La sanidad de Ayuso son los grandes edificios: Ifema, el Zendal y ahora la Ciudad de la Salud

Víctor Honorato

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La gestión sanitaria basada en el hormigón promovida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a hacerse patente esta semana con la presentación de la llamada Ciudad de la Salud, un remozado proyecto para abordar las obras de ampliación, sucesivamente postergadas, del hospital de La Paz, uno de los más importantes de la región. Tras el hospital de campaña de Ifema y el ingente contenedor del Isabel Zendal, con el que el gobierno regional sigue ensayando qué hacer, el gobierno madrileño promete ahora duplicar la superficie de La Paz hasta 550.000 metros cuadrados e integrarlo con la Universidad Autónoma. El coste será de 1.000 millones de euros, según calcula el Ejecutivo regional. La iniciativa ha sido rebautizada como “Ciudad de la Salud”, un nombre que trae ecos de la fallida Ciudad de la Justicia de Esperanza Aguirre.

La ampliación de La Paz viene anunciándose desde los tiempos de Cristina Cifuentes y la propia Ayuso lo ha publicitado en varias ocasiones, pero hasta ahora el coste previsto era de prácticamente la mitad. La Consejería de Sanidad no aclara, de momento, con qué modelo de financiación se realizarán las obras, pero Ayuso ha dicho que el complejo se construirá en tres fases. Lo primero en levantarse será un nuevo centro de investigación en la parcela de la facultad de medicina, que debería estar acabado “antes de que termine la presente legislatura”; es decir, en 2027.

La primera fase se completaría con la construcción de un hospital general con 1.140 camas “en poco más de cuatro años”, lo que retrasaría su puesta en funcionamiento hasta 2029. La conclusión definitiva de todas las obras se prevé para 2032. “Es uno de los proyectos más importantes de esta legislatura, quizás el más importante”, defendió Ayuso, quien, con todo, fue más comedida en la euforia que la rectora de la universidad autónoma, Amaya Mendikoetxea, que dio un discurso con citas de Benedetti y T.S. Eliot y se mostró esperanzada en que la obra “irradie con toda su luz a toda España y más allá de nuestras fronteras”.

“Con todas las dudas, ojalá que se lleve a cabo cuanto antes, porque el hospital que tenemos está en unas condiciones muy malas”, recuerda el presidente del sindicato de médicos Amyts y radiólogo de La Paz, Daniel Bernabéu, que apunta a que parte del incremento del coste podría estar en el anunciado nuevo hospital de oncología pediátrica, ausente del plan anterior. “Siendo un poco realistas, los 500 millones de euros se hacían poco dinero […] y la subida de precios ha sido descomunal”, opina de entrada, a la espera de conocer el desglose de los costes. También señala que el plan estuvo paralizado desde la pandemia, cuando la reforma del hospital 12 de Octubre sí se ejecutó, aprovechando los fondos europeos. Señala, asimismo, que supone un “problema” que las obras se lleven a cabo mientras se mantiene la actividad al 100 por ciento, como pretende el Gobierno autónomo.

Escepticismo en la oposición

“En ese proceso ya se habían comprometido 17 millones de euros sin traer una sola mejora tangible”, ha criticado la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot […] La pregunta ahora es cuántos años vamos a esperar por la reforma“, ha dicho, y ha apuntado que no hay ”noticias sobre una reforma que ponga al día la atención primaria, los centros de salud mental o las urgencias extrahospitalarias“. En términos similares se ha expresado Carlos Moreno, portavoz socialista en la Asamblea de Madrid. ”Va a generar muchos titulares, que es lo que pretende“, ha afeado. Moreno recuerda que Madrid ha superado el millón de pacientes en lista de espera, pero admite que la reforma ”urge“ por el estado ”deplorable“ de muchas instalaciones del hospital actual, que tiene ya seis décadas. 

Del ‘hospital milagro’ al hospital de pandemias sin quirófanos

La predilección de la presidenta madrileña por los grandes contenedores sanitarios se remonta ya al inicio de su mandato y la tormenta de la COVID. Una de las primeras medidas que tomó cuando el coronavirus colapsaba el sistema sanitario fue habilitar pabellones del recinto ferial de Ifema para acoger enfermos de coronavirus. Ayuso hablaba entonces del “hospital milagro” porque los enfermos que trataba se recuperaban en gran número, principalmente porque eran los de sintomatología más leve.

Después llegó el turno del hospital Isabel Zendal, levantado en Valdebebas por 200 millones de euros —de entrada, se dijo que iba a costar 50— sin la mayoría de prestaciones que permiten llamar hospital a un hospital: habitaciones, quirófanos y urgencias. Su última función es la de centro de día para los enfermos de ELA, aunque Ayuso ha matizado que está disponible por si otro virus agresivo entrase en acción.