El centro de Madrid sigue el camino para convertir la mayoría de sus edificios emblemáticos en hoteles para turistas. El próximo en hacerlo será el situado en el número 21 de la calle Alcalá, donde se ubicó el antiguo Banco Vitalicio. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento ha aprobado este jueves el plan especial para cambiar su uso residencial y convertirlo en un hotel de 13 plantas para turistas.
El edificio está ubicado en el cruce de Alcalá con la calle de la Virgen de los Peligros, a poca distancia de la Puerta del Sol y casi enfrente del lujoso Four Seasons. Tiene una superficie construida de 11.570 m2 en un terreno de 971 m2. Su calificación es de residencial y el objetivo del plan especial es que su uso sea terciario y de hospedaje en sus dos plantas bajo rasante y 13 plantas en altura.
A día de hoy la zona del sótano alberga locales comerciales e instalaciones al servicio del edificio y el acceso principal se encuentra en la calle de Alcalá, existiendo una entrada secundaria en la calle de la Virgen de los Peligros.
La totalidad del edificio será reconvertido para alojar servicios de hospedería, un restaurante en su primera planta y una sala de reuniones en la segunda. Según el Ayuntamiento, cambiarlo a usos turísticos supondrán la puesta en valor del inmueble, que está incluido en el Catálogo Municipal de Edificios Protegidos, con protección grado 1 nivel 2, que obliga al promotor a salvaguardar elementos arquitectónicos como la fachada, el portal y la escalera común central en la próxima reforma.
“La reconversión servirá también para dinamizar la actividad económica del centro histórico de la capital y mejorará la oferta hotelera”, añade el consistorio en nota de prensa en la que omite quién es la entidad promotora. Tampoco se indica el número de habitaciones con las que contará ni la categoría del hotel.
Las obras que serán autorizadas por el consistorio incluyen un acondicionamiento general del edificio y la eliminación del impacto que supone en la actualidad la maquinaria instalada en la cubierta, proponiéndose la colocación de las nuevas máquinas de climatización y aerotermia en el interior del inmueble. El proyecto incorpora un ascensor accesible, entre los dos ya existentes, en uno de los patios con acceso directo a la escalera central.
El edificio fue construido en los años treinta bajo el diseño del arquitecto Lluís Bonet y albergó la sede del Banco Vitalicio y Seguros Estrella.