioridad Residencial (APR) del centro y solo podrán circular residentes y transporte público.