En 1975 la cantante Cecilia grababa un videoclip para Televisión Española en el que interpretaba en playback su Andar a bordo de distintas máquinas del Parque de Atracciones de Madrid. En el primer estribillo, la sucesión de imágenes se detiene un rato en ella girando, subiendo, bajando y cantando dentro de cabina de una popular atracción: el pulpo.
El pulpo era una de las atracciones más conocidas entre los niños que aún eran pequeños para montarse en los 7 picos –la montaña rusa por excelencia en la época– y, como esta, hizo su aparición a la vez que el propio Parque de Atracciones, en 1969. Dan fe de ello postales y fotografías de color preconstitucional.
La atracción fue retirada después de un accidente mortal, sucedido el 18 de mayo de 1986, que conmovió a toda España. A.H.O., de ocho años, había venido con su familia de Toledo para celebrar la primera comunión. Viajaba con su madre en el cestillo del pulpo cuando el descenso brusco del brazo que sujetaba la barquilla hizo que saliera despedida, se golpeara contra el suelo y fuera arrollada por el propio aparato. Su madre fue trasladada al hospital con tres costillas rotas.
Las crónicas hablan de momentos de gran nerviosismo en el Parque de Atracciones. Se reclamó la presencia de un médico por megafonía (aunque había un facultativo del parque), cundió el pánico y hubo que atender a diversas personas, que sufrieron desmayos y episodios de ansiedad.
Los peritos llegaron a la conclusión de que la rotura de una arandela de los engranajes del tentáculo ocasionó el accidente. A finales de junio, el juez instructor ordenó el sobreseimiento del sumario por considerar que el fallo fue imprevisible y no había responsabilidad penal en los encargados de la revisión del aparato. Eso sí, solicitó que se instalaran cinturones de seguridad en la atracción y advirtió que por aquel entonces no existían normas que regularan el control de los aparatos de feria, a excepción del Reglamento de Espectáculos Públicos, que no especificaba plazos de revisión ni competencias concretas de inspección de la Administración.
A raíz de la noticia empezaron a aparecer testimonios de otros accidentes causados por pulpos en barracas de feria (normalmente gente que salía despedida). Solo un año después, otra niña resultó herida leve al soltarse el brazo de seguridad de la atracción.
A partir de ese momento, el pulpo cayó en desgracia, pero la atracción ha seguido siendo una de las ineludibles de ferias itinerantes y parques de atracciones reconvertida en saltamontes o con diversos motivos caprichosos como el Increíble Hulk.