A las mujeres de Malasaña les gustaba -y les gusta- ir bien guapas. Allá por los años veinte ellas leían títulos como Tesoro de la belleza, El Arte de Seducir, que había escrito Carmen de Burgos (1867-1932), Colombine, feminista y una de nuestras más ilustres vecinas que fue, ni más ni menos, la primera mujer española reportera de guerra. Como ella misma decía, “si para ser escritora hubiera tenido que renunciar a ser mujer, hubiera roto la pluma”.
Tesoro de Belleza, que publicó en 1924, era también un manual de combate de la guerra sin cuartel contra lo feo y las arrugas. Para ganar la batalla y lucir el cutis perfecto, se combatían las pecas con esencia de menta y agua de azahar; los champús eran todavía “shcampoigs” y lo mismo aconsejaba practicar gimnasia sueca que los mejores hábitos para dormir o cómo engordar y cómo adelgazar.
De entre todos los cuidados de belleza del libro, destacaba el del rostro. Carmen de Burgos no se iba a conformar con cualquier receta: entrevistó a la 'Ava Gardner' de la época, la bellísima soprano italiana Lina Cavaliere, para que le contara su secreto. Lina le desveló de qué estaba hecha la crema que ella usaba y la gran Colombine lo compartió con sus lectoras de inmediato: el corazón de aquel potingue tenía como ingrediente especial la grasa de ballena. Hoy en día sabemos que nuestros amables farmacéuticos malasañeros pueden preparar una crema igual de eficaz para las vecinas (y vecinos) de Malasaña con el sustituto apropiado porque, por suerte, en estos tiempos ya no cazamos ballenas.
Receta de crema para la cara:
- Agua de rosas
- Almendras dulces, 500 grs.
- Cera blanca de abejas, 500 grs.
- Grasa de ballena: 20gr.
- Extracto de rosas: 3g
…Y de remate, siempre, siempre, polvos de arroz.