La firma de la dirigente de Vox Rocío Monasterio figura en un certificado de obra con fecha de marzo de 2004. La diputada autonómica por Madrid firmó como directora facultativa en un documento, al que ha tenido acceso eldiario.es, pese a que no disponía en esos momentos de la titulación necesaria: no era arquitecta ni estaba colegiada, algo que no sucedió hasta cinco años después, en 2009.
Como ha adelantado El País este lunes, la dirigente de Vox, que constituyó su empresa de arquitectura en el año 2000, figuraba como arquitecta en unos planos en 2003. Sin embargo, Monasterio no se colegió hasta el 21 de diciembre de 2009, fecha en la que se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), un requisito necesario para poder ejercer y firmar proyectos.
Una certificación de obra, como la que publica ahora eldiario.es, es un documento que acredita que se han ejecutado una serie de partidas (cimentación, estructura, instalaciones, etc.) conforme a lo que figura en el proyecto de ejecución y al presupuesto. La dirigente de la formación de extrema derecha firmó esta certificación de obra que entregó a los clientes el 11 de marzo de 2004. Lo hizo como “dirección facultativa”, sin tener la cualificación técnica para ello. Una certificación de obra como dirección facultativa solo la puede firmar un arquitecto o un aparejador, apuntan los expertos consultados por este diario. En esos momentos, Monasterio no disponía de ninguno de esos títulos.
“Cuando ella firmó como dirección facultativa estaba diciendo que estaba al mando de la construcción y que garantizaba la seguridad. Si no tenía la titulación estaríamos hablando de algo muy grave”, asegura una fuente experta a este diario, en línea con lo que indican otros especialistas consultados.
La documentación a la que ha tenido acceso este periódico consta de diez páginas. Se trata de un certificado de obra y un presupuesto para una construcción en la calle San Marcos número 24 de Madrid por un importe de 57.500,80 euros. A lo largo del informe se aprecia cómo durante las obras se llevaron a cabo trabajos de demolición de un muro de carga o la colocación de cargaderos de acero para una apertura de huecos en un muro, entre otros. Para ambos trabajos, explican estas mismas fuentes, la dirigente de Vox tendría que haber presentado un proyecto visado por el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM).
Monasterio ha asegurado este lunes que no recuerda si en el año 2003 era ya arquitecta. La diputada madrileña ha defendido, además, que no todos los planos de arquitectura tienen que ser visados, en relación a la información que El País adelantaba sobre que había firmado planos simulando que era arquitecta sin serlo en 2003.
“Como muchos jóvenes españoles empecé a trabajar a la vez que estaba estudiando arquitectura. Trabajaba por la mañana y por la tarde iba a la universidad y monté una empresa bastante joven en la que contrataba a aparejadores, arquitectos y contables y firmaba planos a veces como interiorista o como dirección facultativa. No todos los planos son susceptibles de ser visados y uno puede firmar planos de arquitectos e interiorista sin visados”, ha afirmado intentando explicar la dirigente de Vox.
Pero la dirigente de Vox ya se presentaba como arquitecta en las revistas en el año 2003, según ha podido comprobar este diario, pese a que no tenía la carrera y todavía tardaría seis años en colegiarse. La revista Habitania presentó a Monasterio como “arquitecta especialista en modificar locales para convertirlos en loft”.
El portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, marido de Monasterio, ha defendido que la diputada autonómica lleva trabajando desde los 18 años y que se montó un estudio “bastante grande” en el que contó con “muchos profesionales como interioristas, arquitectos, ingenieros o comerciales”. Según Espinosa de los Monteros, sus labores cuando no tenía el título de arquitecta eran los de diseñadora y que los proyectos que firmaba eran de interiorismo que “no requerían ese título”. Por contra, cuando se sacó la licenciatura y se colegió “ya firmó obras de nueva planta que sí requieren estar titulada y la colegiación”.
Sin embargo, Monasterio no podía firmar como dirección facultativa un certificado de obra como el que acompaña esta información: “Los proyectos de interiorismo no requieren ninguna firma, pero lo que está claro es que alguien no cualificado no puede firmar un certificado de obra”, asegura un arquitecto a eldiario.es. “En este caso si Rocío Monasterio no disponía ni de la titulación, ni de la colegiatura ni de un seguro de responsabilidad civil, está poniendo en riesgo la seguridad de personas”, añade.
El País ha desvelado varias anomalías en otras dos obras que el estudio de Monasterio llevó a cabo en Madrid en 2004 y 2007, en los edificios de Pedro Heredia, 6 y Villafranca, 6. En ambos casos el estudio de Monasterio construyó lofts en viejas fábricas, pese a tratarse de suelo de uso industrial, y con licencias que en realidad eran para pequeños trabajos.
En el caso de la construcción a la que pertenece el certificado de obra firmado por Monasterio, la de la calle San Marcos número 24, pasó algo parecido y los dueños nunca pudieron conseguir la licencia necesaria.
A estos casos de irregularidades hay que sumar el hecho de que Rocío Monasterio y Espinosa de los Monteros afrontaron este mes de septiembre la clausura y el precinto de la vivienda familiar en la que residían ilegalmente desde 2014. El chalé carece de la licencia de primera ocupación obligatoria para poder residir en él y tampoco tiene la licencia de funcionamiento, necesaria para desempeñar allí actividades económicas. La construcción incumplió los compromisos de la licencia de obra que solicitaron. El matrimonio logró paralizar in extremis la clausura y precinto de su chalé presentando un nuevo proyecto que ahora el Ayuntamiento de Madrid estudia.